Aunque empezaron grabando en casa con un cuatro pistas y presupuesto cero, Guided By Voices han construido un catálogo desbordante. Su álbum de debut, “Devil Between My Toes” (Ə Records, 1987), fue grabado en un sótano y de él se prensaron 300 copias. Discos como “Bee Thousand” (Scat, 1994) o “Alien Lanes” (Matador, 1995) se consideran hoy día fundamentales en la historia del indie rock estadounidense. El primero suele citarse como una obra maestra del lo-fi. La banda ha influido a generaciones posteriores sin necesidad de ocupar grandes titulares, manteniéndose fiel a una ética de trabajo inagotable. Solo en los tres últimos años han publicado “Crystal Nuns Cathedral” (Guided By Voices Inc., 2022), “Tremblers And Goggles By Rank” (Guided By Voices Inc., 2022), la recopilación de EPs y rarezas grabadas originalmente entre 1993 y 1994 “Scalping The Guru” (Guided By Voices Inc., 2022), “La La Land” (Guided By Voices Inc., 2023), “Welshpool Frillies” (Guided By Voices Inc., 2023), “Nowhere To Go But Up” (Guided By Voices Inc., 2023), “Strut Of Kings” (Guided By Voices Inc., 2024) y “Universe Room” (Guided By Voices Inc., 2025). Casi nada.
Por sus filas han pasado decenas de músicos, pero desde hace una década han consolidado una formación estable con el cantante Robert Pollard al frente, acompañado por Kevin March (batería), Mark Shue (bajo), Bobby Bare Jr. (guitarra) y Doug Gillard (guitarra), uno de los arquitectos de riffs más versátiles del indie americano. Además de proyectos como Lifeguards y ESP Ohio, Pollard y Gillard firmaron juntos el destacable “Speak Kindly Of Your Volunteer Fire Department” (1999). Y aunque sería imposible nombrarlos todos, Pollard también ha grabado en solitario bajo los alias Teenage Guitar y Rip Van Winkle, o en proyectos como Circus Devils –junto a los hermanos Todd y Tim Tobias–, así como “Beard Of Lightning” (2003), álbum de Phantom Tollbooth en el que puso la voz. Por su parte, Gillard ha hecho lo propio en solitario y con grupos como Children’s Crusade, Death Of Samantha, Cobra Verde, Gem, Bambi Kino y los respetados Nada Surf.
Lo cierto es que Guided By Voices han girado sin parar, con un espíritu que hoy sigue siendo punk y libre. Con esa trayectoria apabullante, contactamos con Doug Gillard para proponer una entrevista con ambos. La hicimos por correo y lo que recibimos fue un verdadero ejercicio de generosidad. Es poco habitual que hoy día Robert Pollard participe en este tipo de intercambios, pero contar con ambos ha sido una de esas sorpresas que una no se imagina posibles. Si en algún momento pareció que Guided By Voices se repetía, esta entrevista demuestra que nunca han dejado de moverse.
En los últimos tres años habéis sacado más discos que muchas bandas en toda su carrera. ¿Cómo se mantiene viva la chispa sin que se vuelva rutina?
Doug: Cada disco es bastante distinto del anterior y del siguiente, y eso es lo que mantiene viva la chispa. Siempre es emocionante recibir un nuevo lote de canciones y empezar a trabajar en ellas.
Robert: No existe ese tiempo de descanso a la hora de crear, ni en el arte ni en la música. Es un proceso diario y continuo, y cuando termino un proyecto, empiezo otro.
¿Cada disco nace con un núcleo emocional desde el que se desarrolla todo lo demás?
Robert: Normalmente empiezo cada disco con una portada o un título, y eso suele inspirarme y ayudarme a definir el tema o el tono general del álbum.
Cuando una canción llega al escenario ya ha pasado por casete, ordenador y varios oídos... ¿En qué momento sentís que realmente respira? ¿Qué versión se siente más real para vosotros?
Robert: La versión del disco siempre es la penúltima versión. Supongo que porque es la original. He oído a bandas decir que su versión de una de nuestras canciones es mejor que la original. Eso es casi imposible.
Doug: A veces yo mismo me lo pregunto, porque en directo suelo ir metiendo partes nuevas, sobre todo notas de transición. Aun así, sigo prefiriendo la simplicidad de las versiones de estudio.
¿Diríais que seguís obsesionados con el orden del tracklist?
Robert: Sí, aunque ya no le doy tantas vueltas como antes. Ahora se me da mejor decidir el orden de las canciones según va tomando forma el disco.
En “Universe Room”, las canciones parecen estar construidas a partir de fragmentos que se entrelazan de forma libre, mientras que “Strut Of Kings” sigue estructuras más completas y clásicas. ¿Qué os llevó a apostar por dos enfoques tan distintos y seguidos?
Robert: Simplemente buscaba más diversidad, así que cada canción de “Universe Room” se abordó desde un ángulo distinto, aprovechando el talento y el carácter de cada miembro de la banda.
Doug: Bob tenía en mente una canción para que cada miembro de la banda grabara música por su cuenta. Eso añadió diversidad en los métodos y paletas usados en ese álbum.
Ahora que todo se graba por partes y a distancia, ¿no echáis de menos el caos de estar juntos en una misma sala?
Robert: Sí. Ese proceso no está completamente descartado para el futuro.
Doug: Kevin, Mark y yo intentamos juntarnos para grabar al menos una parte de cada disco. En “Universe Room” hay bastantes canciones que se hicieron así. La música del disco que sacaremos más adelante este año la grabamos en directo, en estudio, como trío, y fue una decisión totalmente intencionada.
¿El mito del lo-fi os ha hecho sentir más libres o se ha convertido a veces en una caja en la que se espera que os quedéis?
Doug: No estoy seguro de cómo se siente Bob con esto, pero creo que algunos fans esperaban que la banda se mantuviera en esa caja. Siempre hemos trabajado con una paleta de sonidos diversa. Diría que la idea de que la banda solía ser más lo-fi, y que a veces todavía lo es, nos permite sentirnos más libres como músicos.
Robert: Hace tiempo que no estamos en esa caja. Saltamos dentro y fuera de ella ocasionalmente. Realmente no tenemos un conjunto de reglas fijas. Simplemente se valora la diversidad en el sonido y en la grabación.
En este proceso por capas y a distancia, ¿cómo sabéis cuándo una canción está terminada y no necesita nada más?
Robert: Normalmente, cuando todos han terminado su parte. Llevamos bastante tiempo juntos, creo que más de diez años, y hemos desarrollado una química con la que nos sentimos bastante cómodos y en la que confiamos. De vez en cuando añado algo después de que esté terminado o le pido a alguien más que lo haga.
Doug: Bob tiene notas de producción para cada disco. Algunas contienen detalles muy específicos de cosas que él escucha en una canción, y otras no tienen nada específico más allá de una idea general de lo que hay que buscar. Hay una confianza implícita ahí, y eso no es algo fácil de encontrar. Por mi parte, escucho cosas que me gustaría añadir, y tengo bastante buen criterio para saber cuándo otra pista sería demasiado.
Robert, tienes más de 2500 canciones registradas a tu nombre. ¿Alguna vez te has parado a pensar cómo has podido crear tanto a lo largo del tiempo?
Robert: No. Creo que simplemente es parte de mi forma de ser, algo que empezó en la infancia. Siempre quise formar parte de una banda o de algo relacionado con la música. Me encantan las canciones. Al menos las buenas.
Tu trabajo en collage tiene una identidad muy fuerte. ¿Crees que tu forma de recortar y ensamblar imágenes influyó en cómo escribes y estructuras las canciones?
Robert: Sí, creo que sí. Pero creo que ambos empezaron más o menos al mismo tiempo y se han desarrollado y madurado a la par. Realmente es el mismo proceso: crear o encontrar ideas o imágenes e ir moviéndolas hasta que la imagen o la canción esté completa.
Rip Van Winkle es un alias nuevo, pero sigue esa línea tuya de disfrazar proyectos solistas como bandas...
Robert: Es solo una forma de trabajar con otra gente. Amigos que viven en la ciudad y volver a un enfoque más espontáneo. Permitir que las cosas sean caóticas, incluso ridículas o disparatadas a veces. Fingir que ni siquiera soy yo. Es otra persona.
Cuando trabajas con instrumentales ya grabadas, como en “Beard Of Lightning” de Phantom Tollbooth, ¿qué aparece primero, una melodía, un tono, una imagen? ¿Cómo empiezas a conectar con algo que no escribiste?
Robert: “Beard Of Lightning” me tenía bastante preocupado. Estuve a punto de dejarlo tras varios intentos fallidos, pero luego logré entrar en el estado adecuado y todo empezó a encajar. Se trata de encontrar el tono emocional y conectar. A veces sale mejor cuando lo busco y otras veces no tanto. Mi aportación también depende mucho de la música que me presenten.
También tengo preguntas para ti, Doug. ¿Hay melodías o riffs que hayas guardado durante años y que finalmente encontraron su lugar en Guided By Voices?
Doug: Sí. Me viene uno a la mente. Cuando grabamos “Space Gun” (2018), metí un riff que toqué en un solo cuando tenía 18 años para mi proyecto Children’s Crusade, al final de la canción “Liar’s Box”. El riff era de “Lurker On The Threshold”. El trabajo de esta banda llevaba mucho tiempo descatalogado y no pensé que ese material volvería a ver la luz. El año pasado se reeditó en el sello Splendid Research.
¿Cómo ha evolucionado vuestra forma de trabajar juntos desde finales de los noventa?
Doug: Bob es ahora más consciente de todas mis habilidades de lo que era en los noventa, posiblemente, y si necesita una parte o un tipo de sonido específico sabe que puede pedírmelo sin tener que explicarlo. Tengo más control sobre sus partes exactas de guitarra y formas de acordes que cuando grabamos los primeros discos, lo que permite trasladarlas a la grabación de inmediato.
Tu paso por Nada Surf fue una etapa importante. ¿Qué te llevaste de aquella experiencia que aún hoy forma parte en Guided By Voices?
Doug: Creo que empecé a pensar más en profundidad sobre las partes de guitarra, y también a pensar de forma un poco más orquestal si la canción lo pedía.
Vuelvo a preguntaros a ambos. ¿Qué valoráis más: una canción que ha envejecido bien o una que solo funcionó en su momento pero tuvo impacto?
Doug: Me gustan ambas.
Robert: Una canción que ha envejecido bien. Que tenga poder de permanencia. Que haya resistido el paso del tiempo y trascienda cualquier era o fase concreta de mi evolución musical.
¿Qué libertades os disteis en proyectos como “Speak Kindly Of Your Volunteer Fire Department”, Lifeguards o ESP Ohio que no cabrían dentro de Guided By Voices?
Robert: Realmente no tengo un proceso mental distinto para los distintos proyectos. Simplemente iba haciendo lo que creía necesario.
Doug: Considero que en Guided By Voices no hay límites reales, siempre que Bob esté de acuerdo con el resultado, así que hay muy poca diferencia. Una diferencia, eso sí, es que en Lifeguards yo compuse y grabé toda la música primero, y después Bob se encargó de las voces y las letras.
Robert, después de tantos discos y proyectos, ¿qué lugar ocupan hoy para ti discos como el EP “Get Out Of My Stations” (1994) o “Alien Lanes”?
Robert: Me encanta escuchar ese material cuando alguien lo pone para mí. Es muy divertido, crudo y gracioso.
En lo referente a los directos, tocáis más de cuarenta canciones por noche. ¿Cómo mantenéis toda esa energía sin caer en piloto automático?
Doug: Tocar cada canción sigue siendo divertido, y los temas nuevos siempre suponen un reto, así que nunca caemos en el piloto automático.
Robert: Público. Cerveza. Tequila. Diversión.
¿Es cierto eso de que improvisáis partes del set según el estado de ánimo o el público?
Robert: Solíamos hacerlo, pero no últimamente.
Doug: Siempre improviso un poco cuando toco en directo, dentro de cada tema.
¿Ha habido alguna canción que fuese difícil de tocar pero que os resistáis a quitar del repertorio?
Robert: La canción más difícil era “Trust Them Now”, del álbum “Earth Man Blues” (Guided By Voices Inc., 2021). Si te equivocabas en una pequeña parte, te perdías. Pero aun así nos encantaba tocarla. Finalmente la dejamos fuera del setlist.
¿El reconocimiento comercial sigue teniendo peso, o con terminar el disco ya vale por sí solo?
Robert: Hacerlo ya es suficiente. Ojalá lo disfrute mucha gente. O quizá solo unos pocos. O quizá solo nosotros. Y eso siempre ha sido suficiente también.
Doug: El simple hecho de hacerlo ya lo justifica. ∎