
Es mucho más que el chileno más escuchado en Spotify. Harold González aprovechó 2020 para hacer un mapa completo sobre la escena trapera masculina regional, entendiendo su género base como un mero aliado para las posibilidades. Emo, dembow, mambo, electrohouse, trap con vientos y una euforia constante, como la misma juventud. Una fiesta VIP junto a nombres como Gianluca, Pekeño 77 y Polimá Westcoast.

La baterista de Amanitas y Mon Laferte debutó en solitario con una placa que es sanación y viaje a la infancia. Removiendo recuerdos dolorosos, Natalia Pérez juega con géneros como el R&B y el dreampop, extendiendo guitarras y contrastándolas con una candidez vocal hipnótica mientras revive una y otra vez su historia. Lo que se esconde detrás de la persiana es la primera historia de un Cisne que ya se encuentra preparando una nueva fase, su “Lado rojo”.

Es casa, protesta y sombra. Paz lleva un poco más de un año en México y la distancia alimentó los grises de su paleta sonora, que hoy suena a cantina, angustia, puerto, rock, cumbia indie, huayno, vals peruano, joropo venezolano y electrónica. El dolor es la chispa que cruza las experiencias viscerales, que desembocan en nueve piezas que confirman lo histórico: en Latinoamérica el dolor se baila.

En una tierra destacada por el trabajo de cantautor, Carreño le atribuye una identidad rural a su obra. Con el pop como base, dispone de nueve canciones en las que se aleja de los sonidos capitalinos para inspirarse en el jazz, lo onírico y ficticio, hasta en el funk. Acompañado por nombres similares a su estilo, como Javier Barria y Benjamín Walker, Nico se viste de una prenda holgada mientras busca su sonido propio.

Una peculiar especie por sí solo; salvaje elocuencia que no requiere etiquetas. Saberse sui géneris. ¿Quieres rap, pop, trap, canciones de cuna y arreglos de cuerdas? Lo tienes. Felipe Berríos, en quince tracks, renueva las pancartas de la revuelta social de manera punzante. Una caja de estilos que desde la adultez toman tintes concretos en el álbum más redondo de Bronko Yotte hasta la fecha.

Darle corazón a la máquina: con esa misión es con la que CAF, expertos en el hip hop y su fusión jazz, despliegan una octava placa sin lugar común. Industrial carnavalesco, sintetizadores y remixes a cargo de nombres como Toy Selectah y Mad Professor. Cada título es un mantra obligatorio en Chile: “Hemos vuelto del abismo”, “Ahora es cuando”, “Debes saberlo”,“No hay cómo frenarlo”, “Persiste / Cuestiona”, “Se repite”...

El referente chileno del trap no agota su kolin. Junto a Julianno Sosa y bajo la producción de Fuse 808 y The Giants, monta nueve canciones en las que el relato se agudiza y los beats escalan en factura, uniendo inspiración anglo a la crudeza sudamericana para mirarle a los ojos a la pobreza, muerte y adicción. Pablo se hace cargo del Chile que nadie quiere exportar con un disco capaz de expandir su barrio.

Este es el ritual chamánico al que ya nos tiene acostumbrados Fran Straube. Su voz vuelve a destacar entre sintetizadores y tradición étnica, en quince canciones selváticas como analogía a una evolución abrupta. Acuoso y terrenal, “Mango negro” recorre desde el techno más digerible hasta el folk dylanesco. “La pérdida” nos llevó a “La existencia”, y la conjugación es un encuentro directo entre lo mundano y lo espiritual.

Después de acercarse a la pista con Against All Logic, Jaar vuelve denso y solemne a su nombre de pila. Tal como Chile, este es un disco lleno de relieves, húmedo y árido. Un abstracto que suena a salitrera abandonada y a Patagonia, a iglesia y a John Carpenter. Del terror de quemarse, a disfrutar saberse ceniza; capas ambientales que van mutando entre pianos y mantras. Aquí, la exploración alcanza su punto más existencialista.

El alter ego de Gepe tardó ocho discos en atreverse a aparecer. Después de recorrer el folclor regional y el pop en dimensión íntima y explosiva, el músico dispone de su voz para presentarnos a “ULYSE”; este no es solo el rotulado de la destacada placa chilena, también el nombre del responsable de poner sobre la mesa once historias que bien podrían ser leyendas populares de la zona.
Sin pudor, “ULYSE” desafía a mantener fija la mirada en sus ojos mientras interpela con coqueteos lúdicos (“Timidez”), rincones biográficos (“M.S”), anhelos de un país en ruinas (“tupenaesmipena”) y preocupaciones desde la vereda masculina (“Por favor avisa”). Puro bolero pop con colaboraciones de Vicentico, Princesa Alba y Natalia Lafourcade, en una mixtura producida por Cachorro López que expone el prisma más maduro de Daniel Riveros hasta la fecha. ∎
Jorge Acevedo, Bárbara Carvacho, Marisol García, Gonzalo Tapia y Javiera Tapia. ∎