El progreso, objetivo común en el hip hop y en los ingenieros de Audi. Ilustración: Pixtin
El progreso, objetivo común en el hip hop y en los ingenieros de Audi. Ilustración: Pixtin

Future Is An Attitude

El progreso del break dance: de cultura urbana a deporte olímpico en París 2024

El break dance será deporte olímpico en los JJ.OO. de París 2024. Sin duda alguna, será la competición más novedosa y la que más miradas curiosas atraerá. El breaking, como se llamaba en origen –y lo siguen denominando los aficionados– antes de que Cool Lady Blue lo rebautizara y los medios de comunicación adoptaran el término más generalizado, se ha convertido en una unión de creatividad, habilidad, potencia, diseño y riesgo. Es sin duda un ejemplo de #FutureIsAnAttitude, como el nuevo Audi Q4 Sportback e-tron, el nuevo modelo electrizantemente deportivo de la marca de los aros (no olímpicos).

El origen del breaking se remonta, como el rap que luego se ha visto casi indisolublemente unido al barrio del Bronx neoyorquino, a la década de los años 70. Las fiestas de DJ Kool Herc en el 1520 de Sedgwick Ave. eran the place to be, una leyenda que fue creciendo más allá del vecindario. Herc se dio cuenta de que determinados ritmos (breaks) hacían enloquecer y bailar más a la gente, así que decidió usar dos discos iguales para hacer bucles infinitos y alargar esos cortes de percusión y bajo que volvían locos a los bailarines. Esa forma de mezclar pistas que Cool Herc bautizó como “Tiovivo” (Merry-Go-Round), y que los b-boys y b-girls adornaban con sus movimientos, creando el breaking.

Nadie podría imaginar entonces que, cinco décadas después, el break dance se convertiría en un deporte que seguirán millones de personas por TV en la ciudad de la luz y el lujo. No es una apuesta a ciegas: ya se probó en los Juegos de la Juventud en Buenos Aires 2018 y arrasó en audiencias. Believe the hype. Fue un intento del COI para acercar los JJ.OO. a los más jóvenes, como ya hicieron al estrenar el skateboarding en Tokio este año con un enorme éxito mediático y viral. Como dice uno de los principales representantes de este deporte en España, el cordobés Xak (abogado de profesión, ya que estamos rompiendo estereotipos): “El breaking es a la danza lo que el boxeo es al deporte”, una habilidad que exige más de cinco horas diarias de entrenamiento para estar entre los mejores. 

Break dancers, a principios de 1984, en Brooklyn. Foto: Michael Ochs Archives (Getty Images)
Break dancers, a principios de 1984, en Brooklyn. Foto: Michael Ochs Archives (Getty Images)
Como explica la medallista olímpica alemana de salto de longitud Malaika Mihambo, imagen de la campaña del Audi Q4 Sportback e-tron, “el progreso es el fuego que te impulsa, es la calidez que te invade cada vez que piensas en lo que quieres lograr”, y sin duda el progreso, ese progreso, es un objetivo común en los b-boys y b-girls, las atletas como Malaika y los ingenieros de Audi. “Ser consciente de una misma, pero también de lo que te rodea” –dice Malaika, haciendo una alusión implícita a la sostenibilidad, que es motivo y fin del Q4 Sportback e-tron–, y así después hacerlo mejor a ambos niveles”. Para Mihambo, que quiere fomentar la creatividad en los niños, “hacerlo juntos lo hace más fácil, creando sinergias”. Un concepto que los b-boys conocen bien, puesto que una figura fundamental del breaking son los cyphers, los círculos que forman los grupos de breakers mientras uno de ellos baila en el centro. Sin ese apoyo mutuo, esa competitividad bien entendida, la mejora personal y el progreso es más difícil. Lo saben los breakers, cualquier atleta que busque la autosuperación y nuestra querida ciudad de Ingolstadt –donde está la planta de producción de Audi–, cuyo nombre proviene de la traducción al latín del vocablo alemán “horsch” (apellido del fundador de la marca en 1909), que se puede traducir como “oye”, “escucha”.

El break dance será deporte olímpico en París 2024. Foto: Sergei Savostyanov (Getty Images)
El break dance será deporte olímpico en París 2024. Foto: Sergei Savostyanov (Getty Images)

Progreso, colaboración, futuro

Ninguna de estas historias que entrelazamos, personales o empresariales y técnicas, podrían entenderse sin estos conceptos.

La evolución de cualquier proyecto, de cualquier deporte, desde el juego hasta la épica olímpica, nace casi siempre en el patio de atrás, en un garaje, en un empeño por mejorar.

El progreso del breaking como expresión artística urbana en fiestas clandestinas de barrios afroamericanos de la Gran Manzana al mainstream más absoluto que supone estar en el espectáculo más seguido a nivel mundial ha ido en paralelo a la evolución del hip hop. Ya hace décadas que los MCs y productores más destacados pasaron de gangsta rappers que cantaban sobre los peligros de su barrio a ser figuras aspiracionales, pura imagen del lujo que, desde el semi-God y futuro candidato presidencial Kanye West hasta los hipermillonarios Jay-Z o Drake, son pura modernidad que desperdigan polvo de oro allá por donde pasan, por mucho que sigan cantando a Compton, como Kendrick Lamar. 

Creatividad, potencia y diseño se armonizan en este Audi Q4 Sportback e-tron.
Creatividad, potencia y diseño se armonizan en este Audi Q4 Sportback e-tron.
Quizá en París veamos el mismo salto dorado de los breakers al olimpo, siquiera por unas horas. En ese momento icónico en que hagan un “freeze” para recibir la medalla serán, sin duda, más famosos que quienes crearon los beats que atronan. Puede que Kim Kardashian se enamore de uno de ellos, de su agilidad deportiva que parece hacerles flotar, como al Q4 Sportback e-tron, a pocos centímetros del suelo, y se encaminen, directos al futuro, en su automóvil personalizado en color Negro Mito con espacio suficiente para cargar con las decenas de maletas del equipaje de la modelo de origen armenio, ex de Ye.

Seguramente Afrika Bambaataa, otro de los precursores del rap hace cinco décadas, hubiera soñado con un equipo de sonido premium Sonos como el que incorpora el Audi Q4 Sportback e-tron para lograr un sonido atronador como el que tenían fama en sus sound systems. Sus diez altavoces de alto rendimiento transforman la música en una experiencia inolvidable. Sus graves profundos y su sonido brillante permiten sentir tanto los tonos altos como los bajos con toda su intensidad. Justo lo que necesitas para escuchar el mejor hip hop de ayer y de hoy. Quizá hasta sirvieran para poner el sonido en los pabellones donde se celebren las competiciones de breaking en París 2024. Sería un reto, y ya sabemos que los retos nos hacen progresar. #FutureIsAnAttitude.

Más info en: Audi Q4 Sportback e-tron ∎

El nuevo modelo electrizante de Audi.
El nuevo modelo electrizante de Audi.
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