Lo mejor de todo, sin embargo, está siendo el diálogo que la secuela está protagonizando en redes sociales. Claro que hay quien ya ha empezado a lloriquear para hacer saber a los demás que, según su opinión, el mundo no necesita una secuela del filme original de Rob Reiner. Pero lo que está primando es más bien la excitación alrededor de este estreno… Hay quien afirma que lo más “Spinal Tap” de esta secuela es precisamente haberse saltado el 40º Aniversario del filme original que se celebró el año pasado y estrenarse directamente en el 41º aniversario. Hay quien desea que, siendo fiel al espíritu cachondón pero elocuente de la primera parte, “The End Continues” vaya de la típica banda (ejem) que no sabe cuándo dejarlo. Hay quien quiere reavivar el antiguo debate sobre si Spinal Tap es una sátira de Mötley Crüe o no. Y hay quien, pese al acierto del título oficial, propone otros títulos igualmente tronchantes como “Spinal Double-Tap” o, evidentemente, “Spinal Tap 11” sin pasar por los números que van del 2 al 10.
Pero ¿qué sería de todo hype en redes sin los memes y los gifs? Esa ha sido la reacción de todos aquellos que están recuperando algunas de las frases más icónicas del mockumentary o de los que empiezan a frotarse las manitas pensando que esta secuela podría / debería desembocar en una tercera actuación en directo de Spinal Tap (porque, sí, son una banda ficticia, pero en los años posteriores al estreno de la primera parte se marcaron dos actuaciones que algunos tachan, directamente, de conciertazos). Era de esperar que el gif de “these goes to 11”, base de varias de las bromas que ya he mencionado en este texto (y motivo suficiente para que, si no has visto la película, corras ahora mismo a hacerlo), volviera a correr como la pólvora . Y también era de esperar que la línea que mejor definió al filme original, “it’s such a fine line between stupid and clever” (“es una fina línea entre lo estúpido y lo inteligente”), vuelva cuatro décadas después para encapsular todo lo que esperamos de la secuela.
Puede que el mes de enero se nos hiciera eterno, pero tendrás que admitir que febrero pasó en un suspiro y que ya estamos casi casi casi en abril… Lo que significa que ya tenemos aquí la Semana Santa y que, aunque la mayoría de nosotros agradezcamos esta festividad básicamente porque implica vacaciones en el curro, también sigue existiendo gente (digo yo, asumo, supongo) que la agradece desde el fervor religioso. Gente como, por ejemplo, los responsables de este cartel de Setmana Santa de Girona que es ARTE en mayúsculas.
A nadie se le escapa que la principal inspiración de semejante obra artística son las estampitas de los Testigos de Jehová en las que los animales conviven en mayor o menor armonía con los seres humanos. Otros han conseguido descifrar el juego de referencias que proponen los tres protagonistas del cartel: Mufasa, el borreguito Norit y Jaime Lannister. Y otros, simple y llanamente, se preguntan cómo puede ser que a los Abogados Cristianos les moleste la estampita de la vaquilla de “Grand Prix” enarbolada por Lalachús pero que pasen totalmente por alto esta imagen que sí que es una verdadera ofensa a los sentimientos religiosos de los creyentes que supuestamente representan.
No es de extrañar, entonces, que ya haya quien esté dejando constancia de la magia que se desata en cuanto compartes en WhatsApp el cartel de la Setmana Santa de Girona. Pero, al final de todo, en lo que más se están regodeando las redes es en la extraña semblanza del león del cartel con Mufasa cuando se aparece en el cielo en forma de nubes para decirle a Simba que espabile. Lo que inmediatamente ha hecho que un bendito usuario de Bluesky haya cogido un meme mítico usado hasta la saciedad para hablar de la relación entre padres e hijos y lo haya convertido en este genial microcómic de cuatro viñetas.
Este Haciendo Scroll de Semana Santa (en Girona) y resurrección (de los Spinal Tap) solo podía acabar con una segunda resurrección… O algo así. Resulta que Apple TV+ ha estrenado un documental titulado “Before The End. Searching For Jim Morrison” en el que su director Jeff Finn afirma que Jim Morrison está vivito y coleando. De nuevo, esta noticia mereció un espacio destacado en el repaso del lunes de Cesc Guimerà. Pero, de nuevo también, las redes se han obsesionado de tal forma con esta teoría que no podía hacer otra cosa que coger esa obsesión y traerla hasta esta sección.
Porque la cosa es fuertecita: según Finn, un señor que dice haber estado investigando al frontman de The Doors durante ni más ni menos que 39 años, Jim Morrison fingió su muerte (ya tú sabes: en una desangelada bañera de París en el lejano año 1971) y actualmente, con 81 añazos y bajo el nombre de Frank, vive en Syracuse consagrado a su trabajo de conserje. Obviamente, y teniendo en cuenta que a las redes sociales les gusta más una conspiranoia que a un tonto un lápiz, esta teoría se he convertido en el monotema de muchas personas que, en los últimos días, se están dedicando a echar la vista para, por ejemplo, recuperar la última foto conocida del artista. Como si eso fuera indicador de algo.
Sea como sea, el documental de marras ha acabado acercando a Apple TV+ a un tipo de público que hasta ahora sudaba de la plataforma por mucha “Separación” que tenga en su parrilla. Y, mientras algunos establecen parecidos razonables entre la historia de Jim/Frank y la de Don Draper, otros se rinden ante la evidencia de que, si Morrison estuviera vivo, Rick Rubin le estaría obligando a sacar discos como churros. Aunque la mayor pega que se le puede poner a esta teoría, tal y como señalan ciertas voces, es que estamos hablando de un artista que no era precisamente conocido por su modestia y que, por lo tanto, si estuviera vivo, fijo que no se podría haber pasado tanto tiempo con la boca cerrada.
Total, que por mucho que haya quien esté proponiendo un viajecito a París para exhumar la tumba de Morrison y quien propone métodos realmente extraños para comprobar si Frank es realmente Jim, al final hay que reconocer que las pruebas que aporta el documental son francamente débiles. Por mucho que, llegados a este punto, sea difícil no soñar con lo alucinante que sería el titular “Jim Morrison, supuestamente muerto durante mucho tiempo, se muere”. ∎