Álbum

Willie Nelson

Oh What A Beautiful WorldLegacy-Sony, 2025

Willie Nelson es dios, eso ya lo sabemos desde siempre. Está en ese nivel donde hablar de tótem musical se queda corto, porque pocos tipos pueden presumir de haber entregado piedras angulares como Red Headed Stranger” (1975), con su atmósfera country única y que cumple ya 50 años, o Stardust” (1978), donde hizo suyas canciones populares para siempre. Pero Nelson no se quedó anclado ahí, como demostró en años recientes con álbumes como “A Beautiful Time” (2022) o “The Border” (2024). Todavía tiene algo que decir y una voz para decirlo.

El caso es que el artista cumplió 92 años el pasado 29 de abril, algo increíble teniendo en cuenta la vida intensa que lleva a cuestas. Y aquí sigue, cincelando lanzamientos casi por pura inercia vital: este nuevo trabajo, “Oh What A Beautiful World”, es su álbum número 154 (el 77 en solitario), cifras mareantes que reflejan claramente que continúa hilvanando discos con una serenidad olímpica y optimismo envidiables. Él mismo lo reconocía en una entrevista a ‘People’ el año pasado: “Tengo más de 91 años, así que no estoy preocupado por eso. No me siento mal, no me duele nada y no tengo ningún motivo para preocuparme por morir”.

Tal y como lo hizo en muchos de sus últimos álbumes, Nelson enhebra otro tributo a otro gran compositor. Esta vez, el elegido es Rodney Crowell, compatriota tejano y viejo conocido suyo desde que grabó por primera vez una de sus canciones allá por 1983 (“Til I Gain Control Again”). Sin ir a lo fácil, Nelson y el productor Buddy Cannon evitan los caminos trillados de Crowell, dejando fuera los hits más populares de su álbum “Diamonds & Dirt” (1988) y prefieren deshojar joyas más personales o temas grabados por otros intérpretes. Por ejemplo, aquí está “Shame On The Moon”, éxito de Bob Seger en 1982, “Making Memories Of Us”, popularizada por Keith Urban en 2007, o “Banks Of The Old Bandera”, interpretada originalmente por Jerry Jeff Walker en 1978.

Aunque quizá no entregue la versión definitiva de estas canciones, las canta exactamente como Willie Nelson, y eso ya es mucho. Su voz conserva calidez y autenticidad, aunque con matices propios del paso del tiempo que la vuelven aún más cercana y entrañable, sobre todo en canciones como “Banks Of The Old Bandera”, que parece hecha a medida para él. Igual ocurre con “Still Learning How To Fly”, donde canta: “I’ve got a past I won’t soon forget. You ain’t seen nothing yet”, algo que, en boca de Willie, resulta más auténtico que nunca.

La producción a cargo de Cannon resulta cómoda y clásica, vistiendo bien la voz y la guitarra Trigger de Nelson, que sigue regalando la misma calidez habitual. Destacan canciones como el dueto con Rodney Crowell en el tema que da título al disco, “Oh What a Beautiful World”, o cortes especialmente cercanos como “What Kind Of Love” –especialmente adictiva–, con su guitarra estilo twang que abre el álbum con elegancia y recuerda a Roy Orbison. También sobresalen la melancólica balada “Open Season On My Heart”, “The Fly Boy & The Kid”, que fluye con suavidad gracias a un ritmo tranquilo, y la emotiva “Stuff That Works”, escrita por Crowell junto a Guy Clark, un tema especialmente bonito donde brilla la pedal steel guitar, además de la armónica de Mickey Raphael que aporta ese toque emocional extra a la interpretación vocal del propio Nelson.

Este lanzamiento coincide con otro homenaje especial: Amy Irving, compañera en la película “Honeysuckle Rose” (Jerry Schatzberg, 1980), ha publicado “Always Will Be” (2025), un álbum en el que versiona diez clásicos del propio Nelson, acompañada por gente como Steve Earle o Amy Helm. Él mismo participa en ese disco con un solo acústico, confirmando que a sus 92 años está en plena forma. Austin, su ciudad adoptiva desde 1972, lo venera como santo patrón musical, con calles, esculturas y murales dedicados a él. Willie, por supuesto, devuelve el cariño celebrando su legendario pícnic del 4 de julio.

La conclusión es clara: “Oh What A Beautiful World” es otro disco maravilloso. Willie sigue aferrado con cariño a lo que domina desde siempre: destilar con el corazón canciones que parecen haber sido escritas pensando en él. A estas alturas, eso ya es suficiente. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados