Ryuichi Sakamoto, el mirlo blanco de la música popular contemporánea: compositor precoz, pianista de formación clásica, pionero de la música electrónica, ganador de Óscar, Grammy y Globo de Oro, padrino de causas justas, incluso actor. Sus firmes posicionamientos y demostrada sensibilidad reflejan un carácter en inevitable estado de fusión, como la espada y el crisantemo en su país natal. Oriente y Occidente, en sus manos. Lo entrevistamos antes de que publique su disco “Playing The Piano” (2009) y de que venga a presentarlo a varias ciudades españolas ayudado por dos pianos.
(“Hagakure”, Yamamoto Tsunetomo, siglo XVIII)
Eres un defensor de la tecnología digital frente a la analógica sin despreciar esta última. ¿Estás de acuerdo con quienes dicen que la mejor música electrónica se produjo en los setenta y los noventa? ¿Hay todavía espacio para innovar en este terreno?
Creo que hay todavía campos sobre los que explorar, aunque la era más fructífera fueron los ochenta. Nunca me gustó el techno de los años noventa salvo contadas excepciones. No es que defienda los ochenta. Grupos clave como Kraftwerk, Human League y Cabaret Voltaire surgieron en la década anterior, pero todos ellos alcanzaron su plenitud a principios de los ochenta, como por ejemplo Yellow Magic Orchestra. ¿Por qué odias los ochenta?
Durante años has mostrado una gran preocupación por temas sociales –el proyecto Zero Landmine– y medioambientales –tu fundación moreTrees, que compartes con el resto de miembros de YMO–. ¿Percibes un riesgo de confusión entre música y política?
Creo que la música solo puede sugerir o animar a la gente y sus causas. Mi filosofía es que la música no debería producir un efecto en la política. Me siento demasiado traumatizado por los nazis, lo cual significa que la música tiene una especie de lado oscuro que afecta a la gente y que los músicos debemos controlar o suprimir. El silencio no es una alternativa.
Otra cuestión por la que has mostrado interés es el fenómeno de internet. ¿Piensas que la red puede cambiar definitivamente la forma en que escuchamos música?
Creo que internet ya ha cambiado el negocio musical y nuestro estilo de escuchar música. El precio de esta empieza a acercarse a un valor cero. Ya no podemos sobrevivir vendiendo CDs. Por tanto, el negocio se dirige hacia las actuaciones en directo más que antes. Y esto es algo que está bien porque hasta hace aproximadamente cien años, y desde que nació, toda la música fue en vivo.
¿Es una cuestión de supervivencia o una postura más filosófico-estética?
Simplemente quiero destacar el hecho interesante de que internet ha venido a recordarnos que la música solo podía disfrutarse en vivo hasta hace tan solo cien años. Y sí. También me gusta la belleza del vinilo y del CD, del vinilo más. Su tangibilidad es muy importante. ∎