Mirando la realidad de frente.
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En portada

Biznaga

Rock callejero

Fotos: Alfredo Arias

22.04.2022

En poco más de un decenio y sin prescindir de la furibunda sustancia punk que ya distinguía sus maquetas, Biznaga están articulando una de las obras más sólidas del rock español contemporáneo, captando la atención de públicos cada vez más amplios. Hoy estrenan su cuarto álbum, que van a presentar en directo tanto en abril –Granada (22), Málaga (23), Bilbao (29)– como en mayo –El Prat de Llobregat (6), Valencia (7), Madrid (20), Cáceres (21)–, antes de participar en festivales veraniegos como Mallorca Live Fest, Motorbeach o Low Festival.

E

l nuevo disco de Biznaga se titula “Bremen no existe” (Montgrí, 2022), acaba de salir y es un pepino de diez canciones tan impactantes como diez puñetazos en la cara. Incisivo, vibrante, afilado, duro y a la vez melódico. Desde que lo recibí a modo de adelanto lo he escuchado de manera casi obsesiva. Me sé las letras de memoria y me es fácil imaginarlas en directo, con el público cantando a pleno pulmón. Creo que es su mejor disco. También es el más apocalíptico, el más nihilista y el más brillante. No sé si ya pertenezco a la generación a la que va dirigido, si es que la hay, pero me siento reflejado en él y creo que este es un sentimiento que será compartido por muchos.

La carrera de Biznaga arrancó en 2011, con dos malagueños adoptados por Madrid –Álvaro García (voz y guitarra) y Jorge Navarro (bajo)– que deciden montar el grupo para dar rienda suelta a su creatividad. Poco después graban “Demo” (2012), su primera maqueta, y comienzan a tocar en directo con una formación que no sobrevivirá demasiado tiempo. A finales de ese mismo año editan “EP” (2012), una nueva maqueta inicialmente pensada tan solo para el entorno digital. En 2013 se unen a la banda Pablo Garnelo (guitarra) y Jorge “Milky” Ballarín (batería) y editan de manera oficial (en casete) “EP & Demo” (Musagre, 2013), su primera referencia discográfica.

Su primer disco de larga duración, “Centro Dramático Nacional” (Holy Cuervo, 2014), los encumbraba como dignos sucesores del legado del rock urbano de los años 80 –el de Leño y Barricada, por ejemplo– y del punk vía clásicos como Eskorbuto o La Polla Records. Después de dar batalla en todo escenario que se pusiera a su alcance, publicaron “Sentido del espectáculo” (Slovenly, 2017), disco de transición para llegar al que hasta ahora ha sido su referencia más aplaudida, el excelente “Gran Pantalla” (Slovenly, 2020). Con este álbum habrían dado el salto definitivo a una audiencia mayor de no haber sido por la irrupción de la pandemia y sus consecuencias. De todo esto y mucho más hablaremos enseguida.

Llego a la cita para realizar la entrevista tras un viaje de ida y vuelta Madrid-Barcelona, sin hacer escala en mi casa. Es un día lluvioso en la capital. Los paraguas chocan en la gran ciudad y estoy sediento. Álvaro, Jorge y “Milky” me esperan en un bar de barrio castizo. Pablo llegará durante la recta final de la entrevista. No nos conocemos, pero me reciben ofreciendo esa cerveza que necesito. Empiezo a disparar a bocajarro mi arsenal de preguntas. Sin contemplaciones.

Pablo Garnelo, Jorge Navarro, Jorge “Milky” Ballarín y Álvaro García: Biznaga hoy.
Pablo Garnelo, Jorge Navarro, Jorge “Milky” Ballarín y Álvaro García: Biznaga hoy.


¿Cuál es la historia de este disco? ¿Podríais explicarnos de dónde vienen estas canciones?

Álvaro: Estas canciones vienen del mazazo que nos da el COVID teniendo un tercer álbum que no se ha podido presentar en ningún sitio, y de estar sin poder tocar y con el disco guardado en un cajón. De ahí sale la idea de componer. Cada uno empezó en su casa en el confinamiento, trabajando en bocetos hasta que pudimos quedar en el local para tocar y poner esas ideas en común.

Jorge: Por puro instinto de supervivencia, para no volvernos locos. Pero desde luego no estaba ni remotamente en la agenda ponerse a componer otro disco en 2021, sino estar presentando el anterior. Pero hubo que reconducir la movida. Ahora lo agradecemos. No que se hayan caído los conciertos, pero viendo cómo han quedado las canciones, creo que hicimos bien.

Hablemos de las letras, porque creo que este es un disco muy nihilista.

Álvaro: Es que eso está en el ADN de la banda.

Sí, sin duda que lo está, pero en algunas de vuestras canciones anteriores había cierto rayo de esperanza que no encuentro aquí. Es como el signo de los tiempos.

Jorge: Como dice Álvaro, ese tono apocalíptico siempre ha estado y aquí se mantiene. En este disco hay un poso nostálgico y nihilista, y una desesperación generacional ante un futuro que nunca se realizó en muchos sentidos, no solo por culpa de la pandemia, sino por el contexto político-social que venimos arrastrando desde los 90. Todo eso late en el disco y al final creo que es lo que está viviendo mucha gente de 20 a 40 años. Cómo no va a tener ese poso desesperanzado si estamos rodeados de historias. Incluso las propias nuestras son un poco jodidas en ese sentido.

Hay imágenes muy potentes en estas canciones, pero me gustaría destacar la que describes –me refiero a Jorge, letrista del grupo– en el estribillo de “Domingo especialmente triste”, que es la de una calle vacía en la que solo hay palomas. Esto podría ser una película de terror o la realidad de los días del confinamiento.

Jorge: Mentiría si te dijera que no tuve en la cabeza esas imágenes posapocalípticas de cuando pudimos salir después de estar tres o cuatro meses encerrados. No cuando la escribí, sino cuando la vi escrita tiempo después. Pensé que era también una imagen típica de la pandemia.

Álvaro: Yo la identifico, más que con la pandemia, con ese momento de domingo cuando llevas no sé cuánto tiempo por ahí bebiendo y tirao y llega el domingo y estás paseando y está oscuro y nublado y no hay nadie por ahí y te da un trancazo en el pecho bastante potente y piensas: “¿Qué cojones estoy haciendo?”. Esa sensación de soledad…


“En este disco hay un poso nostálgico y nihilista, y una desesperación generacional ante un futuro que nunca se realizó en muchos sentidos, no solo por culpa de la pandemia, sino por el contexto político-social que venimos arrastrando desde los 90. Todo eso late en el disco y al final creo que es lo que está viviendo mucha gente de 20 a 40 años”

Jorge Navarro



En el estribillo de esta canción canta Isa Cea, de Triángulo de Amor Bizarro. ¿Cómo se materializó esta colaboración?

Jorge: Habíamos colaborado en el disco de versiones de Triángulo aportando una canción (se refiere al álbum “Detrás del espejo. Variaciones y ecos”) y digamos que ahí empezamos una relación digital de respeto mutuo, pero no habíamos interactuado ni hablado nunca hasta entonces. A ellos les gustó mucho la versión que hicimos. A la hora de componer “Domingo especialmente triste”, Álvaro no se veía cantando el estribillo y pensamos que lo que pegaba era una voz femenina. Al final era un poco de cajón, porque los habíamos conocido recientemente, habíamos colaborado, había buen rollo y además la canción se mueve en unos registros que a ella le iban al pelo. Es bastante pop y bastante melódica, y viendo el resultado creo que hemos acertado totalmente.

Me gusta mucho “Una historia de fantasmas”, la última canción del disco. Tiene un punto muy melódico que sugiere nuevas cosas para el grupo.

Álvaro: Creo que ahí se pensó de manera específica. Es la canción más larga del disco y en la parte final las notas de bajo son muy importantes. De hecho, nos hemos currado bastante las melodías, tanto de arreglos como en general. Creo que es nuestro trabajo más melódico, y eso está buscado.

Creo que es el disco que mejor suena de todos los que habéis editado. Las voces suenan aquí más crudas que en ninguno de los anteriores.

Álvaro: Estoy contigo al cien por cien. Ya teníamos la idea de que estas voces tenían que estar bien cantadas y que iba a haber un trabajo vocal mucho más currado, pero es que a la vez son más crudas, tienen menos reverb. Pero llegan más, están mejor entonadas, he metido coros por primera vez… Antes éramos todo quintas, crudeza, una voz sin coros… y ahora se abren muchos más matices sin perder la rabia. Buscábamos sonar mejor, tanto con el equipo como con las guitarras que hemos tocado. Siempre hemos tocado con guitarras muy chirriantes y ahora nos hemos metido en el mundo de los guitarrones, de Gibson con pedales Big Muff, por ejemplo… En general cosas más adultas y con más peso porque estábamos un poco cansados de las guitarras-cuchillita y la voz nasal.

Recuperar el tiempo perdido.
Recuperar el tiempo perdido.


El sonido ratonero…

Álvaro: Eso es. Ya no tenemos edad para eso. Es broma (risas).

“Milky”: Ratoneo forever (Continúan las risas).

Álvaro: Ahora en serio, en cada disco buscamos algo diferente y en este era dejarnos de tanta dureza y buscar algo más melódico y con más peso. De hecho, ha sido la grabación en la que hemos echado más tiempo.

Para que un disco suene bien hay que dedicarle tiempo, eso desde luego. ¿Habéis hecho mucho trabajo de preproducción?

“Milky”: Comparados con otras bandas, no. Pero comparado con nosotros mismos, sí.

Álvaro: Es la primera vez que el disco no está producido por nosotros, lo que quiere decir que entramos en el estudio con todas las canciones hechas, y si el técnico quiere meter algo, ¡ojo, cuidao! Es la primera vez que le hemos pasado unas maquetas a un productor, que es Raúl (se refiere a Raúl Pérez, productor a los mandos de Estudios La Mina, en Sevilla), y él nos ha hecho unas propuestas y las hemos aplicado.

Y eso ¿por qué? Cuando has manejado todo tu material y de repente lo dejas en manos de otra persona, supone un cambio muy grande.

Álvaro: Por las ganas de un cambio.

¿Y porque confiáis en él?

Jorge: Sí, claro. Había ya una confianza sustentada en que ya habíamos trabajado previamente con él en “Gran Pantalla” y sabíamos no solo de su valía técnica, sino también de su buen gusto. Las ideas que propuso en el estudio, sin haber producido aquel disco, mejoraron algunas partes de las canciones, y lo respetamos mucho. Para este disco quisimos trabajar mejor y hacerlo desde el principio con él, de ahí esta producción al alimón entre nosotros y él.

Álvaro: Quedábamos por Zoom, las escuchábamos juntos, él iba proponiendo cosas, tomábamos notas y seguíamos trabajando.

Jorge: Eso nunca se había dado en parte por nuestra desconfianza y en parte porque creo que no habíamos encontrado a la persona adecuada. Y Raúl lo ha sido.

Álvaro: Nunca digas nunca jamás, pero ahora mismo no concibo otra persona con la que podamos trabajar así.


“Había menciones a cosas concretas de Madrid y después eso se perdió buscando un discurso más universal para que no se quedara en algo local. Pero a través de lo local puedes apelar a lo universal fácilmente; ha pasado toda la vida. Personalmente me encantan los grupos que hablan de sus calles, de sus bares… No es una ciudad cualquiera, es Madrid”

Jorge Navarro



Creo que hay otro protagonista en el disco, que es Madrid.

Jorge: Primero, y obviamente, porque es la ciudad en la que vivimos. Y creo que estaba tardando en salir. Estaba más presente en las canciones primerizas, antes incluso del primer disco. Había menciones a cosas concretas de Madrid y después eso se perdió buscando un discurso más universal para que no se quedara en algo local. Pero a través de lo local puedes apelar a lo universal fácilmente; ha pasado toda la vida. Personalmente me encantan los grupos que hablan de sus calles, de sus bares… No es una ciudad cualquiera, es Madrid.

Álvaro: Al ser un disco también tan callejero es irremediable que salgan bares de Madrid y que se hable de la ciudad.

Málaga no sale…

Jorge: No.

Álvaro: Es que vivimos aquí desde hace mucho tiempo. Jorge y yo somos malagueños, pero… yo llevo aquí desde los 25 años.

La portada también es muy callejera.

Jorge: Es por el estilo que tiene el ilustrador, Manuel Donada. Cuando ya tuvimos claro que queríamos utilizar a “Los Trotamúsicos” como icono cultural y generacional para la portada, supimos que él debía ser la persona que lo realizara. Es una interpretación marginal de los personajes

¿De dónde sale esa idea de “Los Trotamúsicos”?

Jorge: Al ver que las canciones eran de corte más pop, más luminosas y más melódicas, queríamos algo que transmitiera cierto rollo tipo Peter Pan. Las letras hablan de nostalgia y desesperación por los futuros perdidos, y había que encontrar algo que funcionara metafóricamente, que apelara a una generación pero que transmitiera cierto infantilismo interpretado de una manera un poco triste. Vistos estos dibujos desde una perspectiva de ahora. Llegamos a “Los Trotamúsicos” porque era una serie española (emitida por TVE-1 entre 1989-1990) más bien cutre que se escapaba de todos los tópicos, porque lo fácil hubiera sido coger a Pikachu o a alguien de Disney, algo así. Y esto era algo de aquí, cutre, que habla de los 90.

Álvaro: Y también la historia que hay detrás de ellos.

Jorge: Pero eso lo averiguamos después. Cuando no sabíamos cómo titular el disco y empezamos a darle vueltas al cuento de los hermanos Grimm descubrimos que el relato acaba sin que ellos lleguen a Bremen. Ahí es cuando de pronto se cerró el círculo y tomó forma la metáfora de Bremen como el futuro perdido, lo que no llegó a llegar.

Álvaro: La idea era coger unos dibujos generacionales que conociera la gente de nuestro entorno y destrozarlos (risas).

A por 2022.
A por 2022.


Teniendo en cuenta que todo lo que se iba a hacer con el anterior disco se truncó con la llegada de la pandemia, ¿qué esperáis de este nuevo?

“Milky”: Todo lo que no pasó y más. Y luego poder jubilarnos.

Álvaro: Molaría crecer todo lo que hubiéramos crecido girando con “Gran Pantalla”, pero haciéndolo con este. Pero hasta que no empecemos a girar y veamos cómo reacciona la gente no lo sabremos. Pinta bastante bien porque se están cerrando muchas cosas y a la gente le están gustando mucho las canciones.

Hablemos de todos esos grupos con que tocabais antes, como Futuro Terror, Chiquita y Chatarra, Juventud Juché… ¿Seguís teniendo contacto con ellos?

Álvaro: Muchas bandas se han quedado por el camino.

“Milky”: O han hecho formaciones nuevas, también.

Álvaro: Ahora cuidamos mucho cuándo tocar en Madrid. Tenemos fechas muy concretas y cuando lo hacemos es por presentación de disco con alguien de telonero y no volvemos a tocar hasta mucho tiempo después, porque lo hemos quemado muchísimo. Preferimos cuidarlo y cuando lo hagamos hacerlo a lo grande. Sí tenemos trato con la gente de todos esos grupos en bares, de amistad… A nivel musical ojalá pudiéramos estar todo el día tocando por ahí, pero la realidad es que ahora tenemos que cuidar mucho cuándo y dónde lo hacemos.

¿Os habéis sentido alguna vez parte de una escena?

Álvaro: Al principio sí.

“Milky”: Todo es tan mutable y pasa tan rápido, y hay tantas escenas y subescenas que es difícil de decir.

Jorge: También es cierto que una de las particularidades del grupo es que no hemos sido nada dogmáticos y nos hemos movido siempre entre varias aguas. Hemos estado metidos en la escena punk, pero sin hacerle ascos a festivales o conciertos con grupos más pop.


“Nosotros hemos dicho toda la vida que hacemos pop, pero si alguien dice que hacemos punk tampoco le voy a corregir. Porque ¿cuántos tipos de punk hay? Esa palabra abarca tanto… Desde Discharge hasta los Buzzcocks. Cada uno tiene en su mente lo que es”

Álvaro García



Entonces, ¿os sentís cómodos cuando os catalogan como punk?

“Milky”: Musicalmente, sí.

Álvaro: Nosotros hemos dicho toda la vida que hacemos pop, pero si alguien dice que hacemos punk tampoco le voy a corregir. Porque ¿cuántos tipos de punk hay? Esa palabra abarca tanto… Desde Discharge hasta los Buzzcocks. Cada uno tiene en su mente lo que es. O sea, que si dicen que hacemos punk, perfecto. Y si dicen que hacemos pop, pues perfecto también.

“Milky”: Y si dicen que somos unos mierdas, perfecto también.

Álvaro: Exactamente.

Jorge: Este disco es más claramente pop que el resto.

Álvaro: Y rock.

Pensáis que lo de los catálogos es reduccionista.

Jorge: Es que cualquier etiqueta que pongas va a condicionar a la persona que la escuche. “¿Y los Biznaga qué hacen, punk?”. Se va a hacer una idea en la cabeza que puede corresponderse con la realidad o no. A cuánta gente le hemos dicho que lo que hacemos es pop con guitarras más crujientes y cuando nos han escuchado han dicho: ¿Pop? ¡Pero si estáis todo el rato gritando y las canciones van a toda hostia!”.

Álvaro: Por poner un término medio, ahora decimos que hacemos agit-pop.

Jorge: Nos hemos inventado esa etiqueta.

Lo que queréis es que la gente no tenga ningún condicionamiento a la hora de escuchar vuestra música.

Álvaro: Que cada uno juzgue con lo que vea y escuche.

Jorge: Estamos en la época de las etiquetas, pero molaría que cada cual sacara sus propias conclusiones. ∎

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