Sorrry alzan de nuevo el telón. Foto: Alfredo Arias
Sorrry alzan de nuevo el telón. Foto: Alfredo Arias

Entrevista

Sorry: alien pop

Sin hacer ruido, sin prisas, Sorry están levantando polvareda desde las catacumbas del indie. Aunque sus inicios están unidos a los sonidos lo-fi, sus canciones rezuman talento suficiente como para subir hasta la superficie, más allá del underground, llegar al público general y convertirse en una de las nuevas sensaciones del pop británico. Hablamos con ellos antes de la publicación de su segundo álbum.

Sorry publicaron su disco de debut oficial, “925” (Domino, 2020), en plena pandemia. Cuando un objeto tiene al menos un 92,5 por ciento de plata se puede considerar como plata de ley. Es como ser lo mejor de la segunda división. Y aquel era un álbum repleto de ideas que no llegaban a cristalizar en un resultado a la altura de lo que realmente podría haber sido. En consecuencia, pasó bastante desapercibido. En su nuevo trabajo, que se publicará el próximo día 7, las cosas han cambiado. “Anywhere But Here” (Domino-Music As Usual, 2022), es mucho mejor que su predecesor y contiene un puñado de canciones pop que bien podrían perdurar y que, en general, nos invita a seguir al grupo muy de cerca.

Quedamos con el núcleo duro del quinteto –Asha Lorenz (voz) y Louis O’Bryen (guitarra y voz)– en un céntrico hotel de Madrid. Sus compañeros Lincoln Barrett (batería), Campbell Baum (bajo) y Marco Pini (teclados) se han quedado en casa. Al llegar los encuentro repantigados en un sofá. Se les ve bastante cansados. Chica y chico. Ella, delgada hasta los huesos, rubia de ojos oscuros, de mirada esquiva y nerviosa. Él, moreno, de cara simpática, atlético y con los párpados a medio abrir, prefiere no hacer la entrevista para poder seguir con lo que sea que esté haciendo en su ordenador portátil. Interesante desgana la suya. Me quedo con la chica. Empezamos la entrevista con Asha Lorenz.

Confidentes y amigos. Foto: Alfredo Arias
Confidentes y amigos. Foto: Alfredo Arias

Lo primero que quiero es que el público sepa un poco más de vosotros. Tengo entendido que os conocisteis en el instituto.

Sí, así fue.

¿Cuándo decidisteis convertiros en un dúo y no formar un grupo como suele hacer la mayoría de la gente?

Empezamos con una banda cuando teníamos 16 o 17 años. Los dos hacíamos música con el ordenador por nuestro lado y a cada uno le gustaba lo que hacía el otro. Ya éramos amigos, de todos modos, y empezar a tocar juntos fue algo bastante natural. Hicimos una banda con otra gente que no fue más allá de hacer algunos conciertos con amigos por Londres y alrededores, y vimos rápidamente que nos entendíamos bien entre los dos. Lo más fácil fue hacerlo como dúo.

“925” salió en plena pandemia. Imagino que estar cara a cara con la prensa debe de ser muy diferente para vosotros habiendo hecho toda la promoción de aquel disco desde casa. ¿Cómo lo estáis llevando?

Es agradable. Teníamos la inquietud de saber cómo sería, pero está resultando más interesante y placentero de lo que habíamos previsto. Está bien poder estar de nuevo cara a cara con la gente.

“Anywhere But Here” es, de alguna forma, como un nuevo disco de debut.

Sí, de algún modo.

“Key To The City”, muestra del nuevo álbum: “Anywhere But Here”.


Me refiero a que no pudisteis hacer ninguna gira de presentación de aquellas canciones y fue todo bastante extraño dadas las circunstancias.

Sí, claro, lo que queremos ahora es poder enseñar esto a la gente.

Tengo la sensación de que os gusta controlar todo el proceso de creación. Habéis tenido ayuda con la producción en los dos discos, pero la mayor responsabilidad parece estar sobre vosotros dos. ¿Esto es porque no os gusta tener que contar con las opiniones de la gente externa o porque tenéis las ideas muy claras?

Para nosotros es difícil confiar en otra gente con estas cosas porque a veces, cuando lo hemos hecho, no ha sonado como queríamos. Pienso que siempre estamos aprendiendo y para nosotros es importante ser parte de ese proceso de grabación. En este disco nos hemos dejado ayudar un poco más, pero si tenemos claro cómo queremos que suene algo no nos gusta perder esa intuición, y por eso nos cuesta incluir las ideas de otra gente. Sin embargo, sí es muy importante para nosotros que cada persona que participa en el proyecto deje su huella y se sienta perfectamente su estilo personal.

¿Cuál es el momento que disfrutas más, componiendo en tu habitación, grabando en el estudio o tocando en directo?

Me gusta todo ese proceso, pero cuando empiezas a crear una canción nueva es una sensación estupenda, especialmente cuando te cuesta mucho poner en palabras un sentimiento que tienes dentro. Cuando logras plasmar eso, es una sensación increíble. Pero también me gusta mucho tocar en directo. Es una mezcla, cada proceso tiene su parte bonita, pero si me tengo que quedar con una, crear la canción, componer, es lo que más me gusta.

“Somos amigos desde hace mucho tiempo y a los dos nos gustan las mismas cosas, y llevamos ya mucho tiempo tocando juntos. Cuando estamos inmersos en una canción es como si estuviéramos usando el mismo cerebro… Es algo extraño que pasa entre nosotros o en los dos al mismo tiempo, y eso es lo que hace que esto funcione”

Asha Lorenz


¿Tienes algún método? ¿Hay algo que te inspire especialmente?

No tengo ningún método específico, creo que hay un montón de diferentes procesos de creación que pueden terminar siendo una canción, no hay uno solo. Trato de no quedarme en ninguno en especial. Aprender cuándo parar es también una parte importante. Si estás intentando escribir algo y no te sale, es momento de dejarlo y leer o salir a tener experiencias que te ayuden a desbloquearte.

Pienso que hay una conexión muy especial entre vosotros dos a la hora de crear. ¿Cómo os entendéis a la hora de componer o grabar algo?

Somos amigos desde hace mucho tiempo y a los dos nos gustan las mismas cosas, y llevamos ya mucho tiempo tocando juntos. Cuando estamos inmersos en una canción es como si estuviéramos usando el mismo cerebro, y me basta con tener una breve conversación con Louis para que ambos sepamos qué necesita la guitarra o las voces, o cómo debe de ser la producción, qué le falta a una letra… Es algo extraño que pasa entre nosotros o en los dos al mismo tiempo, y eso es lo que hace que esto funcione.

En este nuevo disco cantas más que en el anterior. ¿Es algo que habéis hecho de manera consciente?

No, es más bien algo que ha salido de manera natural. (Se lo piensa mejor). En realidad, creo que en este disco la voz de Louis suena más como una conversación, y la forma en que la hemos usado le da una mayor cohesión.

Asha Lorenz (voz) y Louis O’Bryen (guitarra y voz). Foto: Alfredo Arias
Asha Lorenz (voz) y Louis O’Bryen (guitarra y voz). Foto: Alfredo Arias

¿Qué llega primero, la letra o la música?

A veces es la letra, pero otras veces todo nace de un acorde de guitarra o un ritmo de batería. Depende. Cada canción tiene su propia historia y nace de un modo diferente. Algunas canciones están ya escritas por completo en nuestra cabeza y otras son solo una idea que surge en un momento dado y después tenemos que trabajar. Depende en cada caso.

Creo que las letras son muy importantes para vosotros.

Sí, mucho. En nuestro caso, la música a menudo tiene que adaptarse a las letras. Incluso a veces puede cambiar el género de la canción si sentimos que la letra nos debe llevar en una dirección concreta y que le va a sentar mejor.

¿Eres de ese tipo de gente que va a todos lados con un cuaderno tomando notas en busca de inspiración?

Mmm… no solo para componer canciones, sino que me gusta grabar sonidos en general. Ruidos de la calle, gente conversando… En cualquier sitio puede estar la chispa que te lleve a una canción. Incluso leyendo un libro.

Me gusta la producción de este disco. Adrian Utley, de Portishead, ha colaborado con vosotros.

Sí, ha coproducido el disco con nosotros.

“Apuntamos un puñado de nombres de gente que creíamos que serían apropiados para trabajar con nosotros y ambos somos muy fans de Portishead. Nuestra idea era hacer un disco que pudiera sonar antiguo pero con una producción moderna. Creímos que Adrian Utley sería quien mejor podría entender esta forma de trabajar y de llevarla a cabo”

Asha Lorenz

¿Cómo lo conocisteis?

Bueno, apuntamos un puñado de nombres de gente que creíamos que serían apropiados para trabajar con nosotros y ambos somos muy fans de Portishead. Nuestra idea era hacer un disco que pudiera sonar antiguo pero con una producción moderna. Cuando grabamos el primer disco teníamos los esqueletos de las canciones y sobre eso fuimos añadiendo capas de sonido y ritmos electrónicos, y escuchado ahora creo que por momentos agota. Por eso en este nuevo queríamos hacerlo de una forma más cohesiva, invertir el proceso, hacer todos los beats antes de llegar al estudio y después allí grabarlos en directo. Creímos que Adrian sería quien mejor podría entender esta forma de trabajar y de llevarla a cabo. Lou y yo hicimos un montón de la parte de producción en todas las canciones y después lo mandamos a Adrian y a Ali Chant, un técnico que tiene su estudio en Bristol, para que nos ayudaran a ganar cohesión y con la parte más técnica. Quizá se note más su ayuda en el tono más oscuro de las guitarras.

¿Lo habéis grabado todo vosotros mismos o habéis tenido músicos?

Oh sí, hemos tenido ayuda de nuestros músicos. Lincoln Barrett, Campbell Baum, Marco Pini… Estuvieron con nosotros durante las dos primeras semanas de grabación y grabamos la mayor parte de las canciones con ellos después de haberlas ensayado juntos. En términos de composición nosotros escribimos casi todas las partes, pero a veces ellos tienen que inventar algo que más tarde se incorpora a la canción.

Si tuvieras que definir este disco con dos palabras, ¿cuáles serían?

Pop alienígena. ∎

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