Desde el principio me sedujo la manera abierta de entender el rock de Super Furry Animals. Con el grupo de Cardiff en parada indefinida desde hace varios años, el músico galés Gruff Rhys ha ido desplegando una carrera personal muy ligada al pop y al folk. Conversamos con él a raíz de su nuevo trabajo, “Sadness Sets Me Free” (Rough Trade-Popstock!, 2024).
Rhys, que se muestra cercano y se toma tiempo para cada respuesta, defiende una visión implicada con el mundo y propone una forma de ver la vida, como si quisiera decir que la tristeza no es tan mala. Un reflejo de su estado de ánimo actual: “Sí, creo que con este disco me estaba dando la libertad de cantar canciones tristes y de queja. Pero aún así sigue siendo un disco bastante optimista. Me dedico a la música melódica, y creo que se percibe esa energía optimista. Cuando se me ocurrió ese título y la canción en sí, sentí que era un buen lugar para empezar un disco y colocar el resto de canciones alrededor de ese título”.
¿La música es tu lugar en el mundo?
Sí, mi forma preferida de comunicarme es a través de la canción. Creo que algunas personas son buenas conversando, otras son buenas en las redes sociales. Mi medio de comunicación favorito es la canción. Es un medio más lento porque me puede llevar tiempo pensar en las palabras, para comunicarme de una manera diferente.
Grabaste este disco en La Frette con el arreglista Jean-Claude Vannier y el productor Olivier Bloch-Lainé. ¿Es importante para ti trabajar con gente nueva?
Sí, creo que todavía estoy aprendiendo y que estoy abierto a ello. El origen de este disco comenzó cuando me pidieron que escribiera algunas canciones para el grupo tuareg Imarhan. Trabajé con ellos en su último disco, “Aboogi” (2022), que fue grabado en el sur de Argelia con el ingeniero Maxime Kozinetz. Fue sorprendente grabar esas canciones en vivo y que el álbum se registrara a un volumen muy bajo, porque las estaba haciendo sonar enormes. Tiempo después grabé con Maxime algunas canciones nuevas, con formato de banda en vivo. Luego llevé las grabaciones a Gales y añadí un cuarteto de cuerdas, para finalmente mezclarlas en Francia. Entre la grabación y la mezcla dejé unos meses para comprobar que las canciones todavía estaban bien y cambié algunas letras. Creo que es inevitable que cada disco que hago suene similar debido a mi voz: soy yo el que estoy escribiendo las canciones. Por eso intento hacerlo diferente a través de una experiencia diferente: aprendiendo algo nuevo, intentando ir más allá. Aquí en tres o cuatro canciones mi voz es realmente tranquila, podría ser un susurro. Así que tal vez sea algo que intentaré de nuevo en el próximo álbum.
Creo que logras ese objetivo de sonar diferente en cada álbum. ¿Resulta fácil después de una larga carrera? ¿Descubres nuevos aspectos de tu perfil como compositor?
Creo que es un proceso largo. De alguna manera todavía estoy tratando de encontrar mi propia voz como solista. Supongo que es un proceso de redefinición y de intentar simplificar lo que hago. Pero también dejo cosas abiertas al azar: porque ahí sucede la magia y los resultados imprevisibles. Las sorpresas en el estudio siempre son buenas, errores que crean resultados que nunca podrías haber imaginado. Normalmente me gusta planificar todo. Escribo todas las canciones antes de grabar, y también dejo espacio para los errores y la experimentación.
Vivimos en un mundo en que es importante ser irónico, usar el humor, para hacer frente a la realidad. La música ayuda mucho a eso. ¿Dirías que esa crítica e ironía está en tus letras?
Sí, vivimos en una época realmente difícil, un período terrible en la historia. Y creo que el humor es a menudo una forma poderosa de protesta. A veces es más realista reconocer la desesperación, con el humor, y transmitir todos los extremos de tu personalidad en lugar de intentar ser alguien con buen gusto.
En canciones como “Peace Signs” incluyes lo alegórico, lo metafórico, pero “Cover Up The Cover Up” tiene un punto político. ¿Tendríamos que hablar más de los problemas diarios, o de cuestiones en las que estamos involucrados, como los derechos humanos, el racismo o los gobiernos de extrema derecha?
Sí, es extremadamente preocupante que volvamos a caminar sonámbulos hacia una especie de dictaduras de derecha. En el Reino Unido tenemos un gobierno de extrema derecha. Ya sabes quién quiere deportar a los solicitantes de asilo procedentes de Ruanda. Es una locura más allá de la imaginación, una barbaridad que está sucediendo en todo el mundo. Supongo que los principales medios de comunicación son cómplices de alguna manera, haciendo que parezca normal. Por ejemplo, ahora todas las semanas hay muchas protestas y manifestaciones en Cardiff, porque ese es el único medio que queda para comunicar el descontento. Pero están intentando prohibirlas. Inevitablemente eso crea mi compromiso político con el arte y la música. Escapar a eso es una sentencia mental. Porque creo que también es posible hacer música política trascendente.
En su momento compusiste la canción “I Love EU”. ¿Cómo valoras las consecuencias del Brexit, de estar separados de Europa?
En ese momento pensé que era algo descabellado. Y cuanto más lo pienso, creo que fue un golpe de estado diseñado por Facebook. Sabemos que la Unión Europea en su forma actual no es una utopía, no es perfecta de ninguna manera. Por ese tipo de cosas que permite, ese tipo de favores que hace en general. Ya sabes, la privatización y una especie de visión del mundo ultracapitalista. Pero creo que era una idea muy disruptiva la del Brexit. Fue algo dirigido por Boris Johnson solo para poder convertirse en primer ministro. Estaba apoyando a la Unión Europea unos meses antes del referéndum y luego cambió de opinión porque se dio cuenta de que podía convertirse en líder. A nivel práctico, el Brexit es un desastre. A nivel comercial muchos negocios independientes están cerrando aquí. Creo que es realmente triste. Podríamos mostrar más solidaridad con otras personas de Europa siendo parte de la Unión Europea, y aspirar a una vida mejor. La belleza de los europeos está en que somos diferentes pero tenemos puntos de conexión. Además, los estados nacionales son una especie de concepto del siglo XIX. Mi primer idioma es el galés, por ejemplo. La comunidad de lengua galesa tenía los mayores porcentajes de población del Reino Unido que querían permanecer en la Unión Europea en el proceso del Brexit, porque sentimos una afinidad con otras partes de Europa que hablan idiomas minoritarios, y porque sentimos que la Unión Europea fue quien nos ayudó en cierto modo contra el tipo de monopolio del estado-nación. Y creo que la Unión Europea también es un proyecto de paz.
Tu primer álbum en solitario fue escrito en galés. ¿Sigue siendo importante la escena de bandas galesas que cantan en ese idioma?
Sí, es una gran escena con buena música. Quizá no sea tan conocida, pero es bonito escuchar voces diferentes en la sociedad, para que no nos convirtamos en una especie de monocultivo. Crecí obsesionado con el rock’n’roll angloamericano. Era la cultura pop dominante en los años setenta y ochenta, cuando yo era niño. Culturalmente, el mundo es más caleidoscópico. La gente está más abierta a escuchar propuestas en diferentes idiomas.
¿Se acabaron Super Furry Animals o es todavía probable un regreso?
No hemos hecho un álbum desde que salió el último en 2009. Así que no lo sé. Tal vez...
¿Sigues en contacto con los demás miembros?
Sí, hablamos mucho, hemos estado reeditando todos los álbumes y remasterizándolos. Super Furry Animals es una gran parte de nuestras vidas y la gente todavía escucha nuestra música, existe en la mente de las personas. Nos reencontramos de gira en 2015, hicimos una reedición del álbum “Mwng” (2000) y decidimos hacer cinco shows en torno a la reedición. Al terminar, prolongamos la gira durante dos años. Si hacemos un disco, estaremos de gira durante años. Y eso es un gran compromiso. Tuve mi primer hijo en 2008 y pude seguir en la banda durante aproximadamente un año. Luego se volvió imposible. Pero Super Furry Animals es algo tan grande e incontrolable que todo es posible. ∎