Rebelión psicodélica y más allá. Foto: Noemí Elías
Rebelión psicodélica y más allá. Foto: Noemí Elías

Entrevista

Remei de Ca la Fresca: rayos, truenos y fuego a los ricos

Un fogonazo rabioso. El grupo de Arbúcies lanzó a finales de 2024 su segundo disco, “L’ham de la pregunta”en Bankrobber, casa de El Petit de Cal Eril, Sanjosex, Fetus o los ya desaparecidos Els Sufing Sirles. Ha llegado el momento de que su música indómita traspase los límites del panorama catalán. ¿El idioma? Cero impedimentos. Ahora se adentran de lleno en una temporada primavera-verano que se avecina movida. Hoy actúan en Roda de Ter (Festival Encanta) y mañana en Barcelona dentro de la programación de Barcelona Poesia.

Vamos a entrar en un ciclo de rabia, una rebelión asqueada contra el exceso. Remei de Ca la FrescaXantal Rodríguez, Artur Piera, Iago Rueda y Víctor Inskipp– es una de esas respuestas al momento. Rabia que viene del malestar de aceptar la propia realidad. Esa actitud tan punk aunque su música no lo sea. Porque la particular versatilidad el grupo –todos tocan de todo– los lleva a moverse con naturalidad entre la psicodelia, el rock progresivo y la electrónica.

Después de meses agitados tras la salida el pasado diciembre de “L’ham de la pregunta” (Bankrobber, 2024), el grupo entró en una suerte de receso, antes de que todo se acelerase. “Hemos notado el cambio, un crecimiento importante”, explica la letrista y vocalista Xantal Rodríguez, que es quien responde a nuestras preguntas. Xantal y Artur comenzaron a componer en 2019, a tocar con colegas en fiestas y jams de l’Espai Transparent d’Arbúcies. Canciones que fueron tomando forma y dieron origen a “Remei de Ca la Fresca” (Indian Runners, 2021), ocho temas de letras poéticas y mensajes reivindicativos.

Su fuerza mana de la energía contenida, la frustración y la rabia. La lucha de la vida diaria, el amor y el odio. “Mal de muntanya”, “Fusta d’artista” o “Tots els tons de la ràbia”, adaptación del poema de Rafeef Ziadah sobre el genocidio palestino, exploran ese malestar ante la violencia brutal y el robo descarado. Ante la producción capitalista que no se sustenta sola y se aprovecha de la reproducción social, el poder político, la naturaleza –el Montseny del que provienen– y la expropiación: el capitalismo caníbal.

Todo con la volcánica pero poética escritura de Xantal y aportaciones como las de Maria Callís en “Lisèrgica espardenya”. El año pasado salieron ganadores del Suns Europe Festival de Udine, Italia, certamen de música y artes escénicas en lenguas minorizadas. Su mensaje no tiene fronteras.“Tenemos muchas ganas de salir más allá”, asegura Xantal.

“Fusta d’artista”, vídeo realizado por Xantal Rodríguez. Contra políticos y artistas.

Uno de los grupos del momento, KNEECAP, cantan en parte en irlandés, que tiene unos 80.000 hablantes, pero por actitud y fuerza su mensaje ha cuajado. Una muestra de cómo la convicción de la propuesta estética puede imponerse a la barrera idiomática.

Siempre hemos escuchado mucha música en inglés y muchas veces se te escapan cosas. También en otros idiomas, como árabe o francés. El año pasado en Italia nos sorprendió mucho la recepción. Aunque sabíamos que con el catalán podíamos ir a cualquier parte, que no es una barrera, ya que nuestras letras son importantes, pensábamos que quizá no llegaríamos a tanto. Pero la respuesta fue buenísima. El idioma no debería ser una barrera y no queremos que lo sea.

También hay algo político en la simple elección del idioma, supongo. Lo de KNEECAP es evidente. Y recientemente, aquí en Rockdelux, en un sentido similar, Aidan Moffat de Arab Strap reconocía mantener su marcado acento escocés con voluntad beligerante para marcar su identidad.

También sirve para normalizar la lengua. Cualquier idioma debería poder normalizarse. Venimos de familias castellanoparlantes, pero es nuestra lengua, con la que hemos crecido, y creemos en la importancia de que haya música en catalán.

Minibús Intergalàctic canta irónicamente aquello de tinc els discos de Txarango, de Manel i els De Les Arts en “Romanço de fill de vídua”. ¿Le ha faltado mala hostia al pop catalán? Siempre algo folclórico, elevado, cursi…

Le han faltado muchas cosas. Es un país pequeño, poca gente, y si una parte opta por hacer música en castellano o inglés, entonces quedamos menos. Faltan muchos tipos de música. Ahora creo que hay un bum con músicas urbanas, aunque no me gusta nada esta etiqueta, y es genial esta variedad. Lo que hacemos nosotras es el tipo de música que sentíamos que faltaba.

“También sirve para normalizar la lengua. Cualquier idioma debería poder normalizarse. Venimos de familias castellanoparlantes, pero es nuestra lengua, con la que hemos crecido, y creemos en la importancia de que haya música en catalán”

Xantal Rodríguez

Sí, llenáis un espacio que ha estado vacío mucho tiempo y que ha llevado a tener que buscar referentes fuera. ¿Dónde los habéis encontrado vosotros?

Siempre decimos Triana, porque es la gran referencia que nos ha inspirado mucho. Es lo que más refleja lo que hacemos. Pero, en general, muchas cosas muy diferentes. Hemos escuchado mucho a Antònia Font. Aunque no tengamos mucho que ver, hacían lo que les daba la gana, no se casaban con un estilo. A nivel internacional grupos de los sesenta y setenta como Pink Floyd nos flipan. También Nina Simone, para nombrar a mujeres. Y de ahí hasta Rosalía, que también nos flipa. Escuchamos muchas mujeres, aunque quizá más actuales.

Tomáis posición sin complejos. ¿Es premeditado o natural?

Sin ninguna vergüenza, al contrario, aunque se supone que eso nos puede cerrar puertas. Somos de los que no creemos que se trate de una obligación. El arte no debería tener una obligación en sí mismo. Pero para nosotros es importante. Una parte nos sale natural, otra premeditada. Al principio no lo hacíamos tan marcado, pero nos dimos cuenta de que teníamos una plataforma. Yo me muevo en muchas causas y, si ahora tengo un altavoz, ¿por qué no aprovecharlo? Hay una parte natural de la rabia e impotencia, de sentir que no puedes hacer nada para cambiar las cosas, pero sientes que así puedes aportar.

Dices que no podéis cambiar nada, pero sí ayudar a generar pensamiento crítico.

Está el discurso de que la música cambia cosas. Yo pienso que no. Siendo realistas, es así. Pero es una vía de escape, para reflexionar. Las canciones y el arte sirven para mover ideas. Hay gente que trabaja y que milita para cambiarlas de verdad, y dedica muchas horas de sus días a ello. Yo no quiero colgarme esa medalla. A menudo la música peca de mensajes rebeldes que nos sirven de autoayuda, pero a la hora de la verdad no se está haciendo nada. Se trata más de mover ideas y ya está.

Víctor Inskipp, Xantal Rodríguez, Artur Piera y Iago Rueda. Foto: Noemí Elías
Víctor Inskipp, Xantal Rodríguez, Artur Piera y Iago Rueda. Foto: Noemí Elías

Venís de la zona del Montseny, históricamente un núcleo particularmente activo de grupos y festivales.

Aquí hay mucha gente haciendo música o arte muy variados. No sé si se puede hablar de una escena, pero lo que nos une es que aquí todo es al mismo tiempo muy oscuro y luminoso. Como la naturaleza, salvaje y cruda, pero bonita e idílica. Gente como Joan Colomo, que puede parecer satírico, también tiene un lado que tira hacia lo oscuro.

Y el entorno marca…

En todo. Hemos crecido liándonos con el noviete adolescente en el bosque, yendo con las amigas a la riera… Todo lo hemos hecho en esos lugares y se refleja en lo que hacemos. Son los espacios que hemos vivido.

“L’ham de la pregunta” mantiene la esencia del primer disco, pero con un sonido mucho más contundente.

Hay una parte natural: ahora tocamos mejor y hemos aprendido a grabar mejor. Pero también hay más rabia, se nota en la música. Hay muchas cosas que surgen de la rabia, y la música las acompaña. Nos vamos haciendo más cañeros. También hay temas más tranquilos que al principio nos daba miedo incluir porque venimos de una imagen más contundente. Meter algo más suave nos generaba dudas, pero al final vimos que tenían que estar. Queríamos demostrar que no somos solo esa cosa contundente, cruda y con aristas, sino que tenemos otra parte más dulce.

“Hay mucho postureo y egos descomunales, como si les hubiera de rendir pleitesía por subir a un escenario. Ya les pagan y les aplauden por ello. Nosotros formamos parte de eso, sí, pero hay gente que se viene demasiado arriba. Solo hacemos arte o entretenimiento, y muchas se las dan de superestrellas”

Xantal Rodríguez

Vuestra particularidad es que sois un grupo muy versátil: todos podéis tocar casi cualquiera de los instrumentos. ¿Cómo se traduce eso en lo que hacéis?

Muchas canciones surgen de Artur y yo porque vivimos juntos. Artur lo toca todo y lo graba al instante en casa. Luego tenemos que montar las canciones de nuevo para el directo. Es muy diferente lo que hacemos en casa a cómo lo llevamos al escenario. Es divertido porque tenemos que decidir quién toca qué. Lo hacemos según habilidades o según nos apetezca, para no aburrirnos. Es más dinámico, nos divierte y también supone un reto.

Has mencionado lo de aburrirse. Creo que os aburre ya un poco la versión que hicisteis del “Paper Planes” de M.I.A. También habéis versionado “Born Slippy” de Underworld. Siempre me atrae lo que hay detrás de este tipo de elecciones.

Son casi las dos únicas canciones que conocemos. No somos tanto fans de ellos como de las canciones en sí. Me mola mucho el tema de las versiones y pasarlas al catalán me parece muy divertido, y más en el caso de M.I.A., en el que cambiamos toda la letra. Te dan un marco, unos límites, un punto de partida, y estos dos son temazos que además tratan temas relevantes y bien narrados. Son canciones que me parecieron muy divertidas para adaptar al catalán.

¿Y de dónde viene la inspiración para la particular poética de tus letras?

No soy muy lectora en el sentido tradicional. Las canciones tiene un tono poético y puede parecer que leo mucho, pero me cuesta mantener la atención en un libro. Pero soy muy curiosa y picoteo de todo. Las ideas salen de una noticia que he leído, de una frase que he escuchado, de algo que me ha llamado la atención. Es un collage de referencias. No investigo en plan académico, pillo cosas al vuelo y las voy encajando.

Plantando cara. Foto: Noemí Elías
Plantando cara. Foto: Noemí Elías

Las potencias con la fuerza del recitado...

No teníamos muchas referencias. Muchas canciones partían de textos ya escritos y no sabía cómo convertirlos en canciones porque tenían demasiada letra. Recitar me resulta más fácil porque tampoco soy una cantante en el sentido clásico. Ahora intento aprender, pero era lo que me salía más natural. Me encanta cantar, pero me siento más segura recitando. Además, me gusta meter mucho texto en las canciones y con la parte más recitada es para mí más fácil.

Repartís a diestro y siniestro. También a políticos y artistas, a los que ponéis en el mismo saco en “Fusta d’artista”. En un panorama tan reducido como el catalán, a menudo te encuentras personajes algo crecidos.

Los políticos tienen ese punto de famoseo, de personaje popular, y eso lo tiene también mucho el artista. La canción se ha interpretado como crítica al alcalde, y la parte de las críticas a los artistas ha quedado más olvidada, pero es la que sufrimos más directamente, es con la que nos encontramos más a menudo en nuestro día a día. Hay mucho postureo y egos descomunales, como si les hubiera de rendir pleitesía por subir a un escenario. Ya les pagan y les aplauden por ello. Nosotros formamos parte de eso, sí, pero hay gente que se viene demasiado arriba. Hay que recordar quiénes somos, qué estamos haciendo. Solo hacemos arte o entretenimiento, y muchas se las dan de superestrellas. ∎

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