Nunca he vuelto a ver un grupo como
La Mode. La verdad es que no creo que el pop español haya vuelto a ser lo mismo desde aquellos días en que La Mode tuvo su breve e intenso reinado.
Kaka de Luxe y sus ramificaciones eran muy interesantes y yo, aunque trabajaba en Barcelona, seguía esporádicamente las actuaciones de Los Pegamoides y Paraíso en Madrid. Me parece que fui el primero que les propuso grabar. Fue hacia 1979 y los dos grupos me mandaron maquetas y se tomaron con interés la posibilidad de grabar para la compañía catalana Edigsa. Desde entonces, estuve en contacto tanto con Alaska como con Fernando Márquez, “El Zurdo”, y más tarde, cuando fundé en Madrid la compañía Nuevos Medios, las conversaciones para grabar a La Mode ocurrieron de forma natural.
La Mode formaban un equipo compacto, eran una célula creativa, un supermercado de ideas, en fin: un sueño de grupo musical. La suya era una química equilibrada y cada uno era un especialista en distintas facetas de la cultura popular.
Fernando Márquez era un intelectual introspectivo que sobre todo cultivaba a los raros y malditos –Céline, Mishima…–, la onda castiza a base de lecturas de la generación del 98 –Unamuno, Marañón…– y, ya en plan reivindicación total, la vanguardia madrileña: Gómez de la Serna, Jardiel Poncela, Mihura y Neville.
Antonio Zancajo era lo que ahora se llama un hippie, es decir, un rockero no heavy con una sólida cultura musical y un estilo de vida independiente. A través de él llegaban al grupo Clapton, Hendrix, los Byrds y Dylan. Por su parte,
Mario Gil, que había nacido en Suiza en una familia hispanolusa, era multicultural y políglota. Pertenecía a la generación ya mutante y era un genio de los ordenadores al que había que sacar del instituto negociando con el director la pérdida de horas de clase. Lo suyo era el tecno. Los tres se complementaban y cubrían un amplio panorama de influencias musicales. El equipo se completaba con Yayo Aparicio, productor y mánager entusiasta, aunque el grupo apenas actuase, y José Antonio Lago, “El Rojo”, que era un asesor cultural. Yayo produjo los dos primeros álbumes de La Mode y su muerte en un accidente de tráfico fue un trágico epílogo a la carrera del grupo.