Antes de liarnos a mamporros en el versus en cuestión, es necesario mirar el tinglado con un poquito de perspectiva y admitir que la relación de Threads y Twitter (porque sigo olvidando que ahora se llama X) es como la hermana perdida aquella que llegaba por sorpresa a ‘Gran hermano’. Tampoco podemos pasar por alto que, al final, es un poco absurdo esto de interactuar exactamente con las mismas personas en las “distintas” redes, sobre todo porque nos las estamos dando de supersociales cuando en verdad todos nos hacemos los locos siempre que nos cruzamos con el vecino en el ascensor. Y, aunque hay quien sigue defendiendo la red de Musk a capa y espada, en verdad todo el mundo sabe que en este beef los tuiteros vendrían a ser el equivalente a Marisa en “Aquí no hay quien viva” o a Cardi B interactuando con sus fans.
Pero a lo que íbamos: el versus. Lo de “Threads vs Twitter” (me chifla, por cierto, que incluso en Twitter la gente sea igual de perra que yo y sude de llamar X a esta red social) se ha visto personificado en contrastes tan divertidos como el de los personajes de “Naruto”, ciertos ositos más o menos amorosos, esta niña que también soy yo empezando y acabando el año 2023 o dos bandas musicales de muy diverso pelaje. Mis dos favoritos, por ahora, son esta comparativa con el mismo perrete en diferentes actitudes y, por encima de todo, esta lucha de Gremlins que sería mejor todavía si hubieran usado la foto de la Gremlina. Porque la Gremlina es puro icono.
He tenido que recurrir al archivo de la Rockdelux para comprobar cuándo hablé en esta misma sección de la relación entre Bad Bunny y Kendall Jenner. Porque, en mi cabeza, esto ocurrió hace tres meses… pero en verdad fue hace diez. Lo que viene a significar que el cantante y la modelo han estado juntos un suspiro, sí, pero que ese suspiro ha sido más largo de lo que yo creía.
Aunque hay quien piensa que el “dejado” en este caso ha sido Benito, yo no tengo pruebas pero tampoco dudas de que Bad Bunny siempre ha sido el gran beneficiado de esta relación que muchos señalaban de conveniencia y que no seré yo quien les lleve la contraria. Es probable que el artista vaya a sacar un rédito futuro a su asociación con la Kardashian, tal y como vaticina este tuit. Pero es más bien esta otra publicación la que mejor resume lo que todos creemos que ha ocurrido: “Bad Bunny fingiendo una relación con Kendall Jenner para terminar de entrar por completo al mercado gringo, sacar un álbum y terminarle”.
Cierro el Haciendo Scroll de esta semana (y también de este año 2023) lamentándome. Al fin y al cabo, esta movida que voy a comentar podría haber sido inmensa (ya sabes, con gente sumándose a hacer la misma locura y tal) si no fuera porque estamos a finales de diciembre y la peña está más por comparar los precios de los turrones en el Aldi y en el Mercadona que por la jarana virtual. Pero la cosa va tal que así: la usuaria Sor @tremenduca ha hecho lo siguiente: “Queridos, en el convento hemos decidido cambiar de sexo a cantantes a través de IA para poner a prueba los prejuicios de sus fans. ¿Seguiríais escuchando su música?”.
El resultado es altamente perturbador, y tengo que reconocer que yo no solo seguiría escuchando la música de Aitano, Caterina Tangana, Bad Guy-al, Rosauro, Andy Mena, Raula Alejandra (esta me ha matado especialmente, supongo que por eso de que muchos de mis amigos me llaman La Raüla), Karolo G o Le Zowi, sino que los escucharía incluso más todavía. Con pasión renovada. Por eso me da penita que tan solo algunos tuiteros se hayan animado a lanzar nuevos cambios de sexo como el de Le Shak o Mommy Yankee. Pero no pasa nada. Porque es tiempo de alegría y familia y bondad y amor y amistad y buenos sentimientos. Así que no voy a quedarme con esta decepción porque soy totalmente consciente de que, en 2024, seguiremos haciendo scroll hasta el infinito y más allá. ∎