Álbum

The Clientele

I Am Not There AnymoreMerge-Popstock!, 2023

El octavo álbum de la banda londinense da comienzo con “Fables Of The Silverlink”. Situado entre The Stone Roses y XTC, Love, The Kinks y The Go-Betweens, este corte complejo podría enseñarse en las escuelas como un buen ejemplo de pastiche, no respecto a la obra de un autor determinado, sino al puñado de estilos que aglutina en sus ocho minutos y medio. Pero lo hace con resultados positivos: es una minisinfonía con movimientos de pop psicodélico y de cámara, jazz y bossa nova, breakbeat y aromas flamencos –donde canta en español y compone Alicia Macanás, de Minimal Schlager–. A continuación, The Clientele reducen la marcha con “Radial B” y sus dos notas de piano sostenido para conformar una melodía digna de Ryuichi Sakamoto que cede ante la burbujeante “Garden Eye Mantra”, quizá entre High Llamas y Max Romeo.

El clasicismo de “I Am Not There Anymore” va definiéndose entre sus sonoridades envolventes, el pop suave y grandes melodías engarzadas en una cuidada musicalidad de intención conceptual sutilmente apuntalada con las cortas piezas instrumentales que ha escrito el batería Mark Keen, en clave parecida al muy añorado teclista Martin Duffy en Felt –“Segue 4”, “Radial C (Nocturne For Three Trees)”, “Radial E”...–, y que hacen de puente entre las composiciones más complejas. The Clientele entregan un álbum generoso de diecinueve piezas donde los arreglos de cuerda unifican el sonido, pero capaz de dar gentil paso a novedades como la electrónica y los ritmos sincopados. El acierto de cortes como “Dying In May” consiste en combinar algo que se acerca al drum’n’bass con los arreglos beatlianianos más cercanos a la música clásica.

Canciones como “Blue Over Blue” consiguen elevar la corrección formal de estos planteamientos a la cota de lo sublime con sus guitarras arpegiadas y euforia contenida a lo Cornershop. Michael Head –The Pale Fountains– podría ser, más que Robyn Hitchcock, que también, el autor de “Claire’s Not Real”. Ambas han aparecido como singles digitales junto a la ya mencionada “Dying In May”. “Lady Gray” suena a unos improbables Television acústicos pasados por el tamiz sensible de Belle & Sebastian. Por otro lado, la disonante “My Childhood” y el bucle con interferencias de “Conjuring Summer In”, ambas recitadas por Jessica Griffin –líder de las encantadoras Would-Be-Goods–, contribuyen a desatascar el oído de tanta perfección pop. Es recurrente la sensación de que, en “I Am Not There Anymore”, todo vuelve a empezar una y otra vez, pero cada vez mejor. Finalmente, la preciosa “Radial H”, que suena como una cajita de música, da paso a las cinco últimas composiciones. Una manita de cortes que por sí mismos podrían conformar el núcleo más potente de cualquier álbum.

“Im Not There Anymore” es un título que recuerda al “Jugband Blues” de Syd Barrett, pero su esencia no es cínica, sino nostálgica, remite más bien a Louis Philippe. Los veteranos Alasdair MacLean (voz y guitarra), James Hornsey (bajista) y Mark Keen podrían haber entregado su mejor disco. Un trabajo, elaborado entre 2019 y 2022, que brilla y respira, que no renuncia a las canciones bien construidas, pero que no aburre y se permite un sentido experimental que no resulta alienígena con el universo sonoro del grupo. Hay algo irreal, melancólico y veraniego en él, la búsqueda y la captura fragmentada de un tiempo que nunca volverá, el de la infancia. Vale la pena escucharlo con atención, perderse en sus notas rescatadas, indescifrables tras eones de tiempo, como los ideogramas de la portada, y si acaso, incluso comprar. ∎

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