Lo dicho: Arooj Aftab, Reina de la Noche. Y supongo que, llegados a este punto de mi crónica, habrá quien piense que estoy hablando de una Reina de la Noche misteriosa, oscura, taciturna, introvertida… Pero nada más lejos de la realidad. Porque, en mi cabeza, una Reina de la Noche es aquella que se expande cuando sale la luna, que utiliza el mundo de las sombras para arrancarle a la vida todos esos placeres que solo pueden obtenerse cuando el mundo no mira porque los ojos más juzgones ya están durmiendo.
Dicho de otra forma: Aftab dejó claro que es la Reina de la Noche cuando, tras la primera canción y con un copazo de vino tinto en la mano, explicó que el concierto iba a estar repleto de
“ups and downs” porque su
setlist combinaba canciones de “Vulture Prince”, en el que capturó la tristeza por la muerte de su hermano menor, con los temas de “Night Reign”, donde la artista se consagra en cuerpo y alma a ese mundo nocturno en el que la diversión adquiere formas más sensuales y complejas (la tía afirmó literalmente que el disco iba de
“hooking up at night”). En esta pausa entre canciones, Arooj también aprovechó para pedir a la mesa de sonido que le dieran a su voz el brillo que le habían quitado los millones de cigarrillos fumados el día anterior.
Así debe ser una Reina de la Noche: alguien que sabe trenzar la melancolía y la tristeza con el flirteo de barra de bar y con el cachondeo de colegas que alargan las horas en un antro porque no quieren volver a casa.
“I like your energy. Let’s do some shots. Let’s get drunk” (
“Me gusta vuestra energía. Tomemos unos chupitos. Vamos a emborracharnos”), le dice al público antes de repartir entre la primera fila una ronda de chupitos de whisky que, obvio, son la mejor apertura posible para su canción “Whiskey”. También explica que “Raat Ki Rani” es su canción favorita del disco porque va de pasarte la noche cruzando miradas con alguien que te gusta y que no oculta que también le gustas, aunque al final decidas levar anclas y marcharte a casa… que es donde te espera tu pareja. En medio de las risas del público, Arooj apuntilla que su pareja no es muy fan de esta canción. Son solo dos ejemplos del humor con que la artista lubrica los espacios entre canción y canción, apretando más todavía el lazo que las canciones han ido estrechando entre ella y el público.