Una diosa poderosa. Foto: Víctor Moreno
Una diosa poderosa. Foto: Víctor Moreno

Concierto

ANOHNI And The Johnsons: la belleza que arrastra consigo la angustia del mundo entero

Expresividad, denuncia, resiliencia y honestidad. El efecto poderoso de ANOHNI And The Johnsons anoche en Madrid convirtió la desesperación política en un ejercicio sagrado, combinando a la perfección su voz celestial y el poder hermosísimo de las 16 canciones interpretadas. Este jueves 20 de junio tocará en San Sebastián.

El concierto de ayer en el ciclo madrileño Noches del Botánico comenzó con una figura femenina cubierta con un impresionante tul blanco con cuernos que se movió de un extremo al otro del escenario. Esta bailarina era la décima integrante de la banda. La actuación terminó pasada la medianoche entre los gritos y aplausos de todos los presentes, que dieron por concluida la velada tras la interpretación de una de las piezas más poderosas del repertorio de ANOHNI And The Johnsons, “Hope There’s Someone”, incluida en el álbum “I Am A Bird Now” (2005) con el que ganó el Mercury Prize. Entre medias, nos encontramos ante una de las artistas más desgarradoras y estimulantes que la música contemporánea nos puede ofrecer ahora mismo.

La estrella vino acompañada por la violonchelista Julia Kent, los violinistas Maxim Moston y Mazz Swift, el clarinetista y saxofonista Doug Wieselman, los guitarristas Leo Abrahams y Jimmy Hogarth, el pianista Gael Rakotondrabe, el bajista Sam Dixon, el baterista Chris Vatalaro y la bailarina Johanna Constantine. Algunos de estos Johnsons son colaboradores desde hace mucho tiempo, pero otros son nuevos en la banda. ANOHNI decidió volver a incluir ese “and the Johnsons” en su último álbum –“My Back Was A Bridge For You To Cross” (2023)– por razones artísticas y espirituales, tras haber publicado a su nombre “HOPELESSNESS” (2016).

La función fue deslumbrante. ANOHNI regresaba a Madrid después de brindarnos cuatro noches en el Teatro Real hace diez años. Envuelta en una túnica blanca, velos y guantes, se presentó como una diosa y permaneció principalmente estática sobre el escenario. Con su presencia refinada, también sonrió y conversó un par de veces con el público. A veces parecía estar suspendida en el aire y rodeada de un aura mágica que se intensificaba con el juego de luces y unas pocas proyecciones. Su sutil vibrato, a menudo descrito como un trémolo, añadió una textura casi celestial a su canto, que osciló entre graves profundos y agudos de soprano, acariciando nuestras almas con cada una de sus canciones. También lo hicieron su expresión, sus manos y los bailes de Johanna, como si se tratara de una especie de cilicio que permitieron a ANOHNI explorar y expresar matices de tristeza, deseo y desesperación con una precisión profundamente conmovedora.

Compromiso y emoción. Foto: Víctor Moreno
Compromiso y emoción. Foto: Víctor Moreno

Arrancó la noche con “Why Am I Alive Now?”, incluida en su último trabajo, del que hicieron también dos canciones más con influencias soul, “It Must Change” y “Can’t”. En el amplio espectro de ideas y sentimientos expresados en su directo, ANOHNI destacó la importancia de diluir las fronteras existentes entre géneros e identidades. Esta ha sido siempre su máxima desde aquel segundo álbum de 2005 que la hizo famosa en nuestro país y del que también tocaron anoche “You Are My Sister”, con un discurso arrollador sobre los derechos ausentes para las mujeres, además de “Man Is The Baby” y la ya citada “Hope There's Someone”, que cerró el concierto entre cañonazos de aplausos.

La maestría de “Cut The World”, el cuarto tema del repertorio, ostentó también una prestación vocal poderosa y conmovedora que intensificó todas estas reflexiones. “HOPELESSNESS” tampoco se quedó atrás y escuchamos canciones como “4 Degrees” acompañada a posteriori por otro discurso sobre el racismo y la homofobia, “Hopelessness” y la épica “Drone Bomb Me”.

Fue también un auténtico lujo verla interpretar “Manta Ray”, canción del documental “Racing Extinction” (Louie Psihoyos, 2015) nominada al Óscar, y su nuevo sencillo “Breaking”, con el que se comprueba que su magnífica emotividad y sofisticación a la hora de componer siguen más que presentes. “Another World” fue una de las preciosas piezas de la ecuación que propiciaron un silencio casi místico, como también lo fue “Her Eyes Are Underneath The Ground”. La intensidad emocional casi tangible de su voz junto al sonido de la banda produjeron en estas dos canciones una suavidad etérea que le permitió moverse con clase entre registros delicados y momentos de pura vulnerabilidad.

Una voz excepcional. Foto: Víctor Moreno
Una voz excepcional. Foto: Víctor Moreno

La bajada de temperaturas de ayer en Madrid tras unos días muy calurosos produjo cierta sorpresa e incluso algo de agitación. Todavía quedan muchas celebraciones cálidas con esa sensación de olla a toda presión, y realmente se agradeció el fresquito de la velada. Los encargados de inaugurarla, Miryam Latrece con Laicha & Luis Regidor, no pensarían lo mismo. Actuaron desde la zona Alhambra como artistas invitados de la jornada en un festival que por su entorno único puede considerarse un milagro gracias a la naturaleza circundante, pero les llovió durante casi todo su recital. Sus canciones integraron lo íntimo y personal con elementos de la música popular y el folclore, con títulos destacados como “Algo contigo” (Chico Novarro), “Silencio” (Rafael Hernández Marín) o “Siboney” (Ernesto Lecuona). El trío demostró un gran sentido de unidad en sus armonías y voces, con una energía electrizante que nos permitió escuchar y sentir las profundidades del alma de las que surgían cada una de estas canciones, especialmente en “Ódiame”, un vals peruano que tocaron sin amplificadores al final.

Para concluir, lo mejor de la noche fue sin duda la versión de ANOHNI de la canción tradicional estadounidense de blues “Sometimes I Feel Like a Motherless Child”. Este tema ha sido magistralmente interpretado por artistas tan diversos como Odetta, Michael Kiwanuka, Van Morrison o Mahalia Jackson. Lo peor fue que, como sucede con un álbum denso en su primera escucha, resulta difícil disfrutarlo al cien por cien. Desearíamos tener otra noche más para repetir y explorar a fondo cómo convergieron en esta experiencia sagrada la psicodelia, el soul y el pop-rock de una artista que evoca de manera tan sublime lo clásico. Seguramente Pedro Almodóvar, que se encontraba en el palco, piense lo mismo. La cantante tocará este jueves 20 de junio en el Kursaal de San Sebastián, así que podríamos considerar hacer un pequeño viaje, ¿por qué no? Su actuación excepcional es digna de verse una, dos veces o las que sean. Gracias, ANOHNI. ∎

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