El nuevo ensayo del siempre interesante Jon Savage es un voluminoso volumen de más de 700 páginas que dirige su telescopio hacia la música pop y su relación con el movimiento LGBTQ+. El autor del imprescindible “England’s Dreaming. Los Sex Pistols y el punk rock” (1991; Reservoir Books, 2009) ya avisa desde el prólogo: no todos los artistas que recorren el libro son gays, pero algunas de sus canciones sí que sirvieron en determinados momentos para cimentar el sentido de una comunidad marginada y obligada a vivir su sexualidad entre sombras y guiños del doble sentido.
Savage marca tres momentos determinantes para la visibilización LGBTQ+: la despenalización de la homosexualidad en UK en 1967, la revuelta neoyorquina de Stonewall a finales de junio de 1969 y la entrevista publicada en ‘Melody Maker’ en enero de 1972 donde David Bowie afirmó: “Soy gay y siempre lo he sido”. A partir de esta premisa, Savage divide su ensayo en cinco capítulos correspondientes a otros tantos años (1955, 1961, 1967, 1973 y 1978) para rastrear el impacto en la cultura pop de las vidas queer.
El disco complementario es un suculento espejo sonoro que ilustra –aunque no exhaustivamente: imposible– la teoría del ensayo, empezando en 1960 con el visionario “I Hear A New World” de JOE MEEK –que vivió en primera persona las presiones y el castigo por ser gay– para luego retroceder a 1955 con la explosiva “Tutti Frutti” de LITTLE RICHARD, nitroglicerina de rock’n’roll que continúa sonando desafiante y very hot (Richard es, de hecho, el objeto de estudio en el primer capítulo del libro). El de Georgia no estaba solo: la inclusión de ESQUERITA (“more extreme than Richard”, afirma Savage) con “Esquerita And The Voola” (1958), cara B de su segundo single, lo atestigua.
Del rock’n’roll primigenio made in U.S.A. volamos hacia Liverpool y el BILLY FURY de “Wondrous Place” –cover del norteamericano Jimmy Jones–, un single de 1960 de la mayor rockstar de las Islas Británicas, admirado y reivindicado por Marc Almond y Morrissey.
También de 1960 es “Strawberry Blonde (The Band Rocked On)” de FRANK D’RONE, una canción que chorrea swing y que fue adoptada en las pistas de baile de The Gateways, un pionero club de lesbianas localizado en Chelsea. Hay más oldies: “Foot Stompin’” (1961) de THE DOVELLS –favoritos de Warhol, apunta Savage–; el “Peppermint Twist” (1961) de JOEY DEE & THE STARLITERS, pinchado hasta la saciedad en el Peppermint Lounge, punto de encuentro gay cercano a Times Square; el dramático “You Don’t Owe Me” (1963) de LESLEY GORE (la vocalista de “It’s My Party” no haría su outing como lesbiana hasta principios de este siglo); “Needle In A Haystack” (1964) de THE VELVELETTES, puro Motown Sound –gran parte de la producción primeriza del sello de Detroit era moneda común en los clubes gays del momento–; también comparecen THE SUPREMES con un “Nathan Jones” de 1971 y THE TEMPTATIONS con “Law Of The Land” (1973), “an early gay disco classic”; así como, por encima de todos ellos, el maravilloso “Johnny Remember Me” (1961), un monstruoso hit interpretado por JOHN LEYTON y producido por Joe Meek: un espectral wéstern sonoro con la voz femenina (Lissa Gray) suplicando desde el más allá (fue prohibido en la BBC por sus referencias a la muerte).
El listado se haría interminable –en total son 41 canciones–, pero hay que dejar constancia de que también suenan THE VELVET UNDERGROUND & NICO (“I’ll Be Your Mirror”), SLY & THE FAMILY STONE (“Stand!”), JOBRIATH (“I’maman”), BIG BROTHER & THE HOLDING COMPANY (“Women Is Loser”) o AL STEWART (“Pretty Golden Hair”), sin olvidar dos tracks referenciales para el mundo gay: “Walk On The Wild Side” (LOU REED) y el “Soul Makossa” (1972) de MANU DIBANGO que desataba la locura cuando David Mancuso lo hacía sonar en The Loft.
La segunda parte del disco se concentra en la música disco y el punk, bandas sonoras que rompieron barreras sociales y culturales: “Get Dancin’” (1974) de DISCO TEX & HIS SEX-O-LETTES con el featuring del autodefinido “maricón puertorriqueño” SIR MONTI ROCK III; “Lady Marmalade” (1974) de LaBELLE; “Nobody’s Gonna Change Me” (1975) de THE DYNAMIC SUPERIORS; “I Feel Love” (1977) en el remodelaje de PATRICK COWLEY; “I Was Born This Way” (1978) de CARL BEAN (el original de Bunny Jones, de 1975, se considera “el primer himno gay lanzado comercialmente”); “Orgasm Addict” (1977) de BUZZCOCKS; “Fuck Off” (1977) de JAYNE COUNTY & THE ELECTRIC CHAIRS; “Glad To Be Gay” (1978) de TOM ROBINSON BAND –un manifiesto que, con las amenazas retrógradas actuales, habría que radiar sin parar–; “Prison” (1977) de los franceses SPACE; “Disco Dance” (1978) de la franco-tunecina MICHELE (seguro que suena en los fiestorros de Jessie Ware); “I Need A Man” (1977) de GRACE JONES en la remezcla 12” Disco Mix de Tom Moulton…
“The Secret Public” se cierra, con todos los honores, con “I Need Somebody To Love Tonight” (1979) de SYLVESTER –convertido en referente para la comunidad gay tras el éxito de “You Make Me Feel (Mighty Real)” durante el verano de 1978– en la versión maxi de Patrick Cowley. En las notas de Savage: “Su orgullo y visibilidad es un buen momento para finalizar esta recopilación”.
Mientras esperamos (crucemos los dedos) la traducción del libro, este complemento sónico es un festín que destruye etiquetas y que manifiesta que, pese a quien le pese, la noche siempre ha sido, es y será gay. Aunque a veces no nos lo parezca. ∎