Incluyendo canciones que llevan publicadas más de dos años (como “Too Many Drugs”), lo más natural es asociar “La emperatriz” a un recopilatorio más que a un álbum con entidad conjunta. Rigoberta Bandini imita, con su modelo de lanzamiento, los mecanismos de la industria ziennial, adaptada al algoritmo y a la inmediatez posmoderna: quien publica singles tiene más probabilidades de acceder a las playlists editoriales, la cima dorada de los músicos educados bajo el streaming. Sin embargo, aunque el proyecto de Paula Ribó tenga una corta trayectoria (siendo este su primer trabajo largo), existe una brecha generacional entre su proyecto y el grueso de bandas noveles que comenzaron su andadura de forma coetánea.
Así, en 2021, Bandini se hizo con el Premio MIN a Mejor Artista Emergente sobre candidatas como Ginebras, dani o Maren. Como resultado, el discurso de la artista se articula en contraste a los valores generacionales que la suceden: “La emperatriz” es un álbum cuyas temáticas más recurrentes son la maternidad, la familia o la religión. Incluso las referencias culturales empleadas, como Julio Iglesias (en su canción homónima) o Los Payasos de la Tele (en “Así bailaba”, a dúo con Amaia), no generan un imaginario colectivo dentro de su circuito. Sin embargo, el álbum es coreado al dedillo por una generación que ha sustituido la religión por la astrología y que abandera la menor tasa de natalidad de la historia (ya sea por decisión propia o por falta de recursos).
La causa directa del canto colectivo proviene del apartado melódico del disco, colmado de guiños y referencias a la cultura popular occidental. El parecido entre “Ay mamá” y la Novena Sinfonía de Beethoven no parece casualidad si tenemos en cuenta que la composición de “Cuando tú nazcas” toma como tema principal el leitmotiv de la Séptima Sinfonía del mismo autor. Si consideramos al compositor de Bonn como uno de los músicos más canónicos de la historia del continente, es inevitable no conocer estas canciones de Bandini aun sin haberlas escuchado. A todo ello se le suman algunos códigos arquetípicos de las nuevas narrativas, como el uso del spanglish en “A todos mis amantes” (“a todos mis exlovers pido perdón”) o en “In Spain We Call It Soledad”.
Así, el disco de Ribó es un híbrido generacional, de fácil absorción por insertarse dentro del canon popular. Con respecto a las narrativas, las temáticas no siempre hacen el discurso, aunque actualmente las inquietudes de la escena son otras muy diferentes. ∎