Cierto, en “Cow” suena un banjo y en “Heart Of Darkness” una
pedal steel, pero Mark Linkous no es Kurt Wagner, ni mucho menos Tammy Wynette. De hecho, “Hammering The Cramps” o “Homecoming Queen” se distinguen, más allá de un ensamblaje instrumental siempre en la frontera entre la tradición y el rock radioformulable, por su universo literario, un cosmos preñado de lirismo donde confluyen sueño y realidad, muy a la usanza de la mejor narrativa estadounidense, esa que tiene en Cormac McCarthy algo más que un emblema.
“Por alguna razón, no estoy dotado para construir una historia en un marco cotidiano. Lou Reed o Vic Chesnutt son capaces de describir un evento natural de una forma poética. Mi único intento, ‘Waiting For Nothing’, quedó relegado a la cara B de ‘Spirit Ditch’. En ‘Saturday’ traté de explicarle a mi mujer lo mucho que apreciaba su compañía, de confesarle lo mucho que agradecía su amor. Y siento que podría haberlo hecho mejor. Hay algo en la condición humana que nos detiene, que impide sincerarnos. En cualquier caso, McCarthy es el más destacado de una serie de novelistas que describen de manera absolutamente magistral esa belleza húmeda, pegajosa y descorazonadora del sur”.