The Courettes son expertos en crear artefactos de gran calidad. El dúo, formado por la brasileña Flavia Cour y el danés Martin Couri, ejecuta la mezcla perfecta entre garage rock, grupos femeninos de los sesenta, “muro de sonido”, música surf y doo-wop. En su nuevo y cuarto álbum de estudio, “The Soul Of… The Fabulous Courettes”, siguen rindiendo homenaje al pasado, pero lo hacen a través de un sonido más posretro que nunca.
Ya su portada monocromática es un reflejo inmediato de todo lo que nos depara. Disparada por el célebre Søren Solkær, quien previamente inmortalizó a Amy Winehouse, The White Stripes y Paul McCartney, pone énfasis en esa fantástica estética de una banda verdaderamente enamorada de los años sesenta. En sus trece pistas, reflejan una época en la que la evolución de la música del Wall Of Sound de Spector y de la Motown se puede cultivar y fusionar con otros estilos, sin perder la esencia del garage rock. Lo hacen con canciones, algunas más “de bolsillo” que otras, que siguen estallando con brío y vitalidad y con las que se aseguran un audiencia más amplia que las de Shannon & The Clams o The Pipettes.
No son los primeros ni los últimos en nombrar una canción “Boom, Boom, Boom” –también lo hicieron The Outhere Brothers–, pero alcanzan con ella una mezcla de fantasía escapista descaradamente femenina. Richard Gottehrer, compositor en The Brill Building y coautor del “I Want Candy” (1965) de The Strangeloves, mezcló el tema. También se encargó de “Keep Dancing”, una canción con tintes de northern soul y twee pop escocés, pero fascinantemente oscura: “I’ll keep dancing on my own / I’m feeling so much better / Now you’re dead and gone / Dancing on your grave”. Esta última fue inspirada por la muerte del padre de Flavia, al igual que “Don’t Want You Back”, donde la contundente batería de Martin Couri, quien también perdió a su figura paterna, junto con las trompetas y su doo-wop característicos proporcionan un poderoso empuje.
El “muro” de Phil Spector fue muy influyente y se utilizó en discos de grupos como The Ronettes o The Crystals. En un pequeño homenaje de The Courettes, “Wall Of Pain” evoca ese distintivo sonido vintage, acompañado por panderetas y mellotrón. Se asemeja a esas canciones clásicas de bandas femeninas de los años cincuenta y sesenta que se han convertido en pequeñas obras maestras y son hermosamente melodramáticas. Nada que ver con “Shake!”, donde destaca la poderosa voz de Flavia, que eleva la canción a su clímax, creando una atmósfera festiva que inmortalizaría un guateque. Los barridos sonoros se combinan con la influencia de Otis Redding y una rica textura de trompetas y riffs de guitarra, convirtiéndose en uno de los temas más singulares del álbum, de un rock psicodélico vibrante.
De alguna manera, casi siempre se salen con la suya. Cuentan con La La Brooks de The Crystals cantando en la cálida y festiva “California”, manteniéndose fieles al manifiesto pop pegajoso que también firma Darian Sahanaja, conocido por su trabajo en la producción de “SMiLE” (2004) de Brian Wilson. Lo mismo ocurre en “Run Run Runaway”, donde la colaboración de ambos nuevamente produce un sonido afinado, algo más lento y que desentierra momentos más nublados que la pista anterior.
Está de nuevo Søren Christensen metiéndose en los estudios StarrSound de The Courettes en Dinamarca, con su arsenal de mellotrón, órgano, piano y coros, para zambullirse con la banda junto a la producción de CT Levine. Desde los gloriosos ritmos iniciales y los agudos punzantes de su tema inaugural “You Woo Me” hasta los emotivos tirones finales de cierre en “For Your Love”, este álbum se mueve entre las sombras, festejando la vida con una energía vibrante y alegre. El sonido es más directo y mucho menos atmosférico y armonioso que en el anterior “Back In Mono” (2021). ∎