Maestro de la luz sonora.
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Fuera de Juego

Harold Budd: vanguardia etérea

El pasado 8 de diciembre fallecía, a consecuencia de unas complicaciones derivadas de la COVID-19, el compositor y pianista Harold Budd (1936-2020), uno de los nombres ilustres del minimalismo y el ambient de vanguardia, muy ligado a Brian Eno. Lo recordamos y recomendamos cuatro de sus discos.

Fue una de las piezas esenciales de Obscure Records, el sello creado por Brian Eno en 1975 y en el que se publicaron diez referencias a nombre de Eno, Budd, Gavin Bryars, David Toop, Max Eastley, John Adams, Jan Steele, John Cage y Michael Nyman, entre otros. La música repetitiva y minimalista de la época encontró en el plácido y a la vez oscuro sello de Eno el canal adecuado para evolucionar lejos de la fórmula casi mainstream en la que se convertiría años después.

Harold Budd protagonizó la última de las diez referencias, “The Pavilion Of Dreams” (Obscure, 1978), pero llevaba una década y media componiendo piezas de vanguardia en el área californiana y dando clases en el California Institute Of The Arts; de esa primeriza época es el disco “The Oak Of The Golden Minds” (Advance, 1971). Los cuatro temas que conforman “The Pavilion Of Dreams” fueron escritos entre 1972 y 1975. Budd le pasó uno de ellos, “Madrigals Of The Rose Angel”, a Bryars, y este se lo recomendó a Eno. Bryars había inaugurado Obscure Records con una verdadera epifanía titulada “The Sinking Of The Titanic” (1975). Budd encontró en Eno y Bryars a los mejores receptores de sus postulados musicales, entre el jazz, la música atmosférica y la espiritual: no es de extrañar que la presentación del disco fuera en una iglesia franciscana.

Tampoco es extraño que su trayectoria inmediatamente posterior estuviera tan asociada a la de Eno, quien le enseñó el arte del estudio de grabación como un laboratorio de ideas, le mostró las bondades de la mejor música ambient y le inclinó hacia el uso de los sintetizadores y tratamientos electrónicos sin dejar de lado el registro por el que era más conocido Budd, su manera de tocar el piano con soft pedal.

Brian Eno, Harold Budd y Daniel Lanois en 1984.
Brian Eno, Harold Budd y Daniel Lanois en 1984.

De este modo surgió un disco a nombre de los dos, “Ambient 2. The Plateaux Of Mirrors” (EG, 1980) –segunda entrega de las cuatro de que constó otra serie de Eno, Ambient Records–, y otro compartido por ambos con Daniel Lanois, “The Pearl” (EG, 1984). En la tercera entrega de otra de las series del inagotable Eno, “Music For Films III” (Opal, 1988), Budd aportó el tema “Balthus Bemused By Color”.

“The White Arcades” (Opal, 1988), aún producido por Eno, ratificó la relación de Budd con el Robin Guthrie de los etéreos Cocteau Twins, con quienes había registrado previamente “The Moon And The Melodies” (4AD, 1986). El ambient nada planeador que entonces practicaba Budd se entrelazó con el pop soñador de Guthrie, Simon Raymonde y Elizabeth Fraser. Sintonizó bien con ellos, ya que también colaboró en el disco más abstracto “Pearl + Umbra” (Bella Union, 1999), obra del diseñador gráfico Russell Mills y su combo de amigos conocido como Undark y dirigido por Guthrie.

Registró también discos con Andy Partridge (XTC), John Foxx (Ultravox), Hector Zazou y Eraldo Bernocchi. Puro art rock sin olvidar sus raíces en la electrónica de vanguardia. Su último trabajo fue la banda sonora de “La innegable verdad” (“I Know This Much Is True, 2020), miniserie de HBO realizada por Derek Cianfrance. ∎

Pabellones de cristal

HAROLD BUDD
“The Pavilion Of Dreams”
(Obscure, 1978)

A la primera, una obra maestra. Con una paleta de tonos diferentes, profundos, de disconforme placidez. Una invocación serena a través de la voz de la mezzosoprano Lynda Richardson, que interpreta “Two Songs” a partir del jazz espiritual de Pharaoah Sanders y John Coltrane, y del saxo alto de Marion Brown en Bismillahi ‘Rrahman ‘Rrahim, inspirado en el Corán y con Nyman a la marimba y Bryars al glockenspiel.

HAROLD BUDD / BRIAN ENO
“Ambient 2. The Plateaux Of Mirror”
(EG, 1980)

El advanced ambient que Eno inauguró dos años antes en solitario con “Music For Airports” cristaliza en esta obra conjunta con Budd. Tras los dibujos acuosos del piano de este, el ex Roxy Music procura texturas similares a las de sus colaboraciones con Robert Fripp, pero más envolventes que incisivas. No hace falta entrar activamente en la escucha del disco: las notas están siempre ahí, diseminadas, hagamos lo que hagamos.

HAROLD BUDD / ELIZABETH FRASER / ROBIN GUTHRIE / SIMON RAYMONDE
“The Moon And The Melodies”
(4AD, 1986)

Sin entrar en pugna, sino más bien probando lo que uno podía aportar a los otros, este disco es agradablemente desequilibrado. Pertenece mucho más al imaginario sonoro de los escoceses Cocteau Twins que al de Budd, quien es más un contrapunto que un colaborador, tejiendo detalles íntimos bajo las armonías y sonidos de temas como “Eyes Are Mosaics” y “Sea, Swallow Me”. En “Why Do You Love Me?” se nota más su mano.

HAROLD BUDD
“Luxa”
(All Saints, 1996)

Ejemplo perfecto de Budd en solitario al piano y tratamientos electrónicos, resonancias y reverberaciones. Dieciséis piezas pequeñas y atmosféricas en las que los pasajes de electrónica ambiental parecen pintar paisajes muy orgánicos a la vez que fabuladores, mientras que el piano resulta siempre aéreo y gaseoso, sin olvidar el jazz. Incluye una versión geométrica de “Pleasure”, de Blaine L. Reininger y Steven Brown (Tuxedomoon). ∎

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