Desde que irrumpieran en 2002 con su EP “Whip It On”, The Raveonettes siempre se han mostrado muy transparentes sobre cuáles eran sus influencias musicales, esgrimiendo más orgullo que disimulo al respecto. Por eso, su noveno álbum (y el que más han tardado en entregar, ya que llega siete años después del anterior, “2016 Atomized”) se puede entender como un ejercicio de honestidad y agradecimiento, además de afianzar el carácter de los daneses como grupo revivalista y mitómano.
“The Raveonettes Sing…” reúne diez versiones de temas que sorprenden entre poco y nada a quienes han seguido la trayectoria de Sune Rose Wagner y Sharin Foo. Comienza marcando terreno con un girl group de los años sesenta, The Paris Sisters, de quien toman “I Love How You Love Me” (sintomáticamente, la primera producción de Phil Spector). “Goo Goo Muck” (original de Ronnie Cook And The Glaylads, pero popularizada por The Cramps) la llevan al estilo Raveonettes clásico, con lo que parecen jugar a la confusión siempre patente de no saber hasta qué punto sus temas eran propios o versiones. Eso también ocurre con la atmósfera oscurecida de “The Girl On The Death Row”, de Duane Eddy y Lee Hazlewood.
Entramos en el terreno de lo hiperprevisible con tres clásicos tan trillados como “All I Have To Do Is Dream” (The Everly Brothers), “Will You Love Me Tomorrow” (The Shirelles) y “Venus In Furs” (The Velvet Underground). Ahí, sin embargo, los daneses aportan sutiles transgresiones. Una de las virtudes más visibles del dúo es lo estupendamente que empastan sus dos voces, pero la versión de The Shirelles es abordada en solitario por Sune Rose, otorgándole un sentido de la tristeza más patriarcal. En el tema originalmente cantado por Lou Reed, es Sharin quien asume la voz para acrecentar la perversidad de la canción y, al tiempo, otorgarle un inusitado brillo. Es, en realidad, el mismo espíritu que insufló en 2015 a “The End” (The Doors) y “The Kids Are Alright” (The Who). Ambas, por cierto, mucho más atrevidas, menos conservadoras, aparecieron inicialmente en su EP “The End” y son rescatadas como bonus tracks en la edición CD de este álbum.
En su parte final, el disco se vuelve un poco aburrido. No hay mucho interesante que contar de “Wishing” (Buddy Holly), “Return Of The Grievous Angel” (Gram Parsons, abriendo el porche a las influencias más country rock del dúo) y “Shakin’ All Over” (basada en la versión que Johnny Kidd & The Pirates efectuaron sobre la de Vince Taylor, y la única que no es de origen estadounidense, sino británico). Mi favorita está justo al final, con su lectura moderadamente ruidista y oscurecida de “Leader Of The Pack”, de The Shangri-Las. Ahí se advierte otra de las características definitorias de The Raveonettes: la voluntad de construir su propio muro de sonido aportando recursos del shoegazing y el dream pop, pero con baja intensidad. En ese sentido, modernizan ligeramente la estética de los temas originales, pero sin molestar ni faltarles a un respeto que parecen temer perder. El intento se queda en un homenaje bonito a sus mitos idealizados del pop norteamericano, agradable de escuchar, pero bastante plano y poco arriesgado. ∎