Lo reconozco: mi nuevo pasatiempo favorito es cotejar las diferentes perspectivas que se despliegan sobre una misma noticia dependiendo de si se mira a través de X / Twitter o Bluesky. Tomemos, por ejemplo, un pedacito de actualidad que me ha dejado especialmente picueto en los últimos días: Victor Williams, el policía de los Village People, ha sorprendido al mundo entero afirmando que le parece fetenísimo que Trump haya convertido “Y.M.C.A.” en un himno de su reciente campaña, sobre todo porque esta nunca ha sido una canción gay. De hecho, precisamente por eso, porque nunca ha sido una canción gay, va a iniciar acciones legales contra todo aquel que afirme tal cosa a partir del 1 de enero de 2025.
En un comunicado publicado en su propio Facebook, Willis afirma cosinchis como: “Esta es una falsa asunción basada en el hecho de que el compañero con el que escribía las canciones era gay, al igual que algunos de los miembros de Village People (no todos), lo que llevó a la gente a pensar que el primer disco de la banda trataba sobre la vida gay”. El tío también se pone asertivo cuando pide a la peña que saque “la cabeza de la cloaca”. Y, aunque afirma que no le importa que “los gays consideren la canción como su himno”, también se lanza a la contradicción total al dejar caer que “sugerir que es un himno LGTBIQ+ es difamatorio y dañino para la canción”. Porque, obviamente, la etiqueta LGTBIQ+ sigue siendo difamatoria y dañina en pleno año 2025. Todo perfecto, cariño.
Pero aquí empieza lo interesante… Porque resulta que X / Twitter está plagado de gente que está comprando el discurso de Willis alegando que tiene todo el sentido del mundo que el policía de Village People desconociera por completo las implicaciones gays de la canción. Así lo afirma él mismo: “Tal y como he declarado en numerosas ocasiones, no sabia que el Y era un punto de encuentro para los gays cuando escribí la letra, y Jacques Morali (que era gay) no me lo dijo ni una vez”. Jacques Morali, por cierto, es el “compañero con el que escribía las canciones” que Willis mencionaba en las declaraciones anteriores. Y añade que, para él, “Y.M.C.A.” “fue, es y será una canción sobre pasar el tiempo con los amigos”.
Sea como sea, X / Twitter es el espacio en el que lo único que vas a ver es gente compartiendo la noticia en medios supertrumpistas como Fox News o, sorprendentemente, poniendo sobre la mesa datos que son menos casuales de lo que esta red parece creer. Como, por ejemplo, el hecho de que la canción lleve tres semanas en lo más alto de las listas de ventas gracias al efecto Trump.
Pero vayamos ahora a Bluesky, plataforma en la que las implicaciones de estos últimos datos no han pasado desapercibidas y donde se resalta la siguiente parte del discurso de Willis: “No nos salía del corazón pedir a Trump que parara de usar la canción después de que tantos artistas lo hayan hecho. Además, ¡estamos sacando provecho de ello!”. Y ahí está la clave de todo: “Estamos sacando provecho de ello”. Porque, obviamente, no estaban sacando provecho de ello cuando, en junio de 2020, el mismo Victor Willis pidió directamente a Trump que no usara ni “Macho Man” ni “Y.M.C.A.” en sus mítines.
Al final de todo, resulta francamente increíble que Willis haya vivido tantas décadas totalmente ajeno al hecho de que “Y.M.C.A.” es un himno gay. Sobre todo si tenemos en cuenta que así fue recibido por la prensa de la época y que, además, él mismo estaba ahí cuando Village People actuaban en eventos como el Cascade AIDS Project Halloween con el que se recaudaron fondos para la lucha contra el sida en los primeros 90s. Por no mencionar los videoclips de la banda, que no van precisamente de machos buscando a hembras.
Así que me fío mucho más de Bluesky cuando los usuarios se hacen preguntas tan pertinentes como esta: “¿La gente alrededor de Willis le han estado protegiendo durante todos estos años tanto de la percepción de la canción como del concepto de Village People al completo?”. O cuando muestran escepticismo vía meme a la vez que se marcan el mejor titular posible: “Victor Willis to sue the media after they declare the water’s wet” (“Victor Willis demanda a los medios por declarar que el agua moja”). Todo para concluir que, al final de todo, lo divertido es que no es el propio Willis quien decide si “Y.M.C.A.” es un himno gay o no lo es: somos nosotros los que lo decidimos… y decidimos que SÍ.
Hoy el Haciendo Scroll va de negacionismo… Porque, de la misma forma en la que Victor Willis niega que “Y.M.C.A.” sea un himno maricón, Lucas de Andy y Lucas (me chifla que en redes se le llame así, como si “de Andy y Lucas” fuera su apellido) tiene los santos cojones de afirmar que no se ha hecho absolutamente nada en la cara, que lo único que ocurre es que “me he puesto tibio esta mañana, que me he comido media barra de pan en la cocina, pero nada más”. Y también que “he sido feo, soy feo y seré feo”.
Las redes sociales, sin embargo, se niegan en redondo a creer estas declaraciones de Lucas de Andy y Lucas porque, en serio, el antes y después de esta “pinza” estética es muy pero que muy fuertote y, vamos, es que “ya ni fosas sépticas tiene”. Así que es inevitable que, ante el negacionismo del artista, acabe ganando el meme y el comentario jocoso, ya sea del tipo “mi bulldog respira mejor que el de Andy y Lucas” o “por lo visto Andy y Lucas se han peleado y por cómo le ha quedado la cara a Lucas sospecho que ha ganado Andy”.
Hay quien ha encontrado parecidos razonables con los personajes de “Érase una vez el hombre” y quien ha lanzado especulaciones artísticas del tamaño de “ojalá Andy formando un grupo como La Oreja de Van Gogh que se llame La Nariz de Lucas”. Pero, sobre todo, ha imperado el choteo gráfico para poner en relieve el parecido de esta nueva nariz con el símbolo del GPS o para homenajear a la mayor experta en enigmas lingüísticos con frases tan brillantes como “igual no es Andy, pero esfinge serlo”.
Y, como no hay dos sin tres, tras los negacionismos de Victor Willis y Lucas de Andy y Lucas, es inevitable recalar en la visitita al Senado que hizo Jaime Mayor Oreja, exministro del Interior con José María Aznar, para declarar lo siguiente: “Acabo de estar en París en un acto de la Federación en defensa de la vida y he podido comprobar que la mayoría de los filósofos franceses hoy defienden nuestras posiciones. Y que, entre los científicos, fundamentalmente están ganando aquellos que defienden la verdad de la creación frente al relato de la evolución. Por eso no tenemos que tener ningún temor. Estamos ganando a pesar de que la moda dominante siga rabiosa y enfadada con nosotros”.
Esto ocurría en un encuentro organizado por la Red Política de Valores en la que Mayor Oreja seguía empeñado en cargar contra la ciencia y otras “modas abominables”, y donde incluso se vino tan arribísima como para afirmar que “la esclavitud también fue una moda abominable”. Oye, que si pudimos superar la esclavitud, pues podremos hacer también lo mismo con la ciencia, ¿no te parece? Sobre todo si, como hace este señoro, nos rendimos ante la evidencia de que “la cultura woke ha dado un paso atrás y han sido derrotados los que defienden el aborto”.
Por suerte, en redes sociales no han tardado en recurrir a la IA para ampliar el discurso del exministro, además de contextualizar lo que está ocurriendo de la forma más acertada posible: “Mayor Oreja es eso que pasa cuando una guerra civil la pierden los maestros y la ganan los curas”.