Álbum

The Delines

The Sea DriftDecor- El Cortez- Popstock!, 2022

El tercer larga duración de The Delines, mucho más que un proyecto paralelo del también novelista Willy Vlautin, afianza y consolida todas las virtudes que ya había mostrado en “Colfax” (2014) y “The Imperial” (2019). Su talento compositivo ya estaba sobradamente comprobado en sus trabajos con Richmond Fontaine, pero estas canciones que son como relatos cortos o pequeños guiones cinematográficos ganan muchísimos enteros con las interpretaciones vocales de Amy Boone. La cantante se muestra deslumbrante en la vulnerabilidad y empatía con que encarna a cada uno de esos personajes a la deriva sobre los que Vlautin escribe. Y, al tiempo, la sordidez de la narrativa adquiere una dimensión muy diferente con ese sonido intemporal y humeante que le confieren Cory Gray (teclados y trompeta), Tucker Jackson (pedal steel), Sean Oldham (percusión), Freddy Trujillo (bajo) y John Askew (guitarra): una banda que suena casi como una reencarnación de los mejores Lambchop.

En este trabajo, de corte conceptual, Vlautin ha imaginado historias que transcurrieran en la zona conocida como la Costa del Golfo (esto es, las poblaciones de EE UU colindantes con el Golfo de México), y se inspiró en la música de Tony Joe White. Todas ellas discurren con lentitud y una placidez sonora que contrasta con la dureza de cada una de sus historias. En solo unas pocas pinceladas, Vlautin nos muestra a personajes con vidas rotas, sumidos en el alcohol, la desesperanza, la falta de amor o la delincuencia, y Boone les termina de otorgar la grandeza emocional. Los singles “Little Earl” y “Kid Codeine” son brillantes, pero, de entre todo el lote, me quedo con “Surfers In Twilight”, plagada de deslumbrantes imágenes y contada desde el punto de vista de una mujer que es testigo de cómo la policía detiene a su pareja en un lugar costero de veraneo mientras los demás se divierten, y sin tener ni idea de qué es lo que él ha hecho. ∎

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