Ahora que los primates vuelven a brincar por la gran pantalla, el realizador francés
Emile Sornin rinde su particular homenaje a “El planeta de los simios” (1968), la fábula distópica de Franklin J. Schaffner. Sornin, uno de los realizadores que saca pecho en la productora francesa Division Paris, se respalda en los efectos especiales de los estupendos Mathematic para urdir un divertido trabajo que, según palabras del propio director, quiere presentar un decorado posapocalíptico, naturalista y de colores muy poco saturados.
En este marco tan idílico, los simios no empuñan metralletas ni se lanzan al galope para apresar humanos; más bien pertenecen a una peculiar secta que sustrae de unos cofres unos instrumentos musicales que están unidos a los cuerpos desmembrados de los componentes de
Cut Copy. La sorpresa inicial de los monos ante semejante descubrimiento derivará en un concierto salvaje y de tensión ascendente que llevará a los protagonistas a comportarse finalmente como una
rockstar histriónica y sin freno: es decir, como una
rockstar animalizada.
Por eso, entre tanto frenesí, el realizador se permite un guiño final a una de las instantáneas clave de la historia del rock: el momento en que Jimi Hendrix prendió fuego a su guitarra en el Monterey Pop Festival (1967). ∎