EP

Yo La Tengo

The Bunker SessionsMatador-Popstock!, 2023

Un EP de Yo La Tengo con cinco canciones ya conocidas no parece un simple entretenimiento ni un artefacto para rellenar el hueco entre dos álbumes. Cuatro de los cortes de “The Bunker Sessions” pertenecen al último trabajo del grupo, “This Stupid World” (2023) –la portada del EP es la misma foto que la del disco virada ahora en amarillo–, pero han sido grabados en otro lugar, los estudios Bunker de Brooklyn, mientras que el álbum fue registrado en su totalidad en el hábitat natural de Hoboken, y el lugar en el que se ha cocido a fuego lento la música de Yo La Tengo es fundamental.

En otro espacio, Ira Kaplan, Georgia Hubley y James McNew aparecen algo más desnudos. El vídeo colgado en Youtube de esta sesión en los Bunker así lo atestigua. “Aselestine”, sin la mitad del envolvente fondo electrónico y las pulsiones de steel guitar, está construida más que nunca sobre la pausada métrica vocal de Hubley y con un punteo ligeramente distinto de la guitarra acústica de Kaplan. Lo mismo ocurre en “Apology Letter”, con la ausencia de la evanescente trompa utilizada en el álbum. “Fallout” desperdiga, pese a la austeridad, la misma energía eléctrica que la toma original, pero aparece al mismo tiempo con un sonido más hueco y distante, como si la tocaran a bajo volumen. La calma dura poco en ellos: “Sinatra Drive Breakdown” es otro ejercicio de funambulismo eléctrico en el que la guitarra desbocada de Kaplan no hace prisioneros tras marcar el territorio con unos toques de wah-wah inicial mientras sus dos socios marcan el ritmo frenético sin despeinarse. Parece fácil, pero no debe serlo. Este es el tema de atmósfera, duración y desarrollo más distinto respecto al disco.

La quinta canción del EP, “Stockholm Syndrome”, viaja un poco más atrás en el tiempo, ya que procede de “I Can Hear The Heart Beating As One” (1997), y es una de esas gemas de pop delicado, en este caso cantada por McNew y con visible influencia de los Beatles, que proliferan en el temario de la banda; eso sí, a la mitad del tema Kaplan vuelve a inflamarse durante treinta segundos –el solo en el original en es más corto y temperado– para recuperar después la pausa, el medio tempo y la melodía ensoñadora. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados