Álbum

The Gurdjieff Ensemble / Levon Eskenian

ZartirECM, 2023

Gran trabajo de amor el realizado por el músico libanés Levon Eskenian como director artístico del grupo armenio The Gurdjieff Ensemble, que, como su nombre indica, se dedica en cuerpo y alma a rescatar la música de Georges Ivanovich Gurdjieff (1866-1949), filósofo, místico, escritor y compositor de origen armenio, nacido cuando el país formaba parte del gran imperio ruso. Misterioso y carismático, fue autor de unas 300 piezas musicales compiladas por su discípulo, el compositor y músico ucraniano Thomas de Hartmann, quien se encargó de transcribir para piano las improvisaciones e interpretaciones que hacía Gurdjieff en su armonio portátil. Esta música, que originalmente fue saboreada en elitistas salones parisinos, tiene un origen folklórico que se encarga de rescatar los nuevos arreglos de Eskenian para el ensemble.

El disco que nos ocupa, “Zartir, es el tercero que editan, siendo igualmente muy relevantes los anteriores. El primero, “Music Of Georges I. Gurdjieff” (2011), ya hacía hincapié en el origen armenio, griego, árabe, kurdo o persa de la música de Gurdjieff, yendo a los orígenes para dejar de lado la transformación en música clásica occidental propuesta por Hartmann. Para eso, Eskenian crea arreglos específicos para instrumentos de Oriente –duduk, oud, kamanché, qanun, santur, tar, saz o tombak– y recurre a los mejores virtuosos de la música tradicional armenia, no en vano el grupo se llamó al principio The Gurdjieff Folk Instruments Ensemble. El nombre de las piezas tampoco deja lugar a dudas: “Kurd Shepherd Melody”, “Caucasian Dance”, “Assyrian Women Mourners”, “Arabian Dance” o “Ancient Greek Dance”, que Gurdjieff aprendió de primera mano de su padre y durante sus viajes por estos países, antes de afincarse en un castillo de Fontainebleau.

Ya como The Gurdjieff Ensemble editan “Komitas” (2015), un álbum centrado en la música de Komitas Vardapet (1869-1935). Este compositor, etnomusicólogo, arreglista, cantante, filósofo, poeta y sacerdote es considerado el fundador de la música contemporánea armenia. Su exploración de las conexiones entre música sacra y secular las resalta la lograda traslación de Eskenian con sus arreglos para instrumentos tradicionales.

Dado el éxito de estos dos primeros discos era lógica una continuación que ampliara el foco. En “Zartir” la música troncal sigue siendo del tándem Gurdjieff-Hartmann, pero se incluyen novedades, como son varios temas cantados en la tradición de los trovadores armenios llamados ashughs. El padre de Gurdjieff fue un ashugh, lo cual resultó determinante en el aprendizaje del folklore por su hijo. El más célebre ashugh fue el legendario Sayat-Nova, del que se rescata el melancólico “Dard mi ani” con una jondura oriental potenciada por la voz de Vladimir Papikyan. La importancia de este trovador se ve reflejada en la portada del disco, un fotograma de la película “El color de la granada” (1969) –disponible en YouTube–, de Sergei Pajaranov, que hace un tratamiento poético de la vida de este músico que vivió en el siglo XVIII. Un clásico del cine armenio-soviético censurado en su época –por el uso de imágenes de marcado carácter queer y andrógino– y loado luego por directores como Antonioni, Godard o Scorsese, quien se encargó de restaurarlo. Su influencia también ha llegado al pop, ya que Madonna se inspiró en la película para realizar el vídeo de “Bedtime Story” y luego Nicolas Jaar editó el álbum “Pomegranates” (2015) a la manera de banda sonora alternativa.

La canción que da título al disco, “Zartir”, es de autoría de Paghtasar Dpir, otro refinado poeta y bardo cuya música refleja tanto las influencias orientales como la melancolía propia de un pueblo que ha sufrido opresión y exterminio y que tan bien sintetiza el sonido aéreo del duduk –esa especie de oboe que hizo célebre en occidente Djivan Gasparyan–, determinante también en “Prayer And Despair”, un título que sintetiza a la perfección esa fe que ayudó a sobrellevar el drama del genocidio instigado por los turcos. Pero para lamento de duduk, ninguno como la tristeza que describe “Introduction And Funeral March”, en el que es fácil sentirse parte de las exequias.

Gurdjieff también compuso música para ballets, unas coreografías fáciles de visualizar escuchando “Trembling Dervish” o “Oriental Dance”. La armonía entre sonido y movimientos es igualmente plausible en las dos “Sayyid Chant And Dance”. Otro tema destacado del disco es “The Great Prayer, cuyos siete solemnes minutos se ven beneficiados por el Coro Nacional de Cámara de Armenia, infundiendo majestuosidad cinemática a una melodía que por otro lado refleja un aire litúrgico, no en balde el cristianismo es primordial en la identidad del pueblo armenio. ∎

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