Depeche Mode son un ejemplo paradigmático del llamado “fenómeno fan”. Lo comprobaremos en apenas un par de meses. Por eso, la tarea encomendada aquí puede contener un potente efecto irritante, especialmente entre los seguidores más jóvenes, que asumiremos con deportividad. Pero hemos querido combinar un criterio editorial –jerárquico– con otro un poco más alternativo: iniciático y afectivo. Por otro lado, es muy significativo que las versiones hayan sido tan escasas como intrascendentes en su catálogo. Al contrario ha sucedido algo parecido.