Álbum

Troye Sivan

Something To Give Each OtherEMI-Universal, 2023

La película “Bros.” (2022) se abre con una conversación de Billy Eicher con un productor que le propone escribir el guion de una rom-com gay que incluso un hetero pueda disfrutar junto a su novia. “¿A qué te refieres, a una película en la que Jason Momoa me da por culo después de salvar un volcán?”, pregunta. La conversación va escalando cuando el productor recurre al concepto “amor-amor” (una patraña que los gays vendimos a los heteros para que nos aceptaran, cuando en verdad amamos de maneras que siguen escandalizando) y cuando concluye que “yo solo te pedía una historia con un protagonista gay simpático”. Eicher aclara que no tiene ningún interés en crear nada para heteros y concluye: “No todos los gays somos simpáticos”.

Esta escena enlaza con “Maricas malas”, el reciente ensayo en el que Christo Casas retrata la diferencia entre la “marica buena” (aceptada y asimilada por el capitalismo porque tiene dinero) y la “marica mala” (pura disidencia y una piedra en el zapato de la heteronorma). Casas afirma que tenemos derecho a reivindicar todo un conjunto de rasgos (la promiscuidad y el afeminamiento como punta del iceberg) que se han intentado minimizar, aplacar y erradicar desde una norma que los / nos ha etiquetado como “negativos” o “malas”. También recuerda que lo marica es una cultura que tiene sentido en sí misma, sin necesidad de ser mirada y validada desde los ojos de la heteronorma. Lo que me ha dado alas para enfocar esta reseña tal y como lo he hecho.

Troye Sivan ha presentado su nuevo disco, “Something To Give Each Other”, siguiendo un plan maestro que no deja espacio para la duda... y tampoco para lo hetero. El vídeo del primer single, “Rush”, se postula como la Fantasía Final Twink con su pléyade de chavales jovencísimos, guapísimos y delgadísimos bailando entre ellos con una actitud macha que puede parecer de gimnasio cuando en verdad es más bien de sauna. La letra no podría ser más abiertamente maricona, ya que Rush es precisamente una conocidísima marca de poppers, lo que añade a la canción una lectura maravillosamente cafre que sintoniza tanto con el coro hipermasculino de machas de gym como con el ritmo de house-pop basiquísimo pero efectivísimo.

El Plan de Dominación Mundial Marica de Troye siguió con “Got Me Started”, el retrato pluscuamperfecto de un momento de sobras conocido por cualquier maricón: vuelves a casa después de una fiesta gay pero no quieres estar solo, así que recurres a ese hombre que está igual que tú para usaros mutuamente. ¿Y por qué digo que esto es un momento maricón cuando en verdad es aplicable a cualquier orientación afectiva y sexual? Por un detalle en concreto: la canción recurre a un sample de “Shooting Stars” de Bag Raiders, un tema hortera que, a día de hoy, sigue siendo un imperdible de cualquier fiesta gay que se precie. Dios está en los detalles. Y el Diablo también, sabiendo todos que el Diablo es tal y como se retrataba en “South Park” (es decir: una musculoca).

El tercer single de “Something To Give Each Other” ha sido “One Of Your Girls”, comúnmente leído como Troye Sivan tentando a un hetero con potencial de bicurioso pero que también puede ser interpretado como una fascinante cadena de frases que la gente utiliza en Grindr y que dan vergüencita ajena porque no hay nada menos sexi en una app de folleteo que la falta de dignidad. Todo ello, por cierto, con un vocoder y una producción que parecen de Daft Punk con el arcoíris en el visor de sus cascos.

¿En serio que todavía no ha quedado clara la declaración de intenciones de Troye? “Something To Give Each Other” es un disco hecho por y para maricones. Una celebración de nuestra cultura y nuestro modus vivendi que se completa con otras canciones como “What’s The Time Where You Are?”, que vuelve a jugar a los dobles sentidos en su letra (ojo con el uso de “top” aquí) y que incluye el sample de una chica soltando una línea gloriosa (“¿Anoche? Una puta locura. Guat de fac”) que cualquier marica reconocerá como lo típico que te dice tu mariliendre el día después de sacarla a pasear. “In My Room” es sexo vainilla entre Troye y su invitado de honor, un Guitarricadelafuente que deja caer joyitas como “tus espuelas con las mías” (lo que no necesita mayor explicación, ¿no?). “Silly” habla de algo tan gay como la difuminación de la frontera entre la búsqueda del amor y su sustitución por las sustancias químicas (ehem, chemsex).

Mención especial para “Can’t Go Back, Baby”, bisagra de “Something To Give Each Other” que necesita otra aclaración: el anterior álbum de Troye Sivan, “Bloom” (2018), fue un disco de amor hacia su (por entonces) novio. Este nuevo álbum, sin embargo, es el resultado de una ruptura. Es revenge pop en la estirpe de Taylor Swift o Shakira, así que todas las canciones tienen una segunda lectura: “Rush” es “estoy follando con todo lo que se menea”, “What’s The Time Where you Are?” es “tengo rollos de una noche que me ilusionan”, “One Of Your Girls” es “me he pasado Grindr”, “Got Me Started” es “nunca vuelvo solo a casa”… Y así un track detrás de otro.

Pero “Can’t Go Back, Baby” tiene algo especial. Para empezar, contiene un sample del “Back, Baby” de Jessica Pratt que Sivan utiliza para hablar de sus sentimientos sin necesidad de usar sus propias palabras. ¿Es necesario explicar la recurrencia con la que los maricas hemos acudido a las letras de determinadas divas para hablar de nuestros sentimientos sin usar nuestras propias palabras (porque, básicamente, no podíamos expresarnos de forma directa y abierta)? Troye usa aquí el weird folk de Pratt como si fuera una Dolly Parton melancólica… Ideal para que, de repente, ahí, en medio de la canción, en medio del disco, todo se pare y Troye cante: “I wish you weren’t dead to me. So much to miss in you. More than just my enemy, you were my lover too. And I hope you forgive yourself, because I swear I do. And it breaks my heart to say I can’t wait to live without you”.

Todo se detiene, suspendido en el aire.

Es como ese barco pirata de las ferias que, cuando se eleva la punta en la que tú estás, te deja el estómago gravitando en el vacío durante unos instantes. Un recurso dramático que revela la intención última del álbum, porque no hay nada más maricón que restregarle a tu ex que todo te va bien haciéndole saber que no paras de salir de fiesta y follar. La mayor parte de los mortales lo hacemos usando las redes sociales… Pero Troye lo ha hecho usando las diez canciones de un disco. Y, mira, solo puedo decir una cosa: olé sus huevos. ∎

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