Cuesta imaginar a una banda tan luminosa como
Tennis en un contexto extraño y perturbador. Pero los grupos, tal vez conscientes del peligro que supone acudir al subrayado con imágenes, optan cada vez más por intentar alejarse un poco del espíritu que propone su música. Sin embargo, para que la fórmula funcione, la ruptura no debe ser total: aquí la luz entra por el fino sentido del humor.
En este vídeo de Tennis, Chris Osborn y Matthew Shorr, integrantes del dúo creativo
Lilliput, optan por un
playback trufado de momentos inquietantes y con poca explicación racional. La acción se sitúa en un café teatro o club semivacío. Según avanza el metraje, descubrimos a sus poco habituales espectadores en el palco. A la solemnidad de la puesta en escena se le quita hierro a través de las candorosas coreografías de una keatoniana Alaina Moore y dos bailarinas/coristas.
El nombre de David Lynch acude a la cabeza a las primeras de cambio: cortinas rojas, clubes brumosos, planos sostenidos más allá de lo razonable sobre personajes que pasan de lo insignificante a ser la clave, por la duración del mismo, de un relato que no se resuelve en lo lógico, la sensación de sociedad secreta o un esoterismo extremo bajo la realidad… Sin embargo, todo a través del orden y la sencillez, con una gestión de recursos impecables. Como dice la canción,
“the meaning comes, and goes…”. ∎