Ha sido una de las caras más reconocidas de la Generación X, disparando frases lapidarias, tan sentimentales como rocosas, a lo largo de doce novelas, diez guiones, relatos, artículos… En fin, que lo que se dice escribir, ha escrito profusamente. Se diría que la lista de Ray Loriga huele apolillada. Muy poco por delante de los años ochenta. Aunque eso, asegura, es solo cuestión de impulso. De circunstancia extraordinaria. Lo único que pone patrio es a María Dolores Pradera. Al pisparse, insiste en que le faltaría Camarón. Y algo de techno, que es como el esperanto musical, solo que triunfante.