Álbum

Sharon Van Etten & The Attachment Theory

Sharon Van Etten & The Attachment TheoryJagjaguwar-Popstock!, 2025

Sharon Van Etten se adentra en una aventura colectiva dentro del proyecto junto a The Attachment Theory. Por primera vez la artista ha dejado de sostener todo el peso de su carrera sobre sus hombros para compartir y abrazar la confianza hacia la banda a la hora de componer nuevas canciones. Este disco presenta a Van Etten dispuesta a mostrarse vulnerable a través de temas que le preocupan, abriendo un espacio seguro hacia lo colectivo, aceptando la oscuridad para abrirse paso.

“Sharon Van Etten & The Attachment Theory” arranca con “Life Forever”, un tema de atmósfera misteriosa al más puro estilo Kate Bush donde la armonía de la voz de Van Etten adquiere un tono más alineado con el spoken word y acaba resaltando por encima de toda la instrumentación. Comienza aquí el sentido de búsqueda que acompañará el resto de canciones.

En “Afterlife” resalta una maravillosa línea de bajo que complementa a Sharon durante las estrofas de la canción y que alcanza más dramatismo en el estribillo junto a los coros. Los teclados y sonidos más sintetizados se van sumando para incidir en el miedo a la muerte desde un lugar esperanzador partiendo de la autoconfianza: “Someone inside me saved me / Made me see the light / Someone had to make it feel alright / Don't you try to save me / Tell me I’ll be fine doin’ what I like”. Un himno hopecore.

En “Idiot Box”, con guitarras en perfecta armonía con bajo y voz, y donde va escalando la emocionalidad, se lanza una crítica hacia la adicción a las pantallas de nuestros teléfonos: “All that skin against the glass / All these things we think we lack / All this time we can’t get back”. La letra también señala el hiperconsumismo que se potencia a través de internet y los dispositivos móviles a través de una referencia que hasta no hace mucho hablaba de la televisión. Los tiempos han cambiado, así como las maneras de relacionarnos, como demuestra el tema que le sigue, “Trouble”, que continúa expresando la preocupación de convivir con personas a las que quieres pero con las que mantienes puntos de vista opuestos. La imposibilidad casi manifiesta para expresar sentimientos o decisiones más profundas por miedo a ofender o herir los principios del otro hace que Van Etten plantee si de verdad estamos dispuestos a entender esa diferencia y poner por encima el amor y el respeto.

Justo en el centro del álbum, “Indio” nos conecta con una energía distinta, con tintes garageros y un puntito nostálgico, que nos levanta y nos conduce hacia “I Can’t Imagine”, donde el rock sigue palpitando, pero esta vez cediendo espacio a los teclados, dándole un toque más bailable e incluso con guiños disco. Un bop en toda regla.

Emprendemos la bajada con “Something Ain’t Right”, donde Van Etten canta: “What do you want for your friends? / What do you want for your family? / What do you want for your loved ones? / Do you believe in compassion for enemies?”. Es una de las canciones más pegadizas, donde resalta la clara inspiración de New Order. Escrita junto a Devra Hoff, reflexiona sobre un tipo de “diversidad” diferente y plantea poner en el centro la empatía sobre el orgullo y el inmovilismo.

Southern Life” baja el ritmo y muestra un registro vocal más monótono, al que desde luego no nos tiene acostumbrados Van Etten, que contrasta con la primera mitad del álbum. Trata del miedo y la aprehensión por el futuro a través de un matiz estridente encantador que puede conectar con la Siouxsie de finales de los setenta.

El corte más largo del álbum es“Fading Beauty”, con un aura mucho más expansiva y vibrante donde se aprecia una intención preciosista sobre el sonido que quizá, después de haber escuchado el resto del disco, no termina de cuajar. Puede que sea la conclusión sobre una revelación, o la simple incógnita sobre lo que llegará después.

“I Want You Here” cierra el disco en la misma línea que la anterior; sin embargo, con un bonito y delicado broche nos saca del lugar donde nos había colocado “Fading Beauty”. Aun así, tampoco termina de resultar, aunque en la letra destaca la delicadeza para defender el camino que toma la intimidad cuando las personas permanecen conectadas para lo bueno y para lo malo. Resulta un desenlace asertivo y vulnerable a partes iguales, transmitiendo un aprendizaje siempre incompleto. ∎

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