Tras haber triunfado con la arrolladora intensidad eléctrica de su cuarto álbum,
“Imidiwan” (2009), ha sido una sorpresa el giro acústico que
Tinariwen ha realizado en su nuevo disco. Pero, tras el despiste inicial, pronto queda claro que sus nuevas canciones también transmiten fuertes dosis emocionales en una dimensión más cercana al folk que al blues-rock que los ha hecho célebres. A ello contribuye la colaboración de una serie de invitados, entre los que destacan Kyp Malone y Tunde Adebimpe de TV On The Radio, y no solo por inyectar soul a
“Tenere taqhin tossam”, sino por las sutiles armonías vocales que deslizan en varias canciones. Por su parte, Nels Cline, el guitarrista de Wilco, da un tono “frippertronico” a
“Imidiwan ma tenam”, y dos de los miembros de la Dirty Dozen Brass Band contribuyen con sus metales a hermanar la desértica desolación de
“Ya messinagh” con el espíritu jazz de la mítica Nueva Orleans.
La faena de los invitados hace progresar una música tachada de excesivamente condescendiente por repetir una fórmula magistral; sin embargo, alguno de los mejores momentos del disco surgen cuando Tinariwen vuelve a sus típicas melopeas tuareg ribeteadas por acordes que parecen inspirados por el blues, como es el caso de
“Tilliaden osamnat”. Aunque tampoco son nada desdeñables los momentos finales: su líder, Ibrahim Ag Alhabib, se convierte en espartano
folksinger en
“Iswegh attay”, ayudado por Kyp Malone, mientras que Abdallah Ag Alhousseyni hace lo propio en en
“Takest tamidaret”, temas a los que solo les falta que se escuche el crepitar del fuego bajo el cielo estrellado. ∎