Actriz de método sonoro. Foto: Molly Daniel
Actriz de método sonoro. Foto: Molly Daniel

Entrevista

Nilüfer Yanya: ser uno mismo siendo otro

“My Method Actor” es el tercer disco de estudio de Nilüfer Yanya, una suerte de trabajo de campo con ella misma como sujeto sobre las posibilidades de ser auténtico cuando interpretas un personaje (y quién no interpreta un personaje en la era digital). El martes 3 de junio, actuará en la sala Apolo de Barcelona, dentro de la programación del festival Primavera Sound Barcelona.

Con un pie en la herencia de las bandas de guitarras y otro en la sensibilidad contemporánea más híbrida, Nilüfer Yanya habita un espacio liminal dentro de la escena en el que fusiona el ímpetu rockero de la década pasada con la ambición ecléctica de un nuevo pop aún en desarrollo. De ascendencia turca, irlandesa y barbadense, pero criada en el Londres multicultural y artístico que le han inculcado sus padres, Yanya ha construido una carrera en la que el conflicto interno, la autoexploración y la búsqueda de autenticidad ocupan el centro. Su formación autodidacta y su enfoque universal del arte la han llevado a una relación compleja con la exposición: no se siente cómoda en el papel de estrella, pero sabe que es una parte inevitable (y a veces valiosa) del proceso creativo.

“My Method Actor” (Ninja Tune-[PIAS] Ibero América, 2024), su último trabajo de larga duración, toma prestado el concepto del método Stanislavski –una técnica actoral basada en la inmersión emocional– para aplicar esa lógica a su propia identidad como artista. En ese juego de espejos entre personaje y persona, reflexiona sobre la tensión entre la sinceridad y la puesta en escena, o entre la libertad y la obligación profesional. Aunque el disco nace de la duda –sobre sí misma, sobre su tranquilidad, sobre su carrera–, encuentra en sus guitarras tensas y sus melodías imprevisibles una zona de confort en la incomodidad del mundo del espectáculo.

Nilüfer Yanya actuará el martes 3 de junio en la sala Apolo de Barcelona, dentro de la programación del ciclo Primavera a la Ciutat, un mes después de haber publicado el single “Cold Heart”. Aunque admite que subirse al escenario no es su parte favorita del oficio, ha aprendido a encontrar placer en la exposición: habrá muchos ojos, pero hará como si nadie estuviese mirando.

Corazón expuesto.
Corazón expuesto.

¿Cómo ha ido la presentación de “My Method Actor”?

Creo que, musicalmente, ya he superado algunas de las canciones, lo cual me parece algo sano. Ya las hemos compartido con el público, las hemos trabajado mucho. Pero es bonito estar en esta etapa: el año pasado estaba muy nerviosa porque todavía estábamos aprendiendo el material nuevo y construyendo el set. Ahora, en cambio, me siento muy cómoda tocándolo.

¿Crees que el comienzo de una gira es algo que no disfrutas, en general?

No, diría que disfruto, pero es algo muy distinto. Lo disfruto porque hay más en juego. Si algo sale mal, lo sientes mucho. Pero si sale bien, la recompensa es enorme: esa tensión trae cierto alivio. Para alguien como yo, que en realidad no disfruta especialmente de dar conciertos, creo que me las arreglo bastante bien en el tour. No es mi parte favorita de todo esto, pero me he acostumbrado a hacerlo y creo que ahora, si no tuviera giras, me sentiría rara.

Hablando de la idea de performar, el título de tu disco, “My Method Actor”, se basa en el método Stanislavski, donde un actor se prepara para el papel metiéndose de lleno en la mente de su personaje. Pero en tu caso, ese personaje eres tú misma, entrando en tu propia mente. ¿Cuándo dejas de performar?

De alguna forma, he tenido que aprender a convertirme en mi propia intérprete. Quizá al principio no lo sentía así, pero ahora siento que puedo interpretar las canciones siendo yo misma. En cambio, al comienzo de la gira del año pasado no me sentía preparada para activar esa versión de mí, la del “método”. Pensaba “no estoy lista para esto, ¿por qué llamé al álbum así?”. Pero ahora siento que he crecido en ese papel, que estoy aprendiendo más sobre mi propio personaje.

“De alguna forma, he tenido que aprender a convertirme en mi propia intérprete. Quizá al principio no lo sentía así, pero ahora siento que puedo interpretar las canciones siendo yo misma”

Y en tu rutina, por ejemplo, si vas a comprar un café, ¿también estás interpretando un papel?

No lo creo. Para mí, la performance solo ocurre en el escenario. Y para que esa performance funcione, no debe sentirse como una actuación. Tiene que sentirse como si estuviéramos tocando para amigos, o para alguien en la misma habitación. Me gusta imaginar que no hay un gran público, o incluso que no hay nadie mirando. Es casi lo contrario de performar, y creo que eso define mi estilo. La mejor forma de performar, para mí, es no performar en absoluto.

La autenticidad, de hecho, es el valor más importante en la música occidental, o al menos lo que más buscan los oyentes. ¿Piensas que es posible ser realmente auténtico como músico, siendo constantemente observado? ¿Cómo se puede ser “real” en ese contexto?

Sí, creo que esa es la cuestión. Esa fue una de las grandes preguntas que me hice cuando pensaba en el título del álbum. ¿Qué significa realmente la autenticidad? ¿Qué es la originalidad? ¿Por qué estamos tan obsesionados con la idea de que un artista tiene que ser auténtico, original, completamente él mismo? Me parece una obsesión un poco absurda porque, como decías, cuando subes al escenario estás actuando; entonces, ¿dónde queda la autenticidad ahí? Sin embargo, hay personas que son actores natos, que se sienten cómodas en ese papel, y en cierto modo eso también es auténtico. En mi caso, subir al escenario e intentar performar como tal no me resulta natural, no es auténtico para mí, no me funciona. La única forma en que sé cómo actuar es no actuando. Así que cuando digo que soy una especie de actriz de método de mí misma, me refiero a que en ese proceso estoy conociendo más a mi yo real, no a la versión escénica.

Como oyente, ¿esa autenticidad es algo importante para ti?

Sí y no. En cierto modo, creo que la obsesión con la autenticidad es un poco ridícula, porque vivimos en una época en la que nadie está intentando ser verdaderamente auténtico. Todo el mundo tiene que vender algo, mostrarse de una cierta manera, proyectar una imagen en redes sociales… Pero, al mismo tiempo, para mí sí es importante intentar alcanzar algo auténtico. Una de las cosas que siempre he sentido es que cualquiera puede ser creativo. Todos tenemos algo intuitivo dentro de nosotros, y no necesitas convertirte en alguien diferente para hacerlo. En el fondo, lo que quiero es que otras personas también se sientan empoderadas para confiar en sus propias ideas y llevarlas a cabo.

Música y empoderamiento.
Música y empoderamiento.

¿Sientes que tu herencia artística afecta de alguna manera en tu relación con esas ideas? Tus padres se dedican al arte, y tu hermana también.

Sí, definitivamente creo que mi crecimiento en un entorno artístico es fundamental para mí. Al mismo tiempo, es lo único que he conocido. No sé cómo sería el otro lado, pero he visto a muchas personas que desean reconectar con su creatividad innata, con ese ser más joven y libre que todos llevamos dentro. Los niños son naturalmente muy creativos, y me siento muy afortunada no solo porque mis padres son talentosos, sino porque la filosofía que he aprendido es que solo hace falta intentarlo. No hace falta pensar demasiado en el significado ni en grandes conceptos. El arte puede surgir después: no tienes que ser un artista, solo tienes que ser tú misma. Ahora bien, creo que vivir en grandes ciudades y bajo el sistema capitalista va en contra de esa forma de pensar, lo que hace difícil encontrar y mantener un camino propio, honesto y conectado con el deseo de crear. Yo misma he luchado contra eso, aunque sea mi trabajo, porque es difícil mantener ese contacto auténtico y seguir adelante…

Quizá porque es tu trabajo te ha costado más lidiar con ello.

Sí, cuando algo se convierte en tu trabajo, es complicado encontrar un equilibrio. Es como intentar ser una niña y una adulta al mismo tiempo: mantener esa parte lúdica y libre, pero también cumplir con tus responsabilidades. Ser creativa no es fácil. Es tu identidad desde que eres pequeña, pero al convertirse en tu trabajo piensas “tal vez esto no es para mí, tal vez no necesito hacer esto, podría hacer algo más”.

Después de este disco estuviste pensando en retirarte…

Creo que siempre he estado comprometida con hacer música, pero también con hacer cualquier otra cosa. Así que, aunque me tomara un descanso de dos años, sé que siempre volvería. Y está bien si necesitas parar. Párate, y luego vuelve. Porque creo que, en el fondo, sabes que vas a regresar. No significa necesariamente que hayas fracasado. No lo veo así. Solo significa que no tienes el tiempo o la energía en ese momento… Y creo que lo sabes dentro de ti cuando no estás siendo auténtica. Y eso es probablemente lo más difícil: encontrar el equilibrio.

“Creo que siempre he estado comprometida con hacer música, pero también con hacer cualquier otra cosa. Así que, aunque me tomara un descanso de dos años, sé que siempre volvería. Y está bien si necesitas parar. Párate, y luego vuelve”

De hecho, mucha gente dice que tú podrías haber sido una estrella enorme pero decidiste no serlo. ¿Quizá basándote en esta idea?

Sí. Creo que tiene que ver con liberarte de las ideas que tienes sobre ti misma, pero también de las ideas que los demás proyectan sobre ti. Ya sea en una carrera, en una relación, en una familia o en un trabajo.

Tu canción “Like I Say (I runaway)” habla un poco sobre eso, ¿no?

Estaba pensando en las grandes decisiones vitales. En esos momentos en los que crees que algo es inevitable, que tienes que seguir adelante pese a todo, pero en realidad siempre tienes una elección. Puedes decir “esto no es para mí, no quiero seguir con esto, adiós”. Creo que muchas veces, y me incluyo, sentimos que como algo ha tomado cierta dirección, o parece que va bien, tienes que seguir con ello. Pero, en realidad, también puedes decir “uf, no quiero hacer esto ahora mismo”.

¿Y cuantas veces tienes un conflicto interno respecto a estas decisiones?

¡Muchísimo! Cuando tienes demasiadas opciones, al final todo pierde sentido porque no sabes qué elegir. Te preocupas, te bloqueas. Es como si tuvieras el control sobre todos los aspectos de todo, y entonces, en realidad, ya no estás viviendo. Solo estás moviendo piezas, estás detrás de la máquina, no estás en el momento. Procuro ceder a otras cosas, como diciendo “bueno, vamos a fluir”. Y a veces eso es muy estúpido. Me pregunto si es porque no confío lo suficiente en mí misma. No soy una controladora total, pero sí tengo ese impulso.

¿En la música también te pasa? Has producido con Wilma Archer, un nombre habitual en tu trabajo.

Cuando conocí a Will yo no compartía tanto el proceso de composición con otras personas. Era más bien “voy a escribir las canciones y luego te las traigo y trabajamos sobre eso”. Pero hay algo en la forma en la que Will entiende la música que me inspira mucho. Para este álbum escribió todas las partes de guitarra y toda la música. Yo escribí la melodía y las letras. Así que fue un proceso muy distinto al de mis comienzos. Pero ha funcionado. Hemos escrito canciones que no habrían existido si no estuviésemos trabajando juntos. Me hizo pensar que quizá no necesito hacerlo todo sola, que quizá mis ideas no son siempre las mejores. Aprendí a soltar un poco el control, y eso es algo muy poderoso en la música. ∎

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