La realidad casi nunca es poética, lo que la convierte en poco interesante por definición. Claro que hasta en esto hay grados, y no hace falta ser un hacha para concluir que este inicio de década tiene bastante mala pinta. Con la que ha caído, la que sigue cayendo y, según todas las previsiones, la que nos espera, causa cierta estupefacción que alguien titule su último disco con ese emoticono que utilizamos para sonreírnos al pie de un e-mail. Así lo ha hecho Pau Vallvé, un tipo por lo demás inteligente, al punto que cabe preguntarse qué ha pasado con él. ¿Habrá sido el cantautor barcelonés una nueva víctima de esos apóstoles del pensamiento positivo, la autoayuda y demás pavadas por el estilo?
La respuesta es no, y queda clara a medida que desfilan las once piezas del autoeditado “:)”, que en algunos aspectos podemos leer como un disco de protesta/propuesta, en el que el autor alza la bandera del hedonismo y los cuidados mutuos como mejor arma para afrontar el desastre que parece avecinarse. “El primer ball postcovid / i l'últim ball precol·lapse”, explicita Pau Vallvé en los versos de la última pieza del trabajo, “Endavant”, donde también tiene el buen gusto de cuestionar cosas como la productividad, la competitividad, y demás mantras del discurso neoliberal.
Lo más interesante del asunto es que Vallvé no plantea un “sálvese quien pueda” cínico ni, por supuesto, individualista, ya que el vector colectivo forma parte tanto del pensamiento que traslucen las letras del álbum, como de la propia factura sonora del mismo, donde por cierto hay sambeos tan logrados como el del número de saque, “Això ja està”. Sólido multinstrumentista que cocinó a solas trabajos precedentes, esta vez ha insuflado el registro de tintes comunitarios: cantos y ritmos en grupo, y hasta algún chiste espontáneo, marcando un punto diferencial en su trayectoria. Y es que nada hay más satisfactorio que respirar rodeado de gente maja, como deja establecido en la bien resuelta “Ciutadella”.
El recorrido que nos propone Vallvé tiene no pocas paradas de especial interés, entre ellas la canción “El més difícil que he fet mai”, donde aborda la siempre espinosa certeza de que la juventud, ay, se ha acabado. La rítmica vitalista de “Aquest cop sí” precede a una remarcable “Cançó ansiolítica #9”, de visos más reflexivos, donde el autor/paseante nocturno lleva su discurso a la sabia conclusión de que más vale tener ideas de bombero que practicar el sobrevalorado acto de tocar de peus a terra. El ejercicio en la distancia corta de “Berenar sopar” (bello porque sí con su apunte de piano) tiene también una conclusión perturbadora y atrayente al mismo tiempo, cuando proclama con más serenidad que dolor que “ja només l'alzheimer / borrarà el dia d’avui”. ∎