Sensibilidad nómada.
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Entrevista

Arooj Aftab: largo viaje hacia la noche

La cantante paquistaní residente en Brooklyn lleva un tiempo deleitando con una amalgama que cruza sin alharacas el folk, el jazz, la clásica y la canción urdu. “Night Reign” es su última dádiva. Un exquisito disco lleno de expresivos silencios y cuerdas que abducen, que debería encontrarse en las posiciones altas de las cada vez más cercanas listas de lo mejor del año. Mañana actúa en Barcelona (Caprichos de Apolo) y pasado mañana en Madrid (Villanos del Jazz).

Arooj Aftab ejerce un inesperado dominio. Su música de terciopelo oscuro se ha extendido desde Pakistán, la tierra donde pasó buena parte de su vida, hasta los Estados Unidos, donde emigró para estudiar en el prestigioso Berklee College Of Music, la universidad privada de música más grande del mundo. Desde 2009 estableció residencia en Brooklyn. Y desde ahí consiguió recepción internacional. A sus 39 años, ha ahondado y ha ido creciendo en terrenos poco convencionales. La intersección del jazz y el folk con la música tradicional de su país ha resultado un híbrido extrañamente fecundo. Si con “Vulture Prince” (New Amsterdam, 2021), el tercer álbum en solitario de su carrera –anteriormente había publicado “Bird Under Water” (Autoeditado, 2015) y “Siren Islands” (New Amsterdam, 2018)–, se granjeó la atención de la crítica, un contrato con Verve Records y el reconocimiento de la industria, siendo la primera mujer paquistaní en ganar un Grammy a la mejor actuación internacional, su siguiente paso discográfico no rebaja los méritos cosechados.

“Night Reign” (Verve-Universal, 2024) se desenvuelve como otra caricia de la música y cantante nacida en Arabia Saudí aunque criada en Lahore. De nuevo la melancolía, la nocturnidad y el deseo se erigen en capiteles de su obra. Si el anterior trabajo quedaba empapado por el duelo de la muerte de un hermano, aquí libra un trance hacia los estados condensados, chispeantes y arrebatadores con que la noche recompensa a sus pernoctadores más insomnes.

Modernidad y tradición. Foto: vía Facebook
Modernidad y tradición. Foto: vía Facebook

Para un encantorio de tal magnitud se rodea de colaboraciones de primer orden. Moor Mother presta su voz y Joel Ross su vibráfono en “Bolo Na”. James Francies la acompaña en la reconfiguración del estándar jazz “Autumn Leaves”. Con Vijay Iver, con quien compartía autoría junto a Shahzad Ismaily en el también inmaculado “Love In Exile” (Verve, 2023), entrega otra delicia. Con Cautious Clay, Kaki King y Maeve Gilchrist montan una velada de ensueño en “Last Night Reprise”. Cierra con un mano a mano con Chocolate Genius Inc., el colectivo neoyorquino de Marc Anthony Thompson.

Su influjo empieza por un poder vocal tal que, en ocasiones, le basta con recitar un poemario gazal. Pero la emoción se transmite a través del refinado envoltorio instrumental y el valor expresivo que extrae de los mínimos arpegios y de los silencios. Esa emocionalidad maximalista en contraposición al minimalismo instrumental de su propuesta alcanza su cúspide en “Raat Ki Rani”, un tema con el que se cuela directamente en los confines de Sade.

“Raat Ki Rani”, vídeo dirigido por Tessa Thompson.

Con este cuestionario –que responde por correo electrónico desde, probablemente, alguna zona oscura de su hogar neoyorquino– intentamos adentrarnos un poco más en la larga noche que cae cada que vez que accionamos su hermoso dispositivo musical.

La noche reina. El concepto de la noche parece irradiar tus composiciones e incluso tu identidad. ¿Qué te fascina de ese momento que la mayoría utiliza para el descanso?

La noche siempre ha sido el momento favorito para la comunidad de músicos y la gente creativa. Para mí ha sido siempre un multiverso en el que muchas emociones se dan lugar. Me encanta. Y quería honrar todo su poder en este disco.

El álbum cautiva al oyente con una forma oscura y bella. Mezclas el jazz y el folk, la música clásica y la música tradicional paquistaní. Se podría decir que es un mejunje no muy habitual en las rutinas sonoras de Occidente. ¿Te sorprende lo bien que ha sido recibido por el público?

¡Me alegra que a la gente le esté gustando! Siento que pertenezco a tantas culturas… Esta es la banda sonora en mi cabeza, de mi experiencia vivida. Creo que es un sonido único, pero también uno que merece ser escrito, interpretado y celebrado con tanto entusiasmo como la música pop.

Empezaste haciendo música en Pakistán, ampliando los preceptos de la música tradicional al añadir elementos rompedores. ¿Cuán difícil fue dar con esa voz cuando vivías ahí?

Era una adolescente. Pasé mi vida aprendiendo música por mí misma, tocando la guitarra y escuchando una amplia variedad de música. Era un tiempo despreocupado. No pensaba realmente en el propósito de nada (risas).

Luego te mudaste a los Estados Unidos. ¿Cómo fue todo ese proceso? ¿El cambio de entorno afectó a tu música?

Mi música representa mi vida nómada y toda las interacciones que he tenido a lo largo de esta.

En “Love In Exile” colaboraste con Vijay Iyer y Shahzad Ismaily. ¿De dónde surge ese impulso?

Fue algo que sucedió. Vijay invitó a Shahzad y a mí para una actuación improvisada y las habilidades musicales de los tres resonaron tan fuertes que nos vimos obligados a grabar un álbum conjunto.

“La noche siempre ha sido el momento favorito para la comunidad de músicos y la gente creativa. Para mí ha sido siempre un multiverso en el que muchas emociones se dan lugar. Me encanta. Y quería honrar todo su poder en este disco”

En este último álbum tu inspiración lírica proviene de distintas fuentes. ¿Qué suele inspirarte?

Mi inspiración para este álbum surgió básicamente de la noche en sí, y de unas pocas musas que imaginaba en escenarios nocturnos seductores.

Utilizas el sonido como un elemento altamente expresivo en tus composiciones. ¿Podrías profundizar en cómo desarrollas ese aspecto en tu música?

Es muy difícil articular el proceso. Paso mucho tiempo pensando en los instrumentos, las personalidades de los músicos que los tocan y cómo todos esos sonidos se pueden entrelazar conjuntamente.

Tu música también está orientada a un estado melancólico que personalmente adoro. ¿Es algo que buscas o dirías que es algo inherente a tu arte?

Sí, bastante. Me encanta que pueda hacer una música que pueda afectar así a los oyentes. Es el tipo de sentimiento que busco cuando escucho la música de otros.

¿Consideras que el hecho de mudarte a los Estados Unidos ayudó a tu reconocimiento internacional? ¿Crees que de seguir en Pakistán hubieras obtenido la misma atención con tu música?

Es difícil de decir cuando se habla de notoriedad. Hago música desde hace tiempo en ambos lugares. Pero a la vez puedo decir que se me considera más una miembro activa de la industria musical estadounidense, la cual tiene más recursos y estructura que la de cualquier otro lugar. ∎

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