Cada año, desde 2016, Merca Bae nos regala un nuevo hito: la publicación de los “Merca Zips”. Poca broma: en casi una década se puede construir una nueva tradición, y si nadie inventa el folclore de ahora nos tendremos que poner a ello. Desde esa fecha, Alejandro Silva (Salamanca, 1994), conocido por su aka de DJ y productor, lanza anualmente –con la excepción del volumen de 2019: “No salió nunca porque estaba en México y Costa Rica”– sus compilaciones de edits, inéditos, colaboraciones y ritmos de homenaje a la cultura club que ha descubierto a lo largo de sus giras internacionales y ha sintetizado para que sean accesibles a todos, con éticas y políticas de precios incluidas. Descubrimos así, como un vaticinio musical, lo que sonará en los clubes de medio mundo a partir de ahora.
Este viernes, 14 de febrero, inaugura su nueva residencia en la sala Razzmatazz de Barcelona con el título de La Mercateka, junto al soundsystem de Greenlight, con un primer cartel configurado junto a DJ Fucci, Entrañas y Selectya Glossy b2b Adrasaha. El 22 de febrero también estará en Madrid, repitiendo con el productor ecuatoriano Entrañas y el comisariado del colectivo BRRRRRAP™ en la sala Siroco. Protagoniza también uno de los capítulos de la serie documental “Music Makers” (2024). Hablamos con él del recién publicado “Merca Zip /2024/” (2025) y muchas cosas más.
Este es tu octavo “Merca Zip”, ¿cómo continúas con el concepto con que nació en 2016?
Se ha mantenido bastante sólido durante todos estos años, mostrando todo los géneros que abarca la música club para mí y con la intención de hacer música accesible para todos. Es una manera de democratizarla. Es mi proyecto más personal y donde más licencias y libertades me tomo. No voy a permitir que eso cambie. La diferencia más notable es que el primer “Merca Zip” surge como un recopilatorio de los tracks que lancé durante ese año, disponibles solo para escucha en SoundCloud, creando un hype más críptico hasta el momento de la salida. A partir de los siguientes, ya se convirtió en un proyecto con temas originales creados para el “Merca Zip”, sin pensar en ese hype previo y haciéndolo accesible desde el principio.
¿Cómo afectó este cambio a tu proceso creativo?
Ahora es un proyecto que trabajo casi exclusivamente entre los meses de noviembre y diciembre de cada año. Salvo excepciones, como los dos últimos “Merca Zip”, donde he rescatado tracks pertenecientes a mi live “2048” que presenté en Sónar en 2023, o el tema con Osito, que está hecho en 2023 en Buenos Aires. Depende mucho de la cantidad de viajes y trabajo que haya tenido en cada momento; de ahí que algunos tengan pocos tracks y sin colaboraciones (el de 2023) y otros tengan muchos más (el de 2020, pandemia). En 2016 no dependía de los calendarios de las distribuidoras digitales ni de las plataformas de streaming, por eso a día de hoy –que dependo más de ellas– es un proyecto que sigo haciendo a última hora, apurando los tiempos que se me exigen para poder enviarlo a plataformas. No hay planes de publicidad, todo el alcance es orgánico y aunque existan colaboraciones con artistas grandes, como el caso de Julianno Sosa o El Osito Wito, no se explota por esa parte. Sigo teniendo la suerte de colaborar con algunos de mis productores favoritos, que, además, son amigos míos. En cuanto a las sonoridades, la evolución más clara es que cada año sueno un poquito mejor que el anterior. Después de ocho años sigo aprendiendo técnicas nuevas y modos distintos de hacer, y todo lo aplico en los “Merca Zip”, el proyecto con el que me tomó más licencias.
¿Cómo consigues desarrollar instrumentales tan complejas en materia estilística y que tu sonido tenga esta cohesión?
El hecho de tener tantas referencias musicales y curiosidad, sin seguir ninguna tendencia concreta ni buscar lo que está “pegado”, hace que todo tenga personalidad y suene a mí. Tenerle respeto y ser consciente del conocimiento que tienes sobre algunos géneros hace que prefiera la exploración a la vía más ortodoxa.
¿Tienes TOC de producción? Por ejemplo, pienso en el cuidado que pones tanto en la elección como en el tratamiento del sonido.
Uno de mis TOC principales, sobre todo para los “Merca Zip”, es mezclarlo en casa de mi madre, con mis monitores de allí. Tengo controlado cómo suena la habitación y lo que quiero conseguir. Otro es intentar usar algunos sonidos característicos que marcan mucho los zip de ediciones anteriores y el tratamiento de las voces, por ejemplo en “Morder”, “Bubbaloo”, “Volteo”, “2AM” o “Aplica”. El último es que hago muchos descartes, porque pienso que no son lo suficientemente buenas, pero después los escucho a los meses y me encantan.
¿Puedes contarnos sobre los borradores o las demos que no han salido en este zip?
Este año sorprendentemente he dejado solo unas cuatro o cinco ideas fuera. Hay dos temas en concreto que me hubiese gustado incluir, pero no se ha podido. Uno con Bclip que por motivos de agenda no hemos podido terminar y otro que es una especie de bubbling guarachero con unas vocales de la Orquesta la Terrífica, porque soy incapaz de hacerle unos bajos que me gusten del todo.
Hay dos partes diferenciadas en “Merca Zip /2024/”. Pondría el punto de amarre entre ambas en “Las Gatas Megamix”. ¿Cómo decidiste este orden y cada uno de estos bloques?
Uso “Las Gatas Megamix” para dividir el trabajo sin ser muy explícito. Soy muy dado a hacer algún skit en los “Merca Zip” para dividir el tracklist. Quería empezar con BPMs bajos y temas con vocales, más comerciales, para hacerlo llevadero al público que no está tan familiarizado con ritmos tan acelerados, y seguir subiendo de BPMs hasta llegar al clímax, un poco como si fuese una noche de club.
En “Gabriel”, la pista que sirve de introducción, hay un trabajo con el sonido analógico que quizá conecta con la labor de grabación en el estudio que estás haciendo con Bclip en vuestro próximo disco, un homenaje a la salsa. ¿En qué tesituras te pone trabajar con otro tipo de músicos como productor y compositor?
Trabajar con instrumentistas es algo que no he experimentado mucho en mi carrera. A raíz del disco de salsa me he familiarizado y me siento más cómodo. Una de mis intenciones inmediatas es contar con más músicos en el estudio, sobre todo a la hora de componer para vocalistas. El disfrute del sampling lo reservaré para proyectos más personales. Me parece muy interesante poder compartir tu visión con músicos y que ellos lo reciban también como algo distinto. “Gabriel” es una reinterpretación del “Concierto de Aranjuez” de una manera poco ortodoxa, mezclándolo con dancehall y breaks, sampleando todo el tema pero añadiendo material original como un bajo, y un par de melodías nuevas. El nombre hace referencia a Gabriel, el perro del personaje Batou en “Ghost In The Shell”. Y en “Ghost In The Shell 2”, el track “Follow Me” de la banda sonora original, es otra reinterpretación del mismo tema de Joaquín Rodrigo.
Además de estos diez cortes del álbum, hay dos “místico dubs” escondidos en el tracklist. “Aplica”, que samplea “Click” de Yandel y Luar La L, y “Te olvidaste de mí”, que es un rework de “Luna” de ATL Jacob y Feid. ¿Por qué estás elecciones y, más en general, a qué dilemas te remiten las políticas de derechos de autor?
Principalmente es por los posibles problemas de copyright. Me pasó hace un par de años con el tema “Morder”, donde sampleo las voces de Rauw Alejandro en una canción que tiene junto a Yandel. Estuvo en plataformas sin ningún problema durante mucho tiempo hasta que me llegó un aviso de que debía eliminarlo y dejar de monetizarlo. Este año con “Aplica” no me quería arriesgar a que pasase lo mismo, aunque sí me hubiese gustado hacerlo más accesible. En cuanto a “Te olvidaste de mí”, en el del año pasado con el track “2AM”, donde sampleo también voces de Feid, nada más mandarlo a plataformas me lo tumbaron ipso facto. No iba a arriesgarme a lo mismo. Si eso pasa tienes que eliminar todo el trabajo de plataformas y volverlo a subir sin ese track, y es muy tedioso. Además, no tenía ningún dub, que ya es una tradición. En 2021 había varios y los llamé “Las Prohibidas” e hice un track con un código morse que era la URL del SoundCloud de “místico dubs”.
Desde sus inicios el “Merca Zip” está disponible en el formato “paga lo que quieras” de Bandcamp y SoundCloud. Es una opción que da autonomía pero exige responsabilidad al oyente.
No todos venimos del mismo contexto social, familiar o tenemos la misma situación económica, y por eso me gusta dar la opción de poder escuchar la música de manera gratuita en plataformas de streaming como SoundCloud o de pagar lo que quieras/puedas en Bandcamp; para un DJ que acaba de empezar quizá pagar 10 euros por un disco es complicado y tendría que ripearlo, cosa que me parece lícita. Entonces, doy la opción de que pueda tener esos temas en calidad de manera gratuita. Por otro lado, el DJ que ya gana dinero y vive de esto tiene la opción de valorar el trabajo que hay detrás, sabe lo que cuesta pagar su máster, su diseño, etcétera, y puede pagar el precio que quiera o no, cosa que también me parece lícita. Todo el mundo sabe de sobra que 10 euros en Bandcamp valen más que miles de escuchas en Spotify o cualquier plataforma de streaming, o que comprar merch es una manera de apoyar a un proyecto cuando todo lo demás es gratis, por ejemplo. Este es mi proyecto más personal y tiene unos valores muy sólidos que solamente soy capaz de mantener gracias a que me gano la vida como DJ y trabajando para otros artistas. Es mi manera de salir por la tangente. Lo intento reflejar en cualquier tipo de acción, como la listening party del pasado 7 de febrero en Madrid, donde la entrada era gratuita, se entraba por orden de llegada, seas de la industria o no; había cervezas gratis, un buen line up, un espacio adecuado, producción de luces y visuales, etc. Lo pagué todo porque esa es mi responsabilidad, como la que tiene el oyente de apoyar el proyecto si quiere.
En los “Merca Zip” siempre hay una labor de recomendación y comisariado eligiendo los artistas y productores con los que vas a colaborar. ¿Cómo funciona esta criba y cuáles han sido los momentos más genuinos del proceso de colaboración con algunos de ellos en esta edición?
Todas las colaboraciones son artistas que admiro y que toco en mis sets. Tengo relación personal con ellos, este es el mejor indicio. Por ejemplo, en “Copal” colaboro con Isthaesc. Lo conocí en un workshop para el estudio Los Invernaderos de Madrid en el que analizábamos las demos de diferentes artistas. Cuando escuché su track me encantó, hacía tiempo que nada me llamaba tanto la atención. Desde entonces estuvimos compartiendo música hasta llegar a este tema juntos, el primero de muchos. En el caso de los vocalistas, es la primera vez que colaboro con ellos y no sampleo vocales de otros artistas. Con Osito surgió en 2023 en Buenos Aires, hicimos un par de tracks. Le enseñé varios ritmos y le encantó “Bruja caribeña”, producido junto a OCTUBRXLIBRV, el artista que más veces ha colaborado en los “Merca Zip” durante todos estos años. Casi todo el peso de la producción instrumental estaba hecho por OCTUBRXLIBRV, yo solo he montado las voces, estructurado y añadido un par de detalles para terminarlo. En “Jugueteo”, con Parzubanil, de Sacrilejio, nos juntamos en Barcelona en noviembre en una de sus paradas de su gira europea. Lo terminamos a distancia entre Salamanca y Lima, cuando él volvió del tour. Me gusta que los temas salgan de manera natural y sin presión para disfrutar del proceso. Si no llegan a tiempo ya se utilizaran para otra cosa.
El trabajo estético y visual de los “Merca Zip” también surge de un proceso colaborativo, ¿no es así?
Las dos primeras portadas las hice yo. Creo que describen bastante el momento musical por el que estaba pasando: 2016, con esos mock up con iPhones y letras góticas con un sonido más digital, con muchos glitches y edits de hits virales. En 2017, la portada es un dibujo que hice de una cabra como si fuese un bafomet, más relacionado con el misticismo y el ocultismo, al igual que mi primer EP de 2018, “Místico”, donde mi sonido es mucho más oscuro. La tercera portada fue de Tomás Aciego, diseñada completamente en 3D, donde aparece el cuerpo de una mujer con unas cadenas. Decir que hicimos la portada del volumen 2 en la que aparecía un hombre, igualmente sexualizado, pero nunca llegó a salir. A partir de allí el estudio de diseño León Romero cogió el relevo de todo el apartado visual, con la libertad absoluta para hacer lo que quieran. Desde 2020, apenas me meto en la parte visual y estética. Este año ha sido la primera vez que hacemos merchandising, marcando que llevamos cinco ediciones trabajando juntos.
Sería apropiado acabar contextualizando la cultura club a la que homenajeas con los “Merca Zip”. Aparte de haber vivido en Londres y Madrid, en la actualidad has girado ya por varios continentes visitando muchos formatos de club. ¿En qué ha evolucionado tanto tu experiencia como estos espacios?
Mi experiencia me dice que la cultura de club se mantiene viva por las escenas más underground y colectivos pequeños, salvo excepciones, que con todo en contra siguen montando fiestas. Suelen ser los espacios más seguros y con públicos más abiertos y respetuosos. Creo que en casi todos los lugares en los que he estado se está dejando morir desde hace muchos años, cerrando espacios, haciendo más difícil la apertura de nuevos, por las condiciones abusivas que marcan los dueños de los clubes con pequeños promotores para hacer fiestas, al menos en Madrid. Pero es una conversación recurrente en muchísimas ciudades el poco cuidado y respeto al sonido, creando un circuito masivo de festivales con los mismos line up repetidos una y otra vez que dejan a los promotores pequeños y salas fuera del circuito, etc. Para no solo echar balones fuera, creo que también esa cultura de club muere por culpa de algunos DJs y promotores que desde la pandemia han perdido esa sensación de comunidad y respeto a “la noche” que se comparte en un club. Por ende, el público nunca lo va a entender. Por parte de los DJs, cada uno va a hacer lo suyo independientemente del horario, del resto del line up o de quién toque antes o después, de manera muy individualista para disfrutar de su momento. Se ha perdido el concepto de warm-up, ya no se entiende una noche de club como algo con un inicio, un desarrollo y un final.
Entonces, ¿qué nuevos sonidos o perspectivas se están filtrando en la música y los sonidos del club actual? Al menos, ¿qué te gustaría que sucediera siguiendo tu criterio?
Creo que los BPMs volverán a bajar y se va a disfrutar de música más lenta en contextos de club, algo que he intentado defender desde siempre. Este aceleracionismo en el que vivimos desde la pandemia debería terminar y que la música de club vuelva a ser sexi. ∎