Escuchar las canciones de Elliott Smith es como volver a oír música por primera vez. Una vuelta a la inocencia, cuando descubrir a un artista todavía era un acto asombroso. Hay una cualidad de intimidad subyugante que muy pocos artistas han conseguido transmitir. Elliott atraviesa la distancia con el oyente para cantar al oído. Con el paso de los discos, al contar con más recursos, fue añadiendo texturas a su sonido, pero nunca desapareció su capacidad de emoción y de asombro ante lo que pasaba dentro y fuera de su cabeza. A continuación, diez canciones que suponen un viaje emocional por la vida de su autor.