Es toda una institución del pop británico. Desde que emergiera en los albores de la new wave, el tándem que forma Chris Difford (Londres, 1954; responsable principal de los textos) y Glenn Tilbrook (Londres, 1957; máximo artífice de las músicas) ha sido considerado como una reedición de la alquimia compositiva que formaron McCartney y Lennon. Pero no quieren vivir de rentas. Se nos advierte a los periodistas que vamos a entrevistarlos de que tengamos en cuenta que Squeeze es una banda contemporánea, actualmente escribiendo y grabando nueva música para publicar en 2026 en dos trabajos, aunque no tengamos información de ninguno de esos dos futuribles discos y hayan pasado ocho desde su última entrega, “The Knowledge” (Love, 2017), la decimoquinta en estudio de su vasta carrera; “Difford & Tilbrook” (A&M, 1984), su disco como dúo, al margen.
Es esta la tercera encarnación de la banda, la que se reseteó en 2007. Una formación por la que han pasado decenas de músicos –entre ellos, Paul Carrack y Jools Holland– y que estará el 15 de noviembre en el Poble Espanyol de Barcelona, formando parte del festival Feroe, por el que también pasarán The Tallest Man On Earth, The Jayhawks, Nick Lowe & The Straitjackets, The Weather Station y Valerie June. Difford y Tilbrook son dos gentlemen británicos de la vieja escuela. Dos tipos extremadamente educados, que se reparten equitativamente –y sin pisarse– las respuestas, contradiciendo cualquier historial de desavenencias que en su momento los pudiera haber llevado a disolver la marca Squeeze durante un par de lapsos: entre 1982 y 1985 y entre 1999 y 2007.
Esta es vuestra primera visita a España en nada menos que 51 años de carrera.
Glenn: Ojalá hubiéramos podido venir antes, ¿sabes? Estamos muy ilusionados, porque nos encontramos en una fase muy distinta como banda: sonamos en directo mejor que nunca. Es extraño decir esto en nombre de un grupo que lleva tanto tiempo, pero es verdad (Chris Difford ríe).
Chris: No recibimos muchas ofertas para tocar fuera del Reino Unido, en el resto de Europa. Así que es muy emocionante ir a Barcelona. Tenemos muchas ganas de enfrentarnos a su público y ver cómo reacciona a nuestras canciones.
¿Creéis que en cierto modo sois como una institución británica que, quizá por eso mismo, puede ser demasiado insular para tener la misma repercusión fuera de vuestro país?
Chris: Al principio de nuestra carrera tuvimos propuestas y dimos algunos conciertos en Alemania y Francia, aunque supongo que las letras de Squeeze siempre fueron acogidas de forma más natural en el Reino Unido, pero también creo que, con el tiempo, y con la forma en la que la gente consume música por streaming, eso ha abierto un lenguaje que es completamente diferente. Antes tenías que ir a una tienda de discos para escucharnos, y ahora nos puedes oír las 24 horas del día si quieres, en un teléfono o lo que sea. Creo que el lenguaje ha cambiado. Ahora es diferente.
Más universal, ¿no?
Chris: Espero que lo sea. Sería bonito (risas).
Squeeze es uno de los grupos más longevos que cualquiera puede recordar, aunque vuestra actividad tuvo interrupciones. ¿Cómo lleváis todo esto de las giras después de tanto tiempo? ¿No os cansa? ¿Os tomáis todo desde otra perspectiva?
Glenn: Sí, mi energía cuando viajamos está enfocada solo a tocar en directo. Descanso incluido. Cualquier cosa que me hubiera hecho levantarme pronto de la cama en mi juventud ya no lo hace. Y eso me ayuda mucho a estar fresco sobre el escenario.
Chris: También viajamos de un modo distinto. Tenemos un gran management, un gran entorno y un grupo de músicos con los que da gusto viajar. Tener que ir metidos en la parte trasera de una furgoneta camino de Holanda era divertido porque no sabías que pudieras hacerlo de ningún otro modo, pero hacerlo constantemente era agotador. Tenemos muchas fechas ahora por delante, pero todo funciona muy bien.
¿Es cierto que vais a publicar dos álbumes en 2026, uno de canciones nuevas y otro con material inédito desde 1974?
Glenn: Sí, originalmente iba a ser un álbum doble, pero al final serán dos discos independientes. Lo que ocurre es que era importante grabarlos al mismo tiempo, porque las que escribimos hace 50 años, o más, realmente se mantienen por sí solas, pero son diferentes ahora, porque han cambiado con el tiempo, forman parte de un proceso, no pueden sonar igual que cuando fueron escritas allá por 1974, y ahora tienen un reflejo distinto, marcado por lo que hacemos, a nivel de música y letras. Es algo que le viene muy bien a esas viejas canciones. Son canciones que demuestran que hemos tenido un crecimiento muy saludable, y se nota en los directos.
Uno de los clásicos latiguillos, cuando se habla de vosotros, es comparar al tándem que formaban Paul McCartney y John Lennon. Aunque a diferencia de ellos, uno de vosotros se encarga de la música y el otro de la letra. ¿Os ha llegado a cansar ese estereotipo de los Lennon-McCartney de la new wave?
Chris: Creo que la comparación obedece a que ellos solían componer por separado la mayor parte del tiempo. Nosotros siempre hemos compuesto la música y la letra por separado, pero con el tiempo hemos ido acercándonos, fundiendo un poco más ambas cosas. Creo que la comparación con los Beatles fue algo muy bonito, emocionante y conmovedor durante un tiempo, pero simplemente no son nosotros. Eso no nos representa.
¿De qué fase creativa de Squeeze o de qué trabajo os sentís más orgullosos?
Glenn: Yo creo que entre nuestro segundo y nuestro quinto álbum fue un gran período de crecimiento y creatividad para nosotros. De “Cool For Cats” (A&M, 1979) a “Sweets From A Stranger” (A&M, 1982). Creo que después hicimos un disco, “Play” (Reprise, 1991), que tenía algunas grandes canciones, pero no tuvo ningún éxito. Y también “Some Fantastic Place” (A&M, 1993), que fue el siguiente. Marcó una época distinta para nosotros. Pero no era nuestro momento. Y más tarde hicimos algunas de las mejores canciones de nuestra carrera en “The Knowledge” (Love, 2017), como “Departure Lounge”, que es extraordinaria. Pero a estas alturas encontramos un poco estéril publicar discos. Por una parte soy optimista, porque a mí me encantan los discos, el formato físico, pero también soy consciente de que su impacto es similar a cero. Pero, claro, ese impacto no es lo que nos motiva a grabarlos. Lo que nos motiva es expresarnos. Transmitir el talento, el don que tenemos, que permanece intacto, y que es algo de lo que estoy muy orgulloso.
Habéis tenido como productores a John Cale, Elvis Costello, John Wood, Tony Visconti, Laurie Latham en los últimos discos o Tony Berg. ¿Alguno que os impresionase u os marcará por su forma de trabajar?
Glenn: John Cale es un genio, lo adoramos, pero creo que a él no le gustaba lo que hacíamos, y nos metió en cosas que eran interesantes pero no eran para Squeeze en nuestro álbum de debut, “Squeeze” (A&M, 1978). Lo adoro igual. Siempre fue un tipo inspirador. Tony Visconti es otro gran tipo. Le tumbaron una de las mezclas que hizo para un disco nuestro, “Difford & Tilbrook”, y no fue culpa suya. Él hizo un gran trabajo, lo que ocurre es que no estaba muy al día. Aprendes de todos los productores con quienes trabajas. Nick Lowe tomaba muchas drogas cuando grabamos con él parte de “East Side Story” (A&M, 1981), y volamos demasiado rápido (risas). Los dos discos que publicaremos en 2026 están producidos por nuestro bajista, Owen Biddle. Ha hecho un gran trabajo.
¿Os resulta inspirador el estado del mundo hoy en día, el contexto social?
Chris: El mundo es un lugar caótico, tendríamos que dedicarnos al jazz moderno si tratáramos de reflejar lo que está ocurriendo (risas). Escribimos de un modo muy distinto al de la mayoría de la gente, pero creo que podemos tomar elementos de la realidad, de lo que está ocurriendo, y traducirlos al lenguaje de Squeeze. Eso lo podemos hacer muy bien.
¿Creéis que vuestro legado es apreciable en la música de bandas o solistas más jóvenes?
Glenn: Creo que sí. Aunque el legado propio siempre es complicado de evaluar. Ahora estoy leyendo una biografía de Paul McCartney que escribió Ray Coleman (se refiere a “McCartney: Yesterday... And Today”, de 1996), en la que ofrece una imagen completamente despectiva de él en comparación con la que teníamos de Lennon, y eso está cambiando ya desde hace años, de forma que se ha equilibrado bastante el perfil de ambos en los últimos tiempos. Subrayo esto solo para apuntar que la percepción que tenemos de los músicos entra y sale de foco según avanzan los años, está sujeta a muchas fluctuaciones. Hay momentos en los que se puede decir que es tu tiempo, estás en el candelero, y otros en los que no estás en el flujo de lo que sea que esté ocurriendo o esté de moda en ese momento. Creo que Squeeze siempre hemos absorbido cosas, hemos tenido interés en ver hacia dónde se movía la música. La cultura de la música de baile es muy influyente en nuestro país, y aún lo es. Y durante un tiempo fue algo que nos puso fuera de foco, tanto a nosotros como a muchos músicos que podemos considerar clásicos.
¿Escucháis música actual?
Glenn: Escuchamos mucha música de ahora. Mi ídolo absoluto es Kae Tempest. Sus letras y la travesía en la que se ha metido… Me parece que su combinación con Dan Carey como productor es increíble. Escucho también mucho jazz: Londres vive una explosión de músicos jóvenes, y es fascinante y muy inspirador verlos en directo, con tanta energía y compromiso. Es una música que está en continuo movimiento, siempre hacia adelante. Lo que debería hacer siempre la música.
Parece mentira que un género tan arcano como el jazz sea hoy en día un campo de pruebas tan fértil, incluso más –a veces– que el propio rock, ¿no?
Chris: Potencialmente, así es. Anoche estuve escuchando en la radio una fusión entre una orquesta de jazz del sur de Londres y un chelista de música clásica. Eran todos muy jóvenes, claro, y la combinación creaba una atmósfera que era irresistible, diferente. Música sin fronteras reales. Cuando te expresas de ese modo, el público disfruta de algo tan atractivo, le resulta fácil implicarse.
Por cierto, giráis con Madness a finales de 2025 por el Reino Unido. Supongo que son algo así como unos hermanos para vosotros.
Chris: Hermanas, más que hermanos (risas). Hicimos ya una gira con ellos. Tienen una discografía enorme, en cantidad y calidad. Producida con esmero. Juntos tenemos un público fantástico. Hacemos una buena combinación. Y creo que nuestro show, aunque va antes, a primera hora de la tarde, es igual de bueno que el suyo. Diría que pagar la entrada por vernos a ambos es algo que vale la pena.
Y tenéis un público similar, que en algunos casos puede coincidir.
Chris: Es curioso, porque la última vez que tocamos junto a ellos, el público parecía más joven. Supongo que por lo que te comentaba antes del streaming. Gente muy joven que llega a nuestra música a través de sus padres. Y es algo muy bonito, porque vienen a vernos desde otro prisma. Otro marco mental.
Quizá sin prejuicios, o no tantos como quienes nos educamos musicalmente antes del streaming, ¿no?
Glenn: Yo creo que el streaming tiene efectos favorables inesperados para una banda como Squeeze. Hemos sido despedidos hasta tres veces por nuestra discográficas: está bien, lo acepto, es parte del juego y estamos preparados para ser independientes. La promoción lo es todo. Sin ella, es más complicado que te vean. Pero si tus canciones están en un servicio de streaming ni siquiera te hace falta tener interés en Squeeze para descubrir nuestra música. Ahora mismo viene a vernos gente muy joven que, en muchos casos, ni siquiera nos ha descubierto por sus padres: algunos son ya padres, de hecho. Esto no ocurría en los noventa ni en los dos mil. Me encanta tener público de todas las edades. Te hace ser más exigente, probarte a ti mismo. Si no les gustas, te lo harán saber.
Debe ser motivador también.
Glenn: Sí, lo es. Siempre me ha gustado tocar en directo. Con 25 años lo hice en el Madison Square Garden. Algo increíble. Y con 45 años recuerdo un concierto en solitario ante seis personas (risas). Y me gusta todo. Las subidas y las bajadas. Me gustan los conciertos con poca gente, afortunadamente, porque durante una época era la única opción que tenía para tocar en directo. Hemos tenido la determinación de sobreponernos a nuestras rupturas. Y creo que ahora reproducimos en directo no solo nuestro pasado, sino también nuestro presente y nuestro futuro. ∎