Como comentábamos en el Haciendo Scroll de hace dos semanas, Elon Musk apareció en “Saturday Night Live” el pasado sábado, disfrazado de Wario, imitando el acento italiano característico de la familia Mario Bros., y con la aparición estelar de Grimes haciendo de Princesa Peach. Hay algo extremadamente cursed –o sea, que desprende energías difíciles de digerir– en ver a dos billonarios intentando con todas sus fuerzas caer bien y hacer gracia. Lo que más me molesta –a mí y a gran parte de internet– es que, contando con todos estos elementos italianos en juego, se haya perdido la oportunidad de recrear una de las cumbres en la historia de Twitter: Italian Elon Musk, cuenta de culto en 2018 hasta que fue censurada, que nos dejó frases clásicas como “send a calzone into space”.
Pero más allá de los memes, viene el criptodrama. En los días anteriores a la emisión del programa, el hype de que Musk hablaría del Dogecoin en pantalla había ido en aumento, haciendo que la criptomoneda doblase su precio en pocas horas. Musk llevaba la moneda bajo el brazo desde hace meses con el lema “To the moon” (acompañado de emojis de cohetes), con el objetivo de subir su precio al dólar. Llegar a la luna/dólar significaría multiplicar casi x30 los beneficios de cualquiera que hubiese invertido en ella al estar en 0.03$, su precio base allá por diciembre. El sueño fue truncado por el bochorno y, tras llegar hasta el 0.69$ justo antes de empezar SNL (si te crees que este número es una casualidad graciosa, es porque no conoces el poder y la tenacidad de los simps de Musk), vino el desplome, con una caída del 30% en pocos minutos. El millonario ha intentado salvar los muebles anunciando que el Dogecoin será la moneda oficial de los viajes al espacio, lo cual debería dar cierta estabilidad a una moneda que hasta ahora ha vivido del meme y del hype. También ha anunciado que Tesla dejará de trabajar con Bitcoin por su uso de energías no renovables y que buscarán criptomonedas que lo hagan de manera más sostenible.
No es el único contenido curseado de la semana. Los vídeos asquerosos de comida han vuelto, como una condena por no haber parado a tiempo todos esos clips de Tasty que acababan siendo un descenso a los infiernos de la freidora. Llevan tiempo entre nosotros: hemos visto nachos en la encimera, hemos visto helados en tazas de váter. El plato estrella de esta semana consiste en una mujer haciendo espaguetis para veinte personas en una encimera. El formato es siempre el mismo: alguien vierte una cantidad ingente de comida sobre una cubierta poco higienizada, la persona fuera de cámara le dice “oh, qué buena idea”, a lo que la persona realizando la marranada le responde “en mi casa siempre lo hacemos así”, finalizado por miles de comentarios que llegan a la conclusión de que Estados Unidos no debería existir. La imaginación de esta gente por ganar hate-replys es una cosa pocas veces vista, cuando en la práctica no hay que partirse tanto la cabeza: basta con añadir aceitunas a una paella, y dejar que Valencia haga el resto.
Sin embargo, las energías siempre se autorregulan, y si el Yin y el Yang existen en internet siempre habrá cosas wholesome que equilibren lo cursed. Y hemos tenido wholesome... extrañamente wholesome. Una serie de memes oscuros llamados “Me petting my cat before the nuclear blast”, que partían de una imagen original titulada así y en el que aparecía una foto tipo POV en la que alguien acaricia un gatito en un entorno altamente iluminado. A partir del original, la contribución de los usuarios hizo el resto: en Reddit existen todas las variaciones posibles de lo que pasaba contigo y tu gatito después de la explosión nuclear. Durante unos días a principios del mes, te podías encontrar con algún pasaje nuevo de la aventura en tu timeline. Algunos usuarios han recopilado todas las realidades posibles en esquemas, creando un “elige tu propia aventura” internetera (aka colectiva y caótica). Y más allá de que hay algo que calienta el corazón en la peor posibilidad de todas –que tu gato venga a por ti a las entrañas del infierno–, “Me petting my cat before the nuclear blast” abre oportunidades para seguir creando formatos de narrativas colaborativas en la web.
Estas narrativas colaborativas que solo son posibles en red tocan su cumbre en TikTok. Como ya auguraban la ola de vídeos de Sea Shanties, el TikTok viral de esta semana también ha sido uno que solo es posible gracias a la contribución de gente que va añadiendo capas al video original, logrando que un vídeo de un chico presentando a su novia se convierta en la historia de un secuestro. Y aunque sea un subgénero al que le cueste llegar a la luz –porque el diseño de TikTok no permite ver las colaboraciones de forma directa–, la práctica se está extendiendo. Mi favorito, para acabar la sección, es esta canción colaborativa entre una rana y unos cuantos músicos, que quizá debería hacer replantear a Rockdelux si necesita una sección de “best new tiktok collab music”. ∎