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Leonard Cohen: 25 mejores canciones

El aroma a despedida de “You Want It Darker”, álbum aparecido el 21 de octubre de 2016, se confirmó a las dos semanas: el 7 de noviembre moría Leonard Cohen, uno de los más grandes letristas de las últimas seis décadas. Nuestro homenaje, esta playlist con sus 25 mejores canciones –en orden cronológico– escogidas por la redacción de Rockdelux y comentadas una a una.

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La redacción de Rockdelux selecciona las mejores 25 canciones que grabó Leonard Cohen. 25 vueltas de tuerca a los temas universales que trató con una profundidad inédita en el rock. Humildemente buceamos por el océano de posibilidades interpretativas que generan.

01

Suzanne > 1967

El río Saint Lawrence a su paso por el Montreal bohemio de los sesenta encuadra atardeceres de idealismo y amor platónico con la bailarina Suzanne Verdal, casada entonces con el escultor y amigo Armand Vaillancourt. La primera versión, de Judy Collins, un año antes, lo lanzó a la fama.

02

So Long, Marianne > 1967

“Te veré por el camino”: así se despedía Cohen en julio de Marianne Ihlen, su mayor musa. Pero su primer adiós, tras años de una intensa relación entre Hidra y Montreal, bajo las medias verdades de la ruptura, explota con un estribillo auténtico e inolvidable.

03

Hey, That’s No Way To Say Goodbye > 1967

La misma separación en una letanía de cinematográficas escenas íntimas: los últimos goces con el gesto torcido, los últimos reproches y la resignación inevitable. El tiempo ha demostrado que la cruel ternura del amante que se marcha no era impostada.

04

Sisters Of Mercy > 1967

Ni monjas ni prostitutas. Barbara y Lorraine, dos mochileras en medio de una tormenta de nieve, aceptan el presuntamente casto hospedaje de Leonard. Mientras duermen en su cama, él describe su misteriosa epifanía en una preciosa nana susurrada.

05

The Stranger Song > 1967

No confíes en “la bondad de los desconocidos” ni tampoco en la mía, aunque me vista de José en el pesebre, parece decirle Cohen a su amante, seguramente Marianne de nuevo. Una intricada alegoría sobre los roles de poder del amor y la lucha entre seguridad y libertad.

06

Bird On The Wire > 1969

Cohen entona su mea maxima culpa con la dicción arrastrada del “borracho” que irrumpe en la iglesia. Y así debemos entender esta maravillosa confesión, mil veces versionada; también pedimos perdón porque no cumpliremos la promesa. Aunque duela, ¿por qué no pecar un poco más?

07

The Partisan > 1969

La versión inglesa de “La complainte du partisan”, el himno de la Resistencia francesa popularizado por Anna Marly, adopta un tono desolado en labios de Cohen. Con el ritmo quebrado de la huida, el cantante encarna al fugitivo que sabe que la única liberación será la muerte.

08

Joan Of Arc > 1971

Juana de Arco como metáfora de la mujer liberada que se ha cansado de luchar. Es demasiado tarde, solo le queda aceptar su destino y consumirse en el ardiente abrazo del poeta. Tal vez inspirada por Nico, el cuasirecitado diálogo entre ambos resulta en una unión imposible.

09

Famous Blue Raincoat > 1971

Cuatro de la mañana, finales de diciembre: la carta-canción más triste de Cohen a su antagonista en un triángulo amoroso, magistralmente reflejado en el ritmo anfibráquico de la melodía vocal, podría estar dirigida a él mismo. Suya era la gabardina azul y la soledad.

10

Avalanche > 1971

Un descenso a los infiernos de la depresión. Nick Cave le añadió bilis y teatralidad a lo Brecht, y se la apropió en “From Her To Eternity”, pero la original, con su angustioso crescendo de guitarra acústica y cuerdas sugiriendo el inevitable alud, no se queda corta.

11

Chelsea Hotel #2 > 1974

El tórrido revolcón con Janis Joplin, entre las paredes del famoso hotel de la bohemia neoyorquina, permite a nuestro autor recuperar el tono dulce de sus inicios y celebrar los placeres del flirteo (“somos feos, pero tenemos la música”) y el sexo sin ataduras.

12

Lover Lover Lover > 1974

En 1973, durante la guerra de Yom Kipur, Cohen cantó para las tropas israelíes en la península del Sinaí. Fascinado por la batalla, allí compuso esta jubilosa arenga al pueblo judío que en su primera versión empezaba con los versos “I saw my brothers fighting in the desert”.

13

Who By Fire > 1974

Un precioso dueto con Janis Ian basado en el pasaje más emotivo de la plegaria Unetané Tokef, que discurre sobre la justicia divina y los actos humanos. Escrito está quiénes, cuándo y cómo moriremos, a menos que nos arrepintamos. Pero ¿quién, si se puede saber, nos llama?

14

Paper Thin Hotel > 1977

Un clima malsano sobrevuela “Death Of A Ladies’ Man”, pero aquí la fanfarria spectoriana realza una balada clásica sobre los celos. La oreja en la pared, los gemidos de los amantes en la habitación de al lado sirven la revelación en bandeja: no somos nadie.

15

Dance Me To The End Of Love > 1984

Los primeros compases de “Various Positions” presentan al Cohen maduro: coros femeninos protagonistas, teclados y una voz varios semitonos más grave. Con aires de sirtaki e inspirada en el Holocausto, traza un macabro paralelismo entre la sumisión a la muerte y el amor.

16

Hallelujah > 1984

Cohen trabajó cinco años y escribió más de ochenta versos para su himno más universal. Ignorada durante años, esta celebración de una voluntad superior ofrece múltiples lecturas, tantas como versiones se han hecho. Antes de convertirse en un estándar, Jeff Buckley la llevó al cielo.

17

Take This Waltz > 1986

Lorca le hizo poeta, y él devolvió el favor dedicando ciento cincuenta horas a adaptar su “Pequeño vals vienés”, que apareció por primera vez en el recopilatorio “Poetas en Nueva York”. Su elegante desolación la recogieron magistralmente Enrique Morente y Lagartija Nick en “Omega”.

18

First We Take Manhattan > 1988

Despierta la bestia sobre una caja de ritmos que parece querer llevarnos a la hecatombe por correo urgente. Clama venganza, pero el coro femenino desconcierta y atenúa la gravedad que sí tiene el inolvidable videoclip dirigido por Dominique Issermann, su pareja de entonces.

19

Everybody Knows > 1988

Manhattan, segunda parte. “The poor stay poor, the rich get rich”. La cima del Cohen visionario, dictando una retahíla de sumarísimas sentencias sobre la humanidad y él mismo con el bellísimo laúd árabe puntuando cada una de sus palabras. ¿Alguna no sigue siendo cierta?

20

Ain’t No Cure for Love > 1988

El primer single de “I’m Your Man” es su intento más claro de complacer el paladar general. El saxofón de la introducción y el punteo subsiguiente lo sugieren con descaro, y lo cierto es que, aunque no desprovista de elegancia, es una de sus canciones más transparentes.

21

Tower Of Song > 1988

Tras su apariencia de extrema modestia se esconde “una de las tres o cuatro canciones reales que he escrito”. La historia del poeta en su torre de marfil, una metaficción deliciosa que dialoga socarronamente con Hank Williams, su biografía y la inmortalidad.

22

I’m Your Man > 1988

¿Qué quieren las mujeres? El tono desganado y el timbre de teclado barato ironizan con la leve misoginia de la respuesta: sea lo que sea, soy tu hombre. Tuvo una memorable aparición en el paseo en Vespa por Roma de la película “Caro diario”.

23

The Future > 1992

Y tomamos Berlín, tercera parte: el muro ha caído. Cohen profetiza una vez más el desconcierto que nos gobierna. En un mundo sin certezas, ya no vale ni el arrepentimiento; nos conformaremos con el totalitarismo con tal de sobrevivir. Apocalipsis ahora.

24

In My Secret Life > 2001

Junto con “A Thousand Kisses Deep”, su canción más reconocible del dueto que conforman sus primeros dos álbumes del siglo: “Ten New Songs” y “Dear Heather” (2004). Mensaje contundente con envoltorio de smooth soul de seda. ¿La descubriremos en la voz de Sade?

25

You Want It Darker > 2016

Su premonitorio testamento pone la piel de gallina. El cigarrillo que no se apaga, el tono desafiante por encima de un bajo minimalista de resonancia nickcaveana, y el lamento con honores de rey del Haar Hashomayim Synagogue Choir. Hineni, hineni: I’m ready, my Lord.

Las joyas de la corona de Lenny seleccionadas por Rockdelux y comentadas una a una por Ferran Llauradó. 

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