Si la vida moderna es basura, ¿qué es el ‘Top Of The Pops’, Damon? Foto: Zanna
Si la vida moderna es basura, ¿qué es el ‘Top Of The Pops’, Damon? Foto: Zanna

Entrevista

Blur: pop life

Aeropuerto, furgoneta, radio, furgoneta, sándwich, siesta, televisión, furgoneta, prensa, soundcheck, showcase, furgoneta, hotel, furgoneta y aeropuerto. La vida del popstar. Blur, aspirantes cualificados en edad de adiestramiento, viajaron a Madrid para una suave sesión. Mañana a Milán y el miércoles… ¡al ‘Top Of The Pops’!

Existen como mínimo dos lugares en los que el reloj jamás marca la pauta: un cementerio y un plató de televisión. Blur son unos ídolos en su país, pero en España la estrella se llama Miguel Induráin –en pleno Giro–, y hasta que no cruce la meta, los cámaras del ente público de RTVE no les permitirán conquistar la península. Damon Albarn (voz), Alex James (bajo), Graham Coxon (guitarra) y Dave Rowntree (batería) asumen disciplinadamente el boicot de la peña Induráin y se echan a sestear. Con un par de horas de retraso, grabarán una infinidad de tomas de “End Of A Century” (un severo examen que la canción supera con holgura) y “Parklife” (en la que Damon hace las veces de Phil Daniels).

Phil Daniels, el Jimmy de “Quadrophenia”, es solo uno de los “guest artists” de “Parklife” (1994). “Somos fans absolutos suyos. Necesitábamos la voz de un ‘londoner’, de algún conductor de camión o algo así, y contactamos con él”. También Laetitia Sadier de Stereolab se deja ir en los coros de “To The End”. “Buscamos a Françoise Hardy, pero fue imposible. Sabíamos que Laetitia era francesa y vivía en Londres, así que la llamamos”. Incluso Pet Shop Boys invirtieron tiempo y esfuerzo remezclando “Girls & Boys” para las pistas de baile, “una decisión intelectualmente acertada aunque todavía prefiero nuestra versión original”.

“Girls & Boys” es una de las claves que diferencia “Parklife” de “Modern Life Is Rubbish” (1993), una acertada aproximación a la música disco, aunque no la primera. Cuando Blur contribuyeron al álbum benéfico “Ruby Trax”, prepararon una versión de “Video Killed The Radio Star” que finalmente fue sustituida por el “Maggie May” de Rod Stewart. ¿Rod Stewart? ¿Un icono del rock interpretado por sus máximos detractores? “No estoy en contra del rock, lo único que no quiero es que nos perciba como una banda de rock. Pop es una expresión más adecuada para definirnos”.

La furgoneta recorre el trayecto que separa Prado del Rey de Morocco, escenario del debut hispano de Blur. Damon responde sin demasiado interés a las preguntas. De hecho ni siquiera mira hacia donde he situado el micrófono. Prefiere contemplar el paisaje mientras me esfuerzo en provocar alguna reacción en él.

“Parklife”, vídeo dirigido por Pedro Romhanyi, con la aparición estelar de Phil Daniels.

Un intento: ¿realmente puedes ver clara la línea que separa el pop del rock?

Sí, la veo.

A mí me cuesta. Tengo claro que Nirvana son rock y que Prefab Sprout son pop, pero ¿y R.E.M.?

Son pop.

¿Por qué? ¿Porque sus canciones son buenas?

Exacto.

“Queríamos crear un disco radioscópico”

Blur (Damon, mientras no se diga lo contrario) se definían en 1991 como “una banda sin manifiesto”. Hoy ni siquera hace falta provocar su perorata antiyanqui. “‘Parklife’ es un antídoto contra la música americana, contra su actitud desalentadora y negativa. Todo el mundo está más que harto del grunge”. Solo si le digo que Luke Haines defendía “New Wave” con el mismo discurso se presta a matizar. “No es que esté en contra de la música americana, simplemente estaba determinado a hacer un álbum que situase la buena música pop británica de nuevo bajo el foco de atención. Es necesario seguir tus instintos y crear tu propio espacio. Llevamos tres años así y ahora ha llegado el momento de hacer que la gente entre en nuestro mundo. Por eso no quiero insistir en que este es un disco de pop típicamente británico. Nuestra ambición es que también funcione en Europa. ‘Modern Life Is Rubbish’ era muy tremendista y exclusivo, era un disco para nosotros, pero ‘Parklife’ es más optimista y universal”.

Seymour pasaron a ser Blur en 1989, cuando Dave Balfe (ex Teardrop Explodes) les abrió las puertas de Food. “Entonces tocábamos canciones de punk acelerado, canciones como ‘Bank Holiday’”. El primer cambio radical de estilo se produjo en 1990. “La gente nos distraía aprovechando que teníamos facilidad para cambiar de un sonido a otro. Ahora se ha demostrado que esa era nuestra fuerza y no algo negativo”. “Leisure” (1991), que al principio iba a titularse “Irony In The UK”, fue el último gran disco de “sonido Manchester”, el colofón a una temporada que centró sus miras en sonidos psicodélicos y letras vacías de contenido. “Nuestras letras no decían nada, pero no era porque no tuviese nada que decir, sino porque no sabía cómo hacerlo. También existía la idea de que la banda no necesitaba decir nada. Era una actitud nihilista y contra lo establecido. No nos interesaba comentar todo lo que sucedía, preferíamos disfrutar. Pero aquella actitud tampoco nos llamaba la atención hasta el extremo de convertirla en nuestra base a largo plazo, así que nos reconvertimos en lo que somos hoy. Nos definimos”.

“Todas las canciones tienen que ver con desilusiones, gente que intenta escapar aunque no sepan de qué. Es un disco sobre tragedias, pero tratadas desde un punto de vista humorístico, no profundo. Oscuro pero no profundo”

Damon Albarn

“Modern Life Is Rubbish” nació como “un disco totalmente diferente a lo que los demás estaban haciendo en aquella época. Es el primero que hicimos bajo nuestras propias condiciones y, ante todo, nos dio mucha confianza”. Un álbum radicalmente opuesto a “Leisure”, inteligente, serio, adulto y deliberadamente británico. Stephen Street se convierte en su productor oficial, demostrando que la renovación de una banda nunca debe basarse en la aportación externa. “Ese es un error que cometen a menudo los grupos. Hay que buscar el cambio en uno mismo, y no esperar que venga de fuera. Los Beatles son un ejemplo perfecto de ello. Un buen productor solo ayuda a que emerjan las ideas que llevas dentro”. Street es, sin embargo, parte implicada en la magnificación de Blur ante la opinión pública. Comparar su caudal creativo con el de Jam, Smiths, Bowie o Clash siempre ayuda. “Cuando está bebido siempre dice cosas así”, reconoce Alex James.

Un año después, “Parklife” será un demarraje en subida. “La idea era componer un disco como si estuviésemos sintonizando emisoras. Queríamos crear un disco radioscópico”. Respecto a la coherencia interna de los textos, “todas las canciones tienen que ver con desilusiones, gente que intenta escapar aunque no sepan de qué. Es un disco sobre tragedias, pero tratadas desde un punto de vista humorístico, no profundo. Oscuro pero no profundo”.

Para Damon el secreto del buen pop reside en “una buena melodía y una letra inteligente. No existen demasiadas bandas que hagan de la inteligencia una virtud”. Entonces surgen tres ejemplos –Kinks, Jam, Madness– a los que asiente sin dudar: “Son mis raíces y hago uso de ellas como del suelo que piso. Pero también podemos hablar de bandas americanas como R.E.M., Talking Heads, los primeros Violent Femmes y muchos grupos europeos que no necesariamente copian sonidos ingleses o americanos”. ¿Devo? “Es físicamente imposible que me hayan influido, jamás he escuchado nada suyo. Tengo discos de los Sparks que podrían considerarse una versión primeriza de Devo”.

“Girls & Boys”, vídeo dirigido por Kevin Godley.

Hace años pregonabas que Blur no eran una pandilla de arrogantes descerebrados, y sin embargo ahora prefieres al “popstar” arrogante antes que al músico introspectivo y retraído.

Sí, es muy importante que la música no confunda a la gente. Puedes ser triste pero no debes persuadir a la gente de que lo sea. Tipos como Morrissey han convertido en una virtud el hecho de confundir a la gente, dar lecciones de comportamiento y luego tergiversarlas. No me gusta la gente que se pasa el día diciendo a la prensa lo difícil que es vivir, porque no es ese el tema. El sufrimiento es algo contra lo que hay que luchar.

¿Y no crees que tienen más mérito, por su dificultad y riesgo, exponer sentimientos personales que hablar de vaguedades?

Sí, pero corres el peligro de acabar obsesionado contigo mismo. Te vuelves un poco loco. Odio ver cómo la música destruye a la gente. Sé que es así, pero no puedo soportarlo. Prefiero ver cómo hace feliz a la gente.

“Es muy importante que la música no confunda a la gente. Puedes ser triste pero no debes persuadir a la gente de que lo sea. Tipos como Morrissey han convertido en una virtud el hecho de confundir a la gente, dar lecciones de comportamiento y luego tergiversarlas”

Damon Albarn

Hace unos años dijiste que te sentías como un estudiante de arte al que le habían extirpado la inocencia.

No creo haber dicho eso, debió ser Graham. Pero es evidente que pierdes la inocencia hagas lo que hagas. Eso es madurar. No es algo que me moleste. Lo más importante es mantener la salud.

Sin embargo, reconocerás que actualmente te motiva más salir en el ‘Top Of The Pops’ que hace tres años…

Sí. Me encanta actuar para ‘Top Of The Pops’. El miércoles volvimos allí.

¿Será tan apasionante como aquí?

No, allí son algo más eficientes. ∎

Tres manchas brillantes

“Leisure”
(Food-EMI, 1991)

“Leisure” es un álbum coyuntural, brillante epílogo a la borrachera mancuniana. “She’s So High”, “There’s No Other Way” y “Bang” fueron los singles previos, tres perfectas muestras de cómo construir pop mayúsculo con bases pretéritas y no sonar desfasado. La dejadez de “Repetition” y “Wear Me Down” o la impertinencia pop de “Fool” mantienen el nivel de un disco irregular (“Sing”, “High Cool”, “Come Together” o “Birthday” desmerecen) pero ideal para aquellas fechas. El tiempo y sobre todo la propia progresión de Blur son los mayores enemigos de “Leisure”. Psicodelia bailable y mareante (en el buen sentido).

“Modern Life Is Rubbish”
(Food-EMI, 1993)

Dos años después nacen los nuevos Blur demostrando una capacidad innata para asimilar las influencias más comprometedoras y recubrirlas con un halo de atemporalidad que las hace infalibles. Blur son un grupo de pop ilimitado, pero su ambición les empuja a ofrecer demasiado repertorio (“Modern Life Is Rubbish” también se descompensa a partir de “Sunday, Sunday”). Dentro de una coherencia sonora bien estudiada, ya empieza a intuirse el caudal creativo del cuarteto. “Blue Jeans”, “Chemical World”, “Advert”, “Intermission”, “Star Shapped”, “Villa Rosie” o “For Tomorrow” son ejercicios impecables de pop metódico. Un islote de clarividencia entre tantas disputas por definir el sonido de los 90.

“Parklife”
(Food-EMI, 1994)

Blur ensanchan su espectro sonoro (aunque lo de radioscopio sea algo exagerado). De la música disco (“Girls & Boys”) a la canción melódica (“To The End”), del punk (“Bank Holiday”) al tecno-pop (“Trouble In The Message Centre”). Los apóstoles de Damon Albarn siguen presentes (Bowie, Beatles, Kinks, Madness…), pero cada vez se difumina más la línea que une y separa al pupilo del maestro. ¿A quién hay que condecorar por “End Of A Century”, “Parklife” o “To The End”? Hay discos que certifican el poderío y el genio de su autor. “Parklife” no. En “Parklife” se adivina que Blur aún pueden dar mucho más de sí. Su capacidad como compositores y arreglistas queda fuera de duda. La arrogancia se ha convertido en una fuente de motivación ilimitada. En solo cuatro años. ∎

Etiquetas
Compartir

Contenidos relacionados