cabo de cumplir 47 años. Estoy vieja para el rocanrol y siento que el rock también está viejo. No sé si es malo, pero los aniversarios son como hachazos y catarata de recuerdos. Los años 80, por ejemplo. Cuando me inicié con los vinilos visitaba una disquería en la ciudad donde vivía (La Plata, a 60 kilómetros de Buenos Aires) y ahí pagaba mucho dinero por las fotocopias de una revista japonesa dedicada a Duran Duran. También me tomaba el tren o un bus destartalado hacia Buenos Aires para recorrer los dos o tres lugares que vendían revistas extranjeras. Eran pocas, alguna ‘The Face’, ‘Melody Maker’, ‘NME’ muy atrasadas. Y Rockdelux. RDL. Seguí comprando las que podía durante muchos años, con todos los vaivenes económicos de mi país a cuestas: a veces encontrarlas era la búsqueda del tesoro y para pagarlas se necesitaba el equivalente de un cofre desbordante de doblones, a veces estaban baratísimas ¡e incluso repetidas! RDL nunca fallaba.
Hoy, por nostalgia, porque la mediana edad me resulta fatal, me senté a repasar las revistas. Muchas están húmedas y huelen como una tumba. (Se me va a pasar la desdicha: es que ya no puedo con los cumpleaños). La primera que encontré tiene a Sigue Sigue Sputnik en la tapa. En aquellos años, uno se enamoraba de una banda antes de escucharla, a veces por el look o por las letras: me pasó con The Birthday Party. No me pasó con Sigue, pero sí con P.I.L., cuya nota en este número de RDL me llevó a rastrear sus discos y casetes (o incluso escuchar algunas canciones en tiendas de discos porque comprar el vinilo era inaccesible). Este número venía con un discoflex de Jonathan Richman que había llegado milagrosamente intacto desde España: sonó en mi bandeja y descubrí otro amor. Tengo otra RDL de aquellos años con Nikki Sixx en la tapa: me hice fan por breve tiempo de Mötley Crüe. En ese número, Loquillo escribía sobre Mink DeVille pero fue imposible de conseguir y lo escuché años después: nunca olvidé esa nota. RDL es una parte tan importante de mi educación sentimental que no irán a la calle estas revistas mohosas. Irán al sol, a recuperarse. ∎