Parece ser que todo el tinglado en torno al polémico
hashtag #PabloMotosBaboso ha conseguido lo imposible: que Pablo Motos se venga arribísima y se autoproclame portavoz de esa “minoría silenciada” de señoros que se dedican a llorar por las esquinas porque resulta que la nación ofendidita ya no les permite hacer sus chistes de maricones y subnormales y bolleras y panchitos. La postura de “El Hormiguero” está clara: si necesitas blanqueo, ¿para qué quieres
lejía cuando nos tienes a nosotros?
El último y alarmante ejemplo de lo dicho lo ha protagonizado Miguel Bosé, que acudió al programa de Motos (supongo yo que) para hablar de la serie sobre su vida que se acaba de estrenar en SkyShowtime… Pero que acabó charlando animadamente sobre el elefante en la sala: su negacionismo de la COVID y el hecho de que últimamente anda más sonado que unas maracas. En la entrevista, Bosé soltó perlas del calibre de:
“Tú te vacunas, yo no me vacuno. El otro se tira por un balcón, el otro lo recoge. A uno le gusta la piña, al otro no. En fin, aquí hay espacio para todos” o
“A este Gobierno no le gustaba que yo llevase la contraria de lo que ellos pretendían a partir de ese momento lanzar. Yo sabía lo que iba a pasar y cuándo iba a pasar, y con un tuit me puse en contra al PSOE, al PP, a Podemos, a Vox, a su puta madre, a las farmacéuticas”. Y la joya de la corona:
“Ese derecho constitucional que nos ampara a expresarnos y pensar libremente había desaparecido, como muchos otros han desaparecido hoy en día, porque en la transición teníamos muchas más libertades de las que tenemos ahora”. A lo que Motos asiente con un mayestático
“No hay ninguna duda”.
¿Qué ocurrió justo a continuación? No hay ninguna duda: las redes ardieron con una turba de personas indignadas que no compran la
bullshit que les quiere vender “El Hormiguero”. Y, aunque a veces puede parecer que Twitter es un lugar en el que verter
hate sin sentido, otras veces resulta que la gente articula discursos tan elaborados
como este,
este otro o incluso
este último, que dice una verdad como un puño:
“Lo que mucha gente no entiende (y Miguel Bosé uno de ellos) es que la libertad de expresión también te da derecho a callarte la puta boca si no sabes de qué hablas”. Amén. Aun así, me sigo quedando con este último tuit que encapsula la perplejidad general ante esas libertades que existían en la transición y que ya no existen. Según la fantasía de estos señoros, claro, que nada tiene que ver con la verdadera historia oficial.