Lucy Durán: sabio patrimonio musical. Foto: Óscar García
Lucy Durán: sabio patrimonio musical. Foto: Óscar García

Entrevista

Lucy Durán y los diamantes de Trio Da Kali

Es una de las grandes divulgadoras de la músicas africanas, impulsora de esa histórica fusión que fue “Songhai” y, como conductora del programa ‘World Routes’ en la BBC, abrió las orejas a toda una generación de oyentes. La visita de Lucy Durán a Barcelona, acompañando al maliense Trio Da Kali, era la ocasión ideal para hablar con ella y empaparse de su curiosidad y sabiduría.

Los melómanos barceloneses han pasado ratos muy felices en el Teatre Grec. Tan felices como los vividos la primera noche de julio, cuando el emblemático espacio de la montaña de Montjuïc fue bendecido con la presencia del maliense Trio Da Kali, extraordinaria formación de griots integrada por la cantante Hawa Kassé Mady Diabaté, el balafonista y director musical del proyecto Lassana Diabaté, y Mamadou Kouyaté al ngoni. La terna africana actuó junto a una pléyade de artistas residentes en Catalunya encabezada por el Martín Meléndez String Quartet, así como las cantantes Aziza Brahim y Nakany Kanté, el guitarrista Jurandir Santana y el percusionista Nan Mercader.

Entre el público asistente a tan deslumbrante ejercicio se encontraba la musicóloga Lucy Durán, profesora en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de la Universidad de Londres, y productora de “Ladilikan” (World Circuit, 2017), finísimo diálogo entre la música mandinga y el universo clásico/contemporáneo firmado al alimón por el Trio Da Kali y el Kronos Quartet. Dos de los componentes del trío (Hawa y Lassana) han colaborado también en otra producción reciente en la que participó Durán, el “Forontó: Afroaxaca” (Xquenda, 2019), bellísima perla que nos pone en contacto con la música afromexicana de la Costa Chica, en el lado que da al Pacífico.

“Yo siempre me he sentido atraída por la parte más tradicional de las músicas. Es lo que intento que destaque en los discos que produzco. Para mí, la tradición es patrimonio musical de un pueblo, y si se pierde ese patrimonio, se pierde la tradición. Pero tampoco hay que congelarla, sino reimaginarla en el siglo XXI”

Enérgica y amable, Lucy es hija de Gustavo Durán, pianista y compositor barcelonés que luchó en el bando republicano durante la guerra civil española, y posteriormente tuvo que exiliarse y trabajó para las Naciones Unidas. Nuestra protagonista nació en Nueva York en 1948, vivió en Estados Unidos, Chile, Grecia y se educó en Inglaterra. En los 70 se enamoró de la kora, cuya sonoridad la impactó y relacionó de algún modo con la música llanera y el arpa venezolana. Tras estudiar a fondo el instrumento –primero en Londres con el eminente musicólogo Anthony King, luego en Gambia con Amadu Bansang Jobarteh–, a principios de la década de los 80 empezó un significativo recorrido como productora, que en este momento suma más de una veintena de discos, a los que hay que añadir su actividad académica, los largos años (entre 2000 y 2013) que estuvo en la BBC Radio al frente de programas como el recordado ‘World Routes’, y un montón de documentales. Entre sus intereses se encuentra también en lugar destacado la música cubana; así lo demuestran sus interacciones con estrellas de ese ámbito como Elio Revé o la Orquesta Ritmo Oriental.

Lucy –que lanzó la carrera en solitario de diamantes como el korista Toumani Diabaté y el intérprete de ngoni Bassekou Kouyaté– nos recibe en la librería barcelonesa La Panafricana. Además de supervisar el encaje entre el Trio Da Kali y los músicos locales –“el cuarteto tiene mucho swing, y Aziza es estupenda”, destaca–, en su intensa visita a la ciudad ha participado en el taller de “tegere tulon” destinado al público familiar, impartido junto a Hawa en la fábrica de creación Fabra i Coats el domingo 27 de junio: “Tegere es ‘palmas’, y tulon, ‘juego’ –explica–. Siempre que preguntaba sobre sus fuentes de inspiración con los músicos malienses me hablaban de esto. Es una actividad que hacen las noches de luna llena en los pueblos, protagonizada por niñas desde un año hasta que se casan. Inventan una frase, hacen un ritmo de palmas, y entonces crean un baile en el que cada una hace su contribución. Muy a menudo, se trata de comentarios sobre la vida de las mujeres y lo que les deparará el futuro. Se ríen muchísimo”.

 Lucy Durán en el taller de “tegere tulon” impartido con Hawa Kassé Mady Diabaté (Trio Da Kali) en la Fabra i Coats el 27 de junio. Foto: Óscar García
Lucy Durán en el taller de “tegere tulon” impartido con Hawa Kassé Mady Diabaté (Trio Da Kali) en la Fabra i Coats el 27 de junio. Foto: Óscar García

El 28 de junio, Durán también supervisó una experiencia que califica de “preciosa” entre el Trio Da Kali y tres cuartetos de cuerda y un trío de saxos procedente de diversas escuelas de música de Barcelona (ESMUC, Conservatori del Liceu y Taller de Músics). Una sesión en la que, en cierto momento, se dirigió a esos alumnos para indicarles que la partitura no era dogma de fe. “Sí, les invité a improvisar un poco. Yo creo que ellos ya querían hacerlo así, pero yo les animé un poco”, manifiesta quien también opina que, a menudo, la enseñanza musical es demasiado rígida. “Por eso adoro a gente como el Kronos Quartet, porque están tratando de ensanchar el repertorio y enseñar otras formas de tocar. El cuarteto de cuerda no debería ser solamente Mozart y Schubert, que por otro lado están muy bien”.

Con tres de sus producciones nominadas al Grammy (obras de Kasse Mady Diabaté, Bassekou Kouyaté y Toumani & Sidiki Diabaté, respectivamente), Lucy Durán aboga en su trabajo por lo que denomina “reimaginación colectiva de patrimonios musicales”. “Yo –amplía– siempre me he sentido atraída por la parte más tradicional de las músicas. Es lo que intento que destaque en los discos que produzco. Para mí, la tradición es patrimonio musical de un pueblo, y si se pierde ese patrimonio, se pierde la tradición. Pero tampoco hay que congelarla, sino reimaginarla en el siglo XXI; pensar cómo podría haber sido y cómo interpretarla en nuestros días”. Con todo, “casi lo más importante” de su tesis es el concepto colaborativo: “Hay un tipo de productor al que yo llamo ‘paracaidista’: es el que llega, graba la música y se va. Luego, en su propio estudio, añade aquí una trompeta, allá un teclado, quita esto o aquello… hace su propia creación, pero no consulta al artista. ¡Y he escuchado tantas quejas de músicos descontentos con el resultado final!”. Situada en otra coordenada, ella afirma no hacer nada sin el acuerdo de los músicos. “Tiene que haber un diálogo. La función del productor es aportar ideas, pero nunca imponer. Hay que hablar y acordar todo lo que se pueda antes de entrar en el estudio, y en el estudio hacer lo que se había decidido. Luego viene la mezcla y en la posproducción puedes corregir errores, pero nunca añado cosas”.

Trio Da Kali en acción: Grec (Barcelona), 1 de julio. Foto: Òscar Giralt
Trio Da Kali en acción: Grec (Barcelona), 1 de julio. Foto: Òscar Giralt

Este amor por la tradición comporta, como todos los amores, algún punto de inquietud. Y es que Lucy Durán considera que el patrimonio está gravemente amenazado, tanto por cuestiones como el éxodo rural como por el avance del yihadismo en Mali. Partiendo del ya mencionado “tegere tulon”, indica que “hay un peligro muy serio de desaparición, porque los jihadis están completamente en contra de que las mujeres muestren la cara, de que canten… la música puede apagarse completamente”. La situación afecta a todos los artistas, también a los hombres, como ejemplifica Durán señalando el caso de cierto músico que le ha comentado que va a dejarse barba para así no ser mal visto ni señalado por parte de los totalitarios. Una situación que tiene reflejos muy sombríos en el ámbito urbano, ya que, según cuenta, en este momento ya hay partes de Bamako que están prácticamente bajo la sharia”. ∎

Una paella maliense

Puede que los lectores más veteranos de Rockdelux recuerden con especial cariño las colaboraciones entre Toumani Diabaté y Ketama, reflejadas en dos discos: “Songhai” (Nuevos Medios, 1988), con el bajista Danny Thompson, y “Songhai 2” (Nuevos Medios, 1994), esta vez con José Soto “Sorderita” (ya fuera de Ketama) de coprotagonista a la voz y la guitarra. El proyecto tuvo su génesis en Londres, y Lucy Durán tuvo un papel clave en el mismo. “Todo empezó un sábado –recuerda–, en casa de un cirujano que organizó un concierto privado de Ali Farka Touré. Yo soy muy amiga de Joe Boyd, que en aquel momento trabajaba con Mario Pacheco, y fui a la fiesta con Toumani Diabaté, que aquellos días se alojaba en mi casa. En un momento del concierto, Ali invitó a tocar a Toumani, y los Ketama, que estaban por allí con Mario, se arrancaron a hacer palmas”. Al día siguiente, Lucy Durán organizó una “paella maliense” en su casa, a la que acudieron Diabaté, los Ketama y Boyd. Después de la comilona, los españoles sacaron las guitarras y empezaron a tocar. “Joe puso cara de que aquello tenía mala pinta, cogió una revista y se encerró en el baño. Cuando regresó mucho rato después, le cambió completamente la expresión: Toumani y los Ketama estaban tocando juntos como si se conocieran de toda la vida…”. El feliz resultado de aquella reunión fueron los dos discos ya mencionados, producido por Joe Boyd junto con Mario Pacheco el primero, equipo al que se unió la propia Lucy Durán en el segundo volumen. ∎

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