Tenemos el bar para uso y disfrute. Nadie salvo nosotros en el Peor para el Sol. Es por la mañana. Los festivaleros haraganean en sus catres. Los menos afortunados curran. Están conmigo Javier Calequi, músico y vocalista del trío, y Luisa Corral, la joven Pantera. Todavía falta por llegar Lauri Revuelta, la Pantera más curtida. En esa espera, sucede algo significativo: la panterita descubre su primera cana. Revisándola espeluznada en el espejo, parece una mandrila mirándose a sí misma por primera vez. Berrea, cómicamente, mientras el yayo Calequi la sosiega con ternura. “La música envejece mucho”, dice cariñosamente. El drama capilar se interrumpe al aterrizaje de la que faltaba: la Pantera Senior. En su pelo ya salturrea alguna brizna de nieve calcificada. Ella ya superó la emoción de los primeros testigos del fin de la juventud. La Pantera joven, al verla, baja de su leve histeria. Rinde homenaje, con achuchón fraternal, a su hermana de pelo carbón y mirada felina. Calequi sigue, tras la panterita, su turno para el abrazo. Forman un conjunto que rebosa familiaridad, buena onda, respeto y apoyo mutuo. Un perfume que se mantiene a lo largo de toda la conversación, en la que se dan la palabra unos a otros como si quisieran hacerse la pelota. ¿Lucha de egos? No se atisba.
Empinamos los cafés que ha tenido a bien financiar el veterano Calequi; argentino radicado en Madrid y soldado del amor de sobras entrenado en las trincheras musicales. El reconocido músico empapa sus intervenciones de sonrisas y la generosidad de las preguntas. Como aquellos que, ya algo cansados de hacerse conocer, sienten enriquecer el espíritu conociendo a otros. Las Panteras, no menos agradables, no menos generosas en regalar encía y mirada predispuesta. Se sientan a tumba abierta sin recelar del interrogatorio sobre el disco “Mezcla rica” (Autoeditado, 2023), que cuenta con colaboraciones de Lido Pimienta, Kevin Johansen, Xoel López y Jorge Drexler. Esta semana han publicado un nuevo EP que incluye la remezcla de "Doesn't Make You Happy That I'd Love You" y una versión de "Harvest Moon", de Neil Young. Y en abril actuarán en Madrid (11) y Barcelona (18).
¿Quiénes son Las Panteras?
Lauri: Las Panteras nacen aquí y gracias a Javi. No son un proyecto anterior. Siempre decimos que hizo, sin saberlo, como un test de personalidad. Porque, además de lo musical, fue también un casting personal. A lo que empezamos a tocar y cantar juntas todos vieron que empastamos muy bien en todos los sentidos. Hasta el punto de que, ahora sí, hacemos nuestras propias colaboraciones.
Javier, a ti Jorge Drexler te presenta como un artista completísimo y de sustrato profundo. ¿A qué se refiere?
Javier: Personalmente, me gusta más definirme como músico que como artista. Me encanta arreglar canciones y producirlas, y eso me hace sentir más en la definición de músico. Por otro lado, supongo que Jorge se refiere a que mi vida es la música. Casi te diría que como un matemático lleva a su vida la matemática, yo llevo a mi vida la música. Las situaciones personales, la cotidianidad... Todo gira en mi cabeza por ese lugar. Me agarré muy fuerte de la música porque es algo que me salvó la vida. Entonces, sí, para mí es algo sagrado.
¿Vosotras también padecéis esa llamada a la dependencia?
Lauri: Yo creo que si estás en esto es porque tienes algo de antes. Quizá de siempre. Yo cantaba segundas voces sin saberlo. Luego llega un momento en que, dadas las circunstancias, te puedes permitir decir “vaya, ¡pues a lo mejor esto sí es lo mío!”. Ese es el salto definitivo.
Luisa: También hay grados de necesidad. Javier, por ejemplo, lleva en esto muchos años. Como un pintor que se pasa el día pintando. Yo no he tenido esa dependencia de la música, quizá hasta ahora. Pero al haber vivido la experiencia del directo, la composición, etc., algo me ha hecho clic, claro.
¿Cuándo y dónde emerge la idea de este disco? Lo digo porque es una coctelera de lo más variopinta y plural.
Javier: Pues en Costa Rica, con Jorge. Antes de comenzar la gira de “Tinta y tiempo”, hicimos un concierto que se había suspendido por la pandemia. Así que, dos años después, ahí estoy, en Costa Rica, y me pasaron la hoja de ruta del tour. Cuando vi la cantidad de lugares de Latinoamérica que íbamos a recorrer, pensé que sería una muy buena idea grabar una canción en cada ciudad. Pero era algo completamente imposible con los tiempos que manejamos. Aun así, ahí compongo la primera canción del disco, que es “La hora tica”, y empiezo a pasarles material a las chicas de cara a un álbum.
Lauri: De hecho, lo que decía Luisa de un pintor que no para de pintar era lo que nos decíamos. Porque Javi está de gira, pero también está produciendo todo esto.
Luisa: Lo que está claro es que no puedes hacer un disco con cada canción perteneciente a países distintos sin haberlo vivido en una gira, claro.
Es cierto que cada canción se homologa bastante bien a la vibración de cada territorio.
Javier: Creo que diste con la palabra, es la vibración. Más que el sonido. Porque la idea no era hacer un bolero porque hablamos de México o un merengue porque hablemos de República Dominicana. Es un espíritu, un sistema anímico… Lo dicho, una vibración.
El álbum entra en esta dinámica actual de la mezcolanza. Parece que ya nadie se queda con un género, sino que se meten todos en un mortero para intentar sacar un ingrediente particular, ¿no?
Lauri: Ahora es muy difícil poner una categoría. Yo, cuando he tenido que hacer alguna solicitud, el único cajetín que te dan sería “música fusión”. Igual que te ponen “música urbana” y cada banda es un mundo. En nuestro caso la idea no es poner un elemento detrás del otro. Hay una simbiosis que ya se avecina en el nombre del disco. Porque ¿cómo defines esta banda? ¿Latina? ¿Funk? ¿Canción de autor?
Yo os tildaba de trovadores.
Javier: ¡Trovadores del futuro! (ríen). Respecto a esto, hay una canción de Martín Buscaglia en la que dice: “¿Para qué quisiste hacer lo que ya hiciste ayer?”. Y eso está bueno. No respetar ningún género. Hacer cosas muy locas.
Lauri: La chaqueta ya no puede tener solo un color: rock, pop, etc.
Luisa: Eso creo que es una representación de la sociedad. Ya no quedan mods, ya no hay grupos de gente que se identifique solo con una música o una manera de vestir. Se han perdido muchos prejuicios.
Javier: Sobre todo las nuevas generaciones. Y el resto se está dando cuenta de que eso ya no tiene ningún sentido.
Luisa: Lo que importa es divertirse, y esto no es frívolo.
Y parece que en este lugar, el Peor para el Sol, no han sido pocas las veces que lo ha hecho la gente con vosotros.
Lauri: Hicimos más de setenta conciertos aquí y en todos hubo una revisión musical semanal que nos ayudó mucho a mejorar, pero sobre todo cariño y sorpresas. Ya ves que el espacio es reducido. Aun así, la gente bailaba y se movía. Otras personas se quedaban muy quietas…
Luisa: ¡Pero luego nos venían a decir que le había encantado el concierto! Teníamos incluso habituales.
Javier: Aquí entendimos de qué iba el proyecto. Cuando empezamos era algo muy básico. Luego le encontré un sentido a Calequi y Las Panteras, que es el presente. Este fue nuestro Hamburgo personal.
Siguiendo con las mutaciones de paradigma antes comentadas, ¿por qué creéis que se está dando un auge de la música hispanoparlante frente a la anglo?
Javier: El cambio de la música anglo al español yo lo vivo mucho con los viajes. De hecho, tengo familia en Inglaterra. Y resulta increíble darte cuenta de que, por primera vez en la historia, ¡el mundo habla español! Bad Bunny se escucha en Emiratos Árabes y en Essex. Y eso está haciendo por la lengua algo que no estaba ni en la cabeza de Cortázar. ¿Cuál es mi hipótesis en cuanto a las razones de este cambio? Creo que, en lo que respecta a la música, tiene que ver con encontrar un espacio rítmico con voz y pulso propios que, sobre todo, me parece más divertido que lo que estaba sucediendo en la música anglosajona.
Lauri: Hay una hegemonía occidental que se pone en cuestión. Y aunque intenta fagocitar las voces latinas, estas se están imponiendo. Creo que las razones hay que encontrarlas mucho en Estados Unidos. En el presente hispanoparlante que se impone allí. Además, vamos abandonando la idea de que lo latino es un gorro mejicano o una flamenca. Se ha desestigmatizado la cultura latina.
Javier: Has dado con la gran clave, la inmigración. Que provoca un cambio de referentes abriendo mucho el espectro.
Lauri: Ahora lo que va a empezar a producirse es un cambio en la educación musical. Lo suyo sería no abandonar los estándares, sino ir ampliándolos.
Luisa: También la música hispanohablante entiende que el público ha de ser parte del espectáculo. Lo integra y comunica con él. Nosotros hemos aprendido a lograr que la gente sea parte del show. Que la gente se sienta implicada. A mí me parece que lo mejor es cuando un grupo crea hermandad. La idea de crear una tribu que te hermane a través de una música me parece una de las energías más poderosas que se pueden dar en esta profesión.
¿Dónde veis a Calequi y Las Panteras en un futuro cercano?
Javier: Haciendo conciertos, cantando, bailando, haciendo tribu.
Lauri: Siendo los sacerdotes de un ritual habitual para la gente.
Luisa: Lo dicho, hermanando. ∎