Tras casi dos décadas al frente de Woods, banda fundamental del indie folk estadounidense, estandarte del sello Woodsist y alma del Woodsist Fest convertido en lugar de peregrinaje, el músico neoyorquino Jeremy Bradley Earl debuta bajo su propio nombre.
Además de músico, Earl es también productor y artista visual. Su trayectoria arranca mucho antes de Woods, junto a Jarvis Taveniere en la universidad con la banda Sheryl’s Magnetic Aura, y poco después con Meneguar, donde vivió sus primeras giras y aprendizajes. De allí nació el germen de Woods: Earl y Christian DeRoeck, también en Meneguar, firmaron primero como The Woods en el doble casete “How To Survive In + In The Woods” (2005). Más adelante, ya como Woods y junto a su inseparable Jarvis Taveniere, publicaron “At Rear House” (2007), iniciando un recorrido vibrante que sigue hasta hoy.
Entremedias quedó el disco de “Woods Family Creeps” (2008), grabado bajo ese nombre durante un periodo de transición y que aún se puede encontrar en Bandcamp. Desde entonces, Woods ha firmado más de una docena de discos entre álbumes, rarezas y directos, con títulos aclamados por la crítica como “Songs Of Shame” (2009), “At Echo Lake” (2010), “Bend Beyond” (2012) o “City Sun Eater In The River Of Light” (2016), hasta llegar a su trabajo más reciente, “Perennial” (2023).
Hablamos con Earl en el descanso entre su gira por Estados Unidos y Europa. Toma nota de las coordenadas esenciales de su ruta principal si acabas de adentrarte en el bosque…
En “Days Turn Around” das vueltas alrededor de un recuerdo. ¿Estabas lidiando con la pérdida de alguien?
Sí, muchas de mis canciones suelen tratar sobre la pérdida y la muerte. Y esta en particular era sobre un amigo de la infancia que falleció recientemente. La canción simplemente surgió como un homenaje hacia él. Fue mi manera de procesar su muerte a través de la música. Quería sentirme más cerca de él y volver a estar juntos.
Me llamó la atención el metrónomo en “Let The Snow Fall” de Sam Cohen, que también produjo el disco. Y luego está el maravilloso piano de Kyle Forester. ¿Cómo fue trabajar con ellos en este EP?
Fue genial. Grabar con Sam fue una experiencia muy buena, porque yo casi nunca había trabajado con un productor o ingeniero externo. Siempre había sido con Jarvis Taveniere, mi compañero en Woods. Al principio daba un poco de respeto, después de casi veinte años trabajando con Jarvis, pero en realidad fue muy inspirador. Además, Sam es un buen amigo y vive cerca de mi casa, así que todo fluyó de forma natural. Igualmente fue muy cómodo trabajar con Kyle Forester, que lleva muchísimos años con Woods y también vive cerca. Sabíamos que queríamos darle al disco un sonido distinto, incluir partes de piano, y Kyle era perfecto para eso.
Woodsist es tu sello discográfico y fue la casa de artistas como Kevin Morby, que estuvo en Woods hasta 2013, Kurt Vile o Real Estate. ¿Cómo te sientes por haber construido una familia musical que sigue creciendo?
Me siento agradecido de haber trabajado con todas esas bandas cuando estaban empezando sus carreras, y después ver cómo florecieron y siguieron adelante con otros sellos. Pero sí, así es un poco el camino de Woodsist: encuentro amigos, escucho su música, la publico y luego veo cómo evolucionan. Este otoño publicaré un disco de Jens Kuross, un músico que ya había editado algunos trabajos pero tuvo una mala experiencia con la industria. Me lo descubrió Hayden Pedigo, guitarrista que publica en el sello Mexican Summer, que quedó impresionado tras tocar con él en un pequeño club.
Los carteles del Woodsist Fest me parecen un sueño. ¿Me puedes contar cómo empezó todo?
El primer Woodsist Fest fue en 2009, en Brooklyn, junto con el sello Captured Tracks, pero durante casi diez años lo celebramos en Big Sur, en un entorno precioso e íntimo. Con el tiempo, el festival creció y se trasladó al norte de Nueva York, a Arrowood Farms, una granja cerca de donde vivo. Aunque ahora reúne a unas mil personas, sigue siendo pequeño y especial. Me hace mucha ilusión seguir eligiendo mis bandas favoritas, y es un orgullo haber contado con artistas como Yo La Tengo o Guided By Voices. En breve anunciamos el cartel de este año.
¿Te resulta fácil equilibrar esas dos facetas, la más colectiva y la nueva más solitaria?
Soy más bien una persona que se guarda las cosas, pero salir de gira en solitario obligó a abrirme más, porque ahí estás tú solo. No dejé que el miedo me frenara: me marqué las fechas, preparé el repertorio y salí de gira. El primer concierto fue probablemente el momento en que más nervioso he estado en mi vida; pero una vez superado, recuperé esa sensación de confianza que tengo cuando toco con la banda. Después de unos cuantos conciertos ya me sentía completamente cómodo.
Tú y Jarvis Taveniere lleváis casi dos décadas juntos. Parecéis hermanos musicales…
Exactamente. Cuando entramos al estudio ya somos casi como un solo organismo, todo fluye de forma natural y es muy fácil trabajar juntos. Pensamos de manera muy similar, pero también nos empujamos mutuamente en diferentes direcciones, y esa colaboración es justo lo que define el sonido de Woods.
“Heaven And Holy”, el disco de power pop que firmaste en 2021 junto a Glenn Donaldson, de The Reds, Pinks And Purples, es maravilloso. ¿Cómo llegasteis a formar Painted Shrines?
Glenn ha sido un buen amigo y una gran inspiración desde siempre. Después de una gira de Woods en California fuimos a una cabaña que él tenía, llevamos algunas canciones cada uno y grabamos en un par de días. Luego el proyecto quedó aparcado un tiempo porque los dos estábamos centrados en otras cosas. Cuando llegó la pandemia tuvimos tiempo y lo retomamos. Terminamos el disco enviándonos pistas por email, y fue muy divertido.
Si alguien que nunca ha escuchado Woods te pidiera una especie de guía para empezar, ¿qué tres discos le recomendarías?
Diría “At Echo Lake”, “With Light And With Love” y “City Sun Eater In The River Of Light”. Son una buena muestra de los diferentes sonidos que hemos explorado a lo largo de los años.
¿Hay alguno que tenga un valor especial para ti?
La verdad es que cada disco tiene un lugar especial, pero voy a decir “Strange To Explain”. Fue el primero que Jarvis y yo grabamos después de trabajar con David Berman en Purple Mountains, una experiencia muy inspiradora. Está marcado por su trágica muerte, así que es un disco cargado de sentimientos, de buenos y malos momentos.
Para acabar, no sé si podrás adelantarnos algo de tu concierto en Barcelona…
Voy a tocar canciones de mi nuevo EP en solitario y también una selección de temas de Woods, desde clásicos hasta piezas que llevábamos diez o quince años sin tocar. Ha sido bonito volver a esas canciones, sobre todo las más acústicas, que encajan mejor en este formato en solitario. ∎