La sensación de aceptación de uno mismo flota en un álbum cuyo creador define como
“punk, sin ser punk”. Se trata de una colección de canciones variada y tremendamente original, que ajusta cuentas consigo mismo.
“Yo escribo las letras –explica Lias–
, por lo que en cierto sentido es un diario personal, aunque al hacer la música con otros, queda difuminado de alguna manera”. Tras un infierno personal que se alargó en el tiempo, el perdón al que alude el título tiene que ver con estar limpio de drogas tras una juventud politoxicómana.
“Ya no tomo nada. Mi vida ha cambiado completamente y ahora si bebo un par de cervezas ya me siento culpable”, confiesa. Esta nueva vida, continúa, va de la mano de
“vivir con mi novia” en una casa en el barrio londinense de Brixton.
“He estado en auténticos agujeros y ahora puedes encontrar hasta fruta en mi cocina”, dice, entre más risas.