Más de sesenta años han transcurrido desde que Bernard Herrmann empleara con brillantez el eterófono de Leon Theremin en “Ultimátum a la Tierra” (1951). Eran los años cincuenta, una época de gran preocupación por avances tecnológicos mucho más inquietantes que el invento del genio ruso. Desde entonces, afortunadamente, todavía nadie ha pulsado el botón rojo ni se han consolidado profecías totalitarias como la de “1984”. Pero hemos estado cerca y la historia nos demuestra que no hacen falta meteoritos apocalípticos ni seres de otro mundo para hacernos temblar. Mientras eso sucede, mejor deleitarnos con ellos al son de la música electrónica. Y quien lo prefiera... que vaya rezando también.