Álbum

Palehound

Eye On The BatPolyvinyl, 2023

A lo largo de su ya consistente carrera, El Kempner, alias Palehound, no ha dejado de rendir clara pleitesía al indie rock clásico, pero en cada uno de sus lanzamientos ha sabido dar algún giro que hiciera las cosas frescas. Tras el crudo, medio destartalado “Dry Food” (2015), con buenos toques anti-folk y grunge, se marcó el mucho más pulido a nivel sónico “A Place I’ll Always Go” (2017), profundizó todavía más en las posibilidades del estudio en “Black Friday” (2019) y se hizo acompañar por Jay Som para grabar, bajo el nombre de Bachelor, el diverso, luminoso e intenso “Doomin’ Sun” (2021).

En el caso de “Eye On The Bat”, lo que sorprende es, de entrada, la contundencia punk que puede tener el sonido. También que la voz de Kempner pueda sonar tan feroz, lejos de la fragilidad que la caracterizó en el primer disco o del susurro lacerante del segundo y el tercero. Decisiones naturales en un álbum abiertamente descrito por su autore como “de ruptura”, y que en sus momentos de mayor visceralidad casi parece grabado unas horas después de la discusión definitiva.

Como de costumbre, y al estilo de los mejores cuentistas estadounidenses, Kempner puede convertir un pequeño detalle en algo de resonancia infinita o resumir vidas enteras en una simple escena. Esto último ya lo consigue en la inicial “Good Sex”, en la que usa un torpe intento de seducción con corsé para recordarnos cómo, a veces, se trata de salvar lo insalvable con medidas desesperadas. Es un arranque halagüeño, pero el disco cobra verdadera vida a partir de un segundo corte, “Independence Day”, sobre una ruptura en la festividad de nombre más tristemente afortunado. Saltan las peores chispas sobre un fondo de fuegos artificiales: “Con cada verdad, el cielo erupciona”.

La cima de “Eye On The Bat” llega justo después: es esa cegadora expresión de remordimiento y rabia llamada “The Clutch”, un poco prima hermana (más rápida, más hiriente si cabe) de “Not”, de Big Thief (el aquí coproductor Sam Owens ha trabajado con ellos), pero quizá una canción demasiado personal para que andemos comparándola con las de otros. “Me alegra que te hayas encontrado a ti misma”, dice Kempner. “Pero no necesitaste mi ayuda”, acaba repitiendo sin parar en una parte final devastadora.

Como en un intento de rebajar la tensión, llega después un corte titular de groove contagioso y twang country que podría ser resultado de la escucha intensiva de Sheryl Crow. Y el desenfado, en este caso medio casiotónico, continúa con “U Want It U Got It”, casi por entero autoproducida por Kempner en casa, salvo por la batería de su habitual multinstrumentiste Larz Brogan. El pulso electrónico resurge en la algo inferior “Head Like Soup”, parte de una segunda mitad algo menos efectiva. La balada final “Fadin’” es perfectamente bonita, pero convendremos en que existen más canciones de Mazzy Star por homenajear que la sempiterna “Fade Into You”, utilizada en al menos medio centenar de series y películas según los datos de Tunefind. ∎

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