Lo admito, me repatea que The Weeknd no haya incluido canciones como “D.D.” o “House Of Balloons / Glass Table Girls”, o que no haya tenido la valentía de restregarle por la cara a Drake su collabo, “The Zone”, paleta en la que Drizzy se inspiró notoriamente meses después y en adelante. A fin de cuentas, me molesta que el Abel Tesfaye de las mixtapes sea cada vez más una nota al pie de página. Pero esto no va de mí, ni tampoco de ti, sino de crear una compilación coherente de pelotazos que aglutine varias etapas y, sobre todo, que sea efectiva en el algoritmo de Spotify: porque, de verdad, estoy convencido de que hasta al propio Tesfaye le deben parecer insoportables cosas tan vainilla como “Earned It”. Pero qué le va a hacer si esto es lo que le gusta a la mayoría de sus fans (casuales).
Como genio del marketing que es, Tesfaye lanzó el pasado día 5 este greatest hits con el único propósito de caldear el ambiente hasta su actuación, 48 horas después, en el descanso de la Super Bowl. El show, por el que pagó siete millones de su bolsillo, fue grandilocuente, pero a la postre plano, y sirvió para evidenciar que el canadiense aspira a tocar las estrellas. A dos en concreto: Michael Jackson y Prince. Si aquel medley de figuras luciferinas, rostros vendados y coros más grandes que la vida constató que a carisma y voz aún no les puede ganar, el recopilatorio, al menos, sí certifica que de hits va sobrado. Recordemos que solo tiene 30 años y que hace justo una década lanzaba mixtapes con samples de Siouxsie y Beach House mientras que su nombre real permanecía en el misterio.